La Semilla (cuento corto).

La semilla y La termita (Parte 2)

La pequeña semilla después de pasar tanto tiempo enterrado, en un gran sueño pesado para tratar de germinar, despertó sin éxito y sin noción del presente.

–Cuanto tiempo a pasado, díganme por favor –Grito la semilla–

–¡Señoras margaritas, señoras rosas!, señoras girasoles, ¿me escuchan?, necesito de su ayuda, ¡no logré germinar! –Exclama–

Pero todo era en vano, nadie lo escuchaba allá arriba, de pronto una voz se hace notar.

–Ah, así que sigues vivo, yo creí que ya estabas podrido,  ibas a hacer mi siguiente cena. 

–Pero de que hablas, ¿quien eres tú? –Pregunto la semilla–

–Ah, cierto, déja me presento, soy Raúl, una vieja termita que come semillas que han muerto, o para que no suene tan feo, que nunca germinaron.

–¡Qué!, ¿cómo puedes hacer eso? eso es imperdonable. –exclamo con enojo la semilla–

–No es lo que creés, yo solo me alimentó de ellas cuando se han podrido, no soy ningún asesino, y eso pasa sólo cuando las semillas no quieren dejar de ver el paraíso para salir a vivirlo.  –Contestó la termita–

–Soy muy conocido por todas las flores y ellas están agradecidas ya que mi función ayuda a crecer a más futuras flores.

–¿Ah si?, bueno, pero no estoy muerto. así que quiero que te alejes, y no vuelvas por aquí, no por ahora. –Dijo la semilla–

–Está bien, me iré, tengo mucho trabajo que hacer., Disculpa por interrumpir tu germinación, pero…  cuánto tiempo más necesitas para germinar? –pregunta sarcásticamente la termita–

–Ya he visto cientos de flores nacer y morir junto a ti y tu eres el que ha estado sin ninguna reacción, has tenido suerte de seguir vivo, porque ya te estaba echando un ojo. –Rie simultáneamente–

–Bueno, me despido…

La pequeñaa semilla se queda escuchando a la termita atentamente y su mirada se se cae, por lo que acaba de escuchar.

–¡Espera!...

Lo detiene la semilla.

–¿En serio?..., ¿llevo tanto tiempo aquí? 

–Uy sí, mucho tiempo, cómo 6 años a 7 años –contesto Raúl la termita–

–Sr. termita, ¿usted podría ayudarme? 

–Necesito crecer, necesito germinar, allá arriba me necesitan y me esperan, O eso creó… 

-Si claro como a todas esas semillas que pronto nacerán, las esperan muchas abejas, mariposas, y gusanos hambrientos que más...

–Si, pero yo soy especial. –contestó–

–JA,JA,JA,JA,JA.

La termita lanza una gran carcajada.

–¿Especial?... ¿Ah si? y por que eres especial?, si se puede saber.

–Soy hijo de la flor más hermosa de toda hectárea, de todo el paraíso, vengo de la gran flor, la reina.

–¿Cómo así?, no te creo... Ya deberías estar muerto, la reina murió hace años y su única semilla tardó años en caer, y después de caer ya no se supo nada de aquella semilla solitaria.

–Porque hasta el día de hoy no ha germinado y ya todas las flores lo han tomado por muerto y a la especie por pérdida.

–Pero soy yo esa semilla, usted más que nadie debe creerme, a mí me ha visto aquí. –Contesto la semilla–

–Bueno… Seas, O no seas, tu tiempo ya es mucho y no creo que vayas a germinar nunca, así que espera tu muerte.

–¡Por qué?, sr. termita, quiero crecer, ¡por favor!

–¡Sr. termita, necesito de su ayuda, no se vaya ... –Exclama–

–Lo siento, yo no puedo hacer nada y allá arriba tampoco lo creo, las flores ya tienen su vida, su siclos, tú debes de hacer lo que te corresponde y si no sabes que hacer yo menos muchacho, soy una termita; tengo mis propios deberes.

–Cometiste un error al quedarte tanto tiempo en la cima, y ahora debés tú  resolver tu destino, así es esto...

La pequeña semilla se queda callada, no tiene más preguntas, triste cierra sus ojos para dormir y volver a tratar germinar. 



#14465 en Otros
#1781 en Aventura
#4130 en Relatos cortos

En el texto hay: cuento, cuento corto, biologia

Editado: 14.03.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.