La Sed de los Vampiros

Capítulo 6

NOTA DE AUTORA: Estaré un tiempo incomunicada y sin acceso a internet, así que decidí dejarles algunos capítulos de más para no dejar con la intriga.

Espero que los disfruten. <3

— Hola, Alba—, dijo con una sonrisa que me heló la piel— ¿Cómo te sientes?

No me atrevía a decir algo. Él también debía ser un monstruo. De seguro también quería matarme. Su mirada recorría cada parte de mi rostro. Ligeramente movió la cabeza hacia un costado antes de comenzar a caminar hacia mi. Sus movimientos eran lentos, como si tuviera todo el día para caminar por esta habitación. Apenas había logrado levantarme, pero todavía tenía mareo y me sentía debilitada. Quería seguir durmiendo, pero sabía que eso no me ayudaría para nada.

—Deberías comer algo, Alba—, dijo observando la bandeja que me había traído Rose—por lo que veo Dacian abusó más de la cuenta.

— Dacian—, pronuncié el nombre con cuidado— ¿Así se llama él?

— No recuerdas nada, ¿Verdad?— preguntó y yo negué sin saber de qué hablaba— Alba, estás aquí para pagar los platos rotos de tus padres.

— ¿Mis padres? Mis padres no le hicieron nada. Eran personas normales, con una vida normal.

—No—, negó sentándose a mi lado — tus padres son unos asesinos que dedicaron su vida a cazar todo aquello que la humanidad desconocía y temía. Asesinaron a inocentes, entre ellos familiares de Dacian.

—No te creo nada—, dije aguantando las ganas intensas de llorar. Mis padres no eran asesinos, no podían serlo— ¿Y quién demonios eres tú?—pregunté al chico de mirada perturbadora quien con una sonrisa respondió:

— Soy Dasher. — y sin más que decir salió dejándome sola.

No era la respuesta que esperaba. Ya sabía su estúpido nombre, Dacian lo había nombrado ayer. Aunque por alguna razón, al escuchar a Dasher pronunciar su propio nombre sentí como si lo conociera desde hace tiempo. De todas formas debía tener cuidado, y más de Dacian. No me había matado, pero podía hacerlo. Cualquiera podía hacerlo. Debía buscar la manera de volver al pueblo y tratar de conseguir ayuda.

Dasher

Salí de la habitación de Alba para adentrarme por un pasillo oscuro que me llevaría a unas escaleras hacia el sótano. Estaba realmente molesto por lo que le había hecho. Ella no se acordaba de nada en absoluto. Había sido nuestra peor pesadilla, pero él la había perdonado. ¿Es enserio?

Entré al sótano donde yacía el cuerpo inerte de una joven de cabello castaño y ojos azules. Su piel blanca estaba pintada de ese líquido carmesí que salía de su cuello y algunas partes de sus hombros. Su mirada se encontraba perdida entre el terror y el sufrimiento al que se había sometido su frágil cuerpo antes de caer en las garras de la muerte. Dacian estaba en una esquina lavando sus instrumentos para así tenerlos listos cuando llegue su próxima víctima. Me pregunto si, ¿ Será la joven hija del alcalde o el pequeño del carpintero?

—¿Qué haces aquí Dasher? — me preguntó mientras secaba su navaja con un paño de seda.

— Alba no recuerda nada, ¿Verdad— la pregunta no pareció tomarlo por sorpresa.

— Era muy pequeña...

— Tú la perdonaste—, mi voz sonó más fuerte de lo que pretendía. Caminé hacia mi hermano y patee el cuerpo de la joven que se hallaba en medio— después de todo lo que nos hizo, tú la perdonaste.

— En ningún momento la perdoné—, respondió girándose hacia mi quedando uno frente al otro. Dacian me llevaba dos centímetros de altura, pero eso no me dificultó para nada poder observar esos ojos grises que me observaban con total neutralidad.

—¿Entonces? — pregunté — ¿Qué vas a hacer ahora que no recuerda nada?— mi hermano río amargamente y ahí entendí que los planes que tenía con ella estaban a otro nivel.

—Imagínate lo que pasará cuando recuerde todo—, dijo guardando el arma en una bolsa negra junto con otros de sus juguetes asesinos—ahora me retiro—. dijo antes de pasarme por al lado para encaminarse hacia la puerta.

—¿A dónde vas?— pregunté siguiéndole con la mirada.

— Tengo que deshacerme del cuerpo—, dijo con obviedad - a menos que quieras que lo deje aquí para que se pudra y el cuarto apeste a muerte todos los días por el resto de la eternidad. Aunque—, posó sus manos debajo de su barbilla como si estuviera pensando— sería una buena forma de asustar a las presas—. reí ante lo que dijo.

—Saquemos a esta chica de aquí—, dije sin más- te ayudaré.

— Así que ahora estamos con hermandad. Espero que no pienses pedirme nada a cambio, porque la respuesta será no.

Dacian buscó un saco para meter el cuerpo de la joven hija del comisario, mientras yo tomaba las llaves del auto en que la llevaríamos al bosque, como habíamos echo con todos los otros cuerpos. No era como si esto fuera diversión para nosotros, aunque si nos divertía un poco vengarnos de todos aquellos que nos habían quitado a nuestros familiares. No eran asesinatos al azar, todo estaba planeado. Íbamos a acabar con esos criminales de la misma forma que ellos acabaron con nosotros. Comenzaríamos con sus familias, uno a uno. Luego iríamos a por ellos y después haríamos lo mismo con la siguiente. Nadie iba a sospechar de nosotros y aunque lo hicieran no se iban a acercar aquí. Este pueblo sabía lo que había echo y ahora debían pagar las consecuencias.

Pobre Alba, la habían arrojado a los perros como sacrificio. El viejo Castian nos debía una deuda que desafortunadamente no iba a poder pagar, así que fue como nuestra oportunidad de atraer a la joven de forma natural, sin que se asustara. Obviamente ella no sabía nada, ni lo iba a saber.

Luego de abandonar el cuerpo de Alicia regresamos a la casa. Aiker estaba en la sala con Rose arrodillada a un costado. La mirada de la chica estaba perdida mientras mi hermano le hablaba de algo que no logré escuchar ya que me dirigía a las escaleras con el objetivo de ir a mí cuarto para ducharme. La ropa que me había puesto esta mañana estaba manchada de sangre y tierra, "así no me iban a dejar sentarme en la mesa".




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