Capítulo 1

—¡Ya estaba faltando el cotilleo!—dice mi madre nada más terminar—. Espera a que se lo cuente a tu tía Marta. ¡Y a Juanita! ¡María va a alucinar cuando lo sepa! ¡Con esto tenemos material de cotilleo para al menos dos años!

Mi madre es miembro honorario del GOCC—Grupo Oficial de Cotillas de Casteja—, como me gusta llamarles. Su trabajo es básicamente meterse en la vida de los demás.

—Cariño, todas las jóvenes del pueblo habrán recibido una carta como esa—interviene mi padre.

—Por eso debo salir rápido, quiero tener la primicia—replica, y, acto seguido, sale corriendo de la cocina.

—¿Tú participarás?—inquiere mi padre.

—CLARO QUE SÍ, Y CUANDO VEAN A MI NIÑA, ¡NO DUDARÁN EN ELEGIRLA!—grita mi madre desde la habitación de al lado.

—TE OLVIDAS DE UNA COSA, ¡HAY QUE TENER MAGIA!—Le respondo de la misma forma, y me dirijo a mi padre—Por probar no se pierde nada—suspiro—, además, las pruebas son gratis—añado. Si llegara a ser maga, podría al fin salir de este pueblo e ir a la capital a estudiar magia.

—¿Pero tú quieres ir?

—Tengo muchísima curiosidad de cómo van a ser las cosas, pero tengo miedo...

—Bueno, con que tú quieras ir me vale—me besa en la frente y se deja con mi indecisión.

Me dirijo a mi habitación para rellenar el formulario. Al final he decidido darle una oportunidad a la selección porque la curiosidad me puede. En ese ámbito se nota que he salido a mi madre. El formulario se trata de unas preguntas sobre mi edad, mi provincia, etc. Escribo:

Nombre: Alice
Apellido: López
Edad: 16 años
Provincia: Misades
Región: Casteja
Idiomas: Español y misadiano
Habilidad especial:
Conocimientos de magia: nulos

La habilidad especial es un poder alternativo a la magia en sí que tiene cada mago. Por ejemplo, el mago Jorge, el fundador de Magnia tal y como la conocemos, el primer rey de Magnia—y primer mago reconocido—y un montón de títulos más, tenía la habilidad de persuasión, lo que le hacía un político excelente. Además, tiene un nombre muy de rey, o así es como lo veo yo. Que el rey de Magnia fuera el primer mago y el que descubrió la magia, hizo que Magnia adquiriera muchísimo reconocimiento y actualmente es el país más importante del mundo. En Magnia es considerado como algo parecido a un dios, sin exagerar.

Aunque desde el mago Jorge hayan pasado un poco más de 80 años, el abuelo Tom aún se acuerda de cuando no existía la magia y se utilizaba la electricidad y nos cuenta historias sobre eso. Aunque sospecho que rellena sus lagunas con historias de su invención para sorprendernos. Tom es el mayor del pueblo y todo el mundo le llama abuelo como mote cariñoso. Además, el pueblo es tan pequeño que prácticamente todos somos familia, aunque sea primos segundos o terceros.

Desayuno y me visto a toda prisa para ir al colegio. Allí, Laura, mi mejor amiga además de prima favorita, me está esperando con una enorme sonrisa en la cara.

—¿Te ha llegado? La carta, ¿te ha llegado?

—Si...—empiezo a decir, pero me corta.

—¿Y vas a hacerlo?

—Sí, antes de que me arrepienta...

La campana que indica el comienzo de las clases me interrumpe y nos adentramos en el edificio del diablo. En realidad, el colegio es enano, no necesitamos que sea más grande. Sólo hay unas diez personas por clase, y nos conocemos todos.

En clase de español, no paramos de cuchichear entre nosotros sobre la selección.

—Eh, Alice, esta noche todas las chicas vamos a la plaza a ver el Report, ¿te vienes?—propone María (no exageraba al decir que hay muchas Marías), una de clase.

Un año, reunimos fondos para poner un proyector en la plaza del pueblo. En el pueblo todo lo hacemos en común y nos ayudamos con todo. Todos los años reunimos fondos para algo en concreto.

—¿Estoy escuchando algo de misadiano en esta clase? Porque a mi me parece que estamos en clase de español—nos regaña la profesora—. ¡El español es una de las herramientas más importantes que vais a aprender en la vida! Incluso en ese programa del que tanto habláis, hablan en español—la profesora se dispone a darnos la chapa de nuestra vida y yo desconecto mientras la miro y asiento como si la estuviera escuchando.

En Casteja hablamos misadiano, pero es una lengua exclusiva de Misades, así que son muy pesados con que hay que aprender español.

[...]

Esta tarde, cuando vuelvo a mi casa, tengo muchas cosas que hacer. Tengo que ir a la ciudad, a entregar la carta, luego a ver el Report, y encima, estoy en plena semana de exámenes de final de curso.

—Mamá, esta noche todas las chicas de mi clase vamos a la plaza a ver el Report.

—Pues ya podemos espabilar, con todas las cosas que tenemos para hacer...

Nos ponemos en marcha en la camioneta—la que utilizamos en el pueblo para transportar los alimentos que luego venderíamos en el mercado—con todas las que iban a entregar su carta, incluida Laura. Nos dirigimos a la capital de la provincia.

Hola otra vez, sólo quiero que sepáis que los comentarios y los votos son los que me animan a seguir escribiendo la historia, y que si queréis apoyarme, comentad y votad, por favor. Las críticas constructivas nunca están de más.