La secta del cambio de género

Capítulo final (Parte 1)

Ginji

Salimos fuera del portal, no encontramos a Talk, así que Rouge y yo decidimos ir a enfrentar a Odyssey sin él. Y ya sabemos dónde está, pues Rouge sigue conectado a él, incluso aunque no haya tomado su cuerpo todavía.

            De regreso a la catedral, en el lugar donde el rayo sigue esparciéndose sobre el cielo, llegamos al lugar del sacrificio, al cual nos dejan pasar fácilmente porque Rouge es la reencarnación de su dios. Lo que no saben, es que tenemos un as en la manga y lo vamos a ejecutar.

            En el salón, nos encontramos con la energía más poderosa del alma de Odyssey, el monstruo que me comió con anterioridad. Un ente de humo negro que se sorprende al verme, él estaba seguro que yo seguía en su mausoleo.

            Antes de que se acerque a su cuerpo, o sea Rouge, me pongo en frente, aguantándome el miedo y me preparo para declarar:

            —¡Mentiroso! —expreso en alto y el monstruo se detiene—. ¡Dijiste que nos amábamos! —Lo señalo—. ¡Era mentira, por tu culpa quisieron asesinarme en aquella época! ¡Tú entregaste tu cuerpo a Deon por tu propia falacia, nunca fuimos amantes, te condenaste solo! ¡Nunca te amé!

            El ser monstruoso tira un alarido de furia y todo se tambalea a nuestro alrededor, un terremoto enorme nos acecha.

            —¡¿Cómo te atreves a hablarle así a nuestro amo?! —Llega Selenia—. ¡¡Vuelve a tu mausoleo ahora!! —Por alguna extraña razón no puede usar su poder, ningún padrino puede.

            Tengo un leve presentimiento de la causa.

            —¡Se cree sus propias mentiras! —continúo con mi declaración.

            Decidido a comerme otra vez, el monstruo sube a lo alto para tomar velocidad y acercarse más rápido con sus enormes dientes hasta mí, sin embargo de la nada llega Taeri con su medallón, entonces lo mete dentro de este mientras transcurre su ataque.

            —¡Talk! —Corro hasta su forma de chica cuando se arrodilla—. ¿Estás bien?

            —Parece que Across logró su cometido —opina Rouge.

            —Debo deshacerme del medallón —declara Talk mientras se levanta del suelo despacio y la mano le tiembla porque el monstruo intenta salir—. Si logro que se quede, ninguno de nosotros volverá a reencarnar otra vez, entonces habremos ganado, no lucharemos más por esto.

            —¿Cómo sabes tanto? —expreso sorprendido.

            Se pone erguido.

            —Soy Taeri Talk, guerrera del dios de la justicia, yo sé todo sobre la maldición del destino.

            ¿Lo recuerda todo? Debe ser, por algo se comporta raro.

            —¡Taeri! —Llega corriendo esa fan de nuevo.

            ¡¿De dónde sale esa tipa?!

            —Raissa —dice seria y convierte su medallón en espada—. Apártate.

            —¡¿Otra vez elegirás a Across?! —grita indignada, levantando otro medallón, el cual también se convierte en espada.

            —Has fallado a nuestros votos como guerrera, Raissa, y jamás te perdonaré por eso. —La señala con su espada.

            La chica se enfurece y comienzan a pelear.

Me giro a Rouge que cae de rodillas, respirando agitado. Corro hasta él, entonces me agacho a ayudarlo.

—¿Estás bien? —pregunto con preocupación.

—Sí, es solo… que me está llamando —expresa y miro a las chicas pelear con sus armas—. Hay que deshacerse de ese medallón lo más pronto posible, así podré separarme lo más pronto de Odyssey.

—Ay, claro que sí —mencionan con sarcasmo detrás de mí y rápido me levanto del suelo. Me giro encontrándome con un hombre de cabello celeste y claritos de diferentes colores—. No nos han presentado, soy Deon, dios de los deseos y deseo que tú desaparezcas. —Me agarra del cuello, levantándome, así que pataleo, mientras me asfixio.

—¡Ginji! —grita Talk al ver la situación.

—¡No te distraigas! —exclama Raissa y lo golpea.

—Maldición —pronuncia Rouge confundido y se agarra la cabeza—. Me llama… no puedo… —Comienza a arrastrarse por el piso.

Todo es perdición, no hay forma de salvarnos, estamos acabados. Necesitamos un milagro, pero nada parece que lo haga llegar ¿Acaso este es mi fin? ¿Debí haberme preocupado más por mis emociones que por mi carrera? No tuve que haberme quejado de mi personalidad, faltaba seguir, pensar con claridad, pero ya es tarde, ya no hay nada que hacer.

Si esto es lo que el destino tenía preparado para mí, por favor, le pido otra oportunidad, déjame valorar todo aquello que voy a perder.



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En el texto hay: boyxboy, lgbt, magia

Editado: 02.03.2022

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