La selección

XL:

Cuando ya era indudable de quién se trataba, Evelyn salió corriendo a su encuentro. Le recibieron unos brazos más fuertes de lo que recordaba, que le sostuvieron e hicieron girar un par de veces.

- ¿Qué haces aquí? - Preguntó Evelyn con una amplia sonrisa en el rostro, una sonrisa de verdadera felicidad.

- El señor Corday tenía que traer telas. He venido un par de veces antes que esta, pero no te he podido ver. - Respondió Elyan con la misma expresión en el rostro que su hermana melliza.

- No me puedo creer que estés aquí, no sabes lo que os he echado de menos. ¿Cómo está mamá? ¿Y Sven y Kaira? ¿Y Caspian?

Elyan disminuyó su sonrisa mientras dudaba si serle cien por cien honesto con la respuesta que le iba a dar o no. Sabía que su hermana se preocuparía, siempre lo hacía, pero pensó que sería cruel no serle sincero.

- Todos están bien, Caspian nos ha visitado con más frecuencia desde que te fuiste. Sven y Kaira te echan mucho de menos, todos lo hacemos. Aunque... Mamá está algo enferma.

- ¿Enferma? ¿Qué le pasa? ¿Es grave?

Elyan intentó tranquilizar a su hermana con la mirada, sabiendo que era prácticamente imposible, mientras le respondía:

- Es un resfriado, pero lleva ya varios días que no mejora. No te preocupes, seguro que con un poco de descanso se le pasará.

- Tienes que hacer que se tumbe y que no haga mucho esfuerzo. Si no lo haces, ambos sabemos que no descansará. - Pidió Evelyn.

La sonrisa casi le había desaparecido. Era normal que se pusiesen enfermos, eran seres humanos al fin y al cabo, pero cada vez que algún miembro de su familia pillaba, aunque fuese, un resfriado, se preocupaba enormemente.

No es que fuesen enfermedades graves pero, al no tener demasiado dinero si quiera para llegar a fin de mes, visitar a un médico era extremadamente difícil, por no decir imposible. Y sin medicamentos, la recuperación no era tan sencilla.

- No te preocupes Evelyn, gracias al dinero que nos envían por tu estancia en palacio hemos estado comiendo mejor, y si mamá lo necesita, podemos llevarla a que la vea un médico.

- Sí, hazlo, aunque ella os diga que no, ya sabes que siempre finge estar mejor de lo que está.

- Lo sé, lo sé. - Elyan recuperó ligeramente la sonrisa y acarició un par de veces la cabellera de su hermana mientras le examinaba el rostro con ternura. - Estás preciosa.

- Ojalá pudiese decir lo mismo de ti. - Le respondió su hermana melliza instalando nuevamente el buen humor en su interior.

Su hermano estaba igual que como lo recordaba: con el pelo algo largo y siempre alborotado. Con la clara piel manchada de trabajar en la construcción o el transporte, y con los ojos que compartían, brillantes.

- ¿ Por qué está el palacio tan silencioso? Las otras veces que he venido se escuchaba más ajetreo.

Era verdad, Elyan aún no sabía que solo once chicas habían aprobado el examen.

- Ha habido un montón de eliminadas, solo quedamos once chicas en palacio, solo once pasamos el examen. - Le explicó en voz baja.

No se había dado cuenta antes, pero estaba incumpliendo un par de normas al estar hablando en palacio con su hermano, al que tenía prohibido ver, pero, no había ningún miembro de la familia real cerca, ¿Verdad?

- ¿Has pasado? ¡Enhorabuena! Sabía que eras más lista de lo que aparentabas. - Elyan le felicitó y le revolvió el pelo en un intento cariñoso de molestarla.

- Muchas gracias por el cumplido y por arreglarme el peinado, ya estaba harta de ir siempre tan perfecta.

- Te vemos todas las semanas en las entrevistas. Kaira opina que eres una verdadera princesa.

Evelyn sonrió con ternura al recordar a su hermana pequeña.

- Sigue sin ir a trabajar limpiando casas, ¿Verdad?

- Sí, pero ayuda a mamá en la cocina y cosiendo.

- Está bien, ¿Y Sven?

- El señor Corday intentó introducirle en el trabajo del transporte.

- ¿Qué? - Cortó Evelyn casi gritando, no podían meter a un niño pequeño en ese negocio, podrían utilizarlo para transporte de sustancias ilegales y ponerle en un peligro inevitable.

- Déjame terminar. El señor Corday intentó meterle en ese tipo de trabajo, pero Caspian y yo lo impedimos.

La chica soltó un suspiro de alivio, estar sin contacto directo con su familia, sin saber todos esos detalles que no le contaban por carta, conseguiría preocuparla.

- Por favor, cuida que Sven y Kaira no trabajen, con el dinero que estoy ganando al estar aquí podrán esperar un poco más. Y vigila que mamá descanse y dile a todos que les quiero mucho.

- No te preocupes Evelyn, tú solo preocúpate por disfrutar tu estancia en palacio. Debería ir yéndome, como te pillen conmigo tendrás problemas.

Eso Evelyn lo tenia claro, era evidente; pero no quería despedirse de su hermano. ¿Por qué no podía visitarlos? Tan solo un día...

- Vamos, no pongas esa cara, tan solo hemos estado unas semanas separados.

- Lo sé. Os echo de menos, eso es todo.

Elyan rodeó a su hermana melliza con fuerza y esta le correspondió el abrazo con la misma intensidad. Le daba igual que su hermano estuviese manchado o le ensuciase o le estropearse el vestido... Lo único que le importaba es que estaba con él en ese momento, que había podido hablar con él.

- Ten cuidado, y disfruta. Te veremos esta noche en la entrevista.

Evelyn asintió aún sin separarse. Esperó un par de minutos y se acabó rompiendo el abrazo.

- Vosotros también tened cuidado, y comed bien, por favor.

- Sí, no te preocupes.

Ninguno de los dos quería despedirse de manera definitiva, ¿Cuánto tiempo pasaría hasta que se viesen de nuevo? Podían ser días, podían ser semanas...

- Me voy. - Susurró Elyan, dando un par de pasos de espaldas, alejándose de Evelyn.

Esta asintió despacio y comenzó a imitarle, aunque se detuvo cuando Elyan se dio la vuelta y caminó hacia la salida de palacio a paso ligero.




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