Darian
TENGO la seguridad de que la orden está tomando la peor decisión de todas por primera vez desde que ingresé aquí. Hace un par de días recibimos una carta de ellas.
En resumen, esta carta dejaba en claro que debíamos trabajar en conjunto y proponía una reunión con todos. Ahora, me encontraba en una de sus mansiones exóticas que distaban mucho de nuestro instituto. Al parecer, las brujas disfrutaban de lugares antiguos plagados de muchos colores e imágenes de sus antepasados.
El recibimiento en aquella mansión no era agradable, teniendo en cuenta que las brujas tampoco nos consideraban amigos. Tan pronto ingresamos a su mansión, puedo sentir como las miradas de todas están sobre nosotros. La mayoría de desagrado, otras de desconfianza.
No puedo evitar apretar la mandíbula, deseando enfrentarlas. ¿Acaso son unas santas? ¿por qué actúan como si nosotros fuéramos los malos?
Xander Rivers, uno de nuestros líderes de la orden nos guía a una especie de sala auditorio donde ya hay al menos unas cien personas. Yo en cambio, vengo al lado de Xander, Cassian, Gideon y unos veinte compañeros más.
Al ingresar a aquel lugar, no puedo evitar pensar que es como si caminara por territorio enemigo. Siento las miradas cada vez más pesadas y mi mano instintivamente va hacia mi cinturón donde tengo mis armas. Estoy consciente que estamos en un lugar que les pertenece a ellas y si decidieran atacar, estaríamos en desventaja. Sin embargo, prefiero sentir mis armas cerca y sentir la seguridad de que puedo defenderme si se presenta el caso.
Nos sentamos en uno de los asientos del auditorio y tanto yo como mis compañeros vemos a Xander acercarse al estrado donde está su asiento con ellas.
No estaba de acuerdo con estar aquí, de hecho, había insistido en que no aceptara esta solicitud, pero Xander estaba convencido de que debíamos escucharlas primero. Así que ahora tengo que soportar su desagrado. A mí tampoco me caen bien y desconfío de ellas.
A mi lado, Cassian me da un codazo en las costillas.
—Hombre, podrías sonreír un poco. Parece que estás a punto de declarar la guerra con solo mirarlas —comenta.
—No es como que ellas sean agradables tampoco —me justifico —. Además, estamos en territorio enemigo. No confío en nadie de aquí, ¿y si es una trampa?
—Dudo mucho que sean tan estúpidas como para hacer eso, la orden nos protege.
Ruedo mis ojos.
—Nadie va a protegernos de algo tan poco natural como ellas. Son monstruos.
Cassian comienza a toser aunque no estoy del todo seguro si es real o para disimular mis últimas palabras.
Nuestra conversación se ve interrumpida por el inicio de la reunión. Un grupo de brujas se presenta ante el público, todas ellas vestidas con capas oscuras. Xander, que ese encuentra en el estrado, da la mano a todas ellas.
La más grande de ellas, es la que comienza con su discurso y las razones que nos trajeron hasta acá. Básicamente, esta bruja, Agnes desea que la orden y el aquelarre se unan como está prescrito en la profecía. Que dos personas, una de cada equipo, sean las responsables de buscar y matar a la semilla antes de la siguiente primavera.
Lo cierto es que esta situación era algo que se esperaba desde que recibimos esa nota.
Si alguien debía encontrar y matar a esa semilla, tenía que ser yo. Así que propuse a Xander la idea, él aceptó al igual que mis compañeros antes de venir aquí.
Aunque claro,la idea era hacer esto solo y no con una de ellas.
Xander asiente con la cabeza aceptando la tarea y sé que no tendré de otra más que soportarlo.
—La orden ha discutido esto antes y estamos decididos a seguir con la misión. De hecho, ya hemos elegido a uno de los nuestros para esto —habla en voz alta y me señala.
Yo asiento con la cabeza, mirando desafiante a todas ellas.
La tal Agnes asiente de acuerdo con esto.
—De acuerdo, de nuestra parte, aun estamos por elegir a una de ellas pero...
Cualquier cosa que ella fuera a decir, se ve interrumpida por el ruido de las puertas del auditorio abriéndose. No creo que nadie lograra hacer una entrada más ruidosa que esa persona. Se trataba de una de ellas, solo que a diferencia de las otras, esta tiene aspecto de no tener respeto alguno por las reglas y todos en la sala la ven caminar con la barbilla por lo alto como si apenas le molestara tener la atención de todos.
Detrás de Agnes y Xander, veo como el consejo de brujas hacen caras de ofendidas y miran a la joven bruja como si acabaran de ver a satanás. Por otro lado, un grupo de brujas que se encuentran en los primeros asientos se giran a mirar a la nueva integrante asustadas, como si vieran a un fantasma.
—Señorita Raven —habla Agnes —. Estamos en medio de algo importante.
Ella se queda a unos metros del estrado y hace un reverencia, como si tratara de ser educada por primera vez. Aunque para mi parece toda una farsa, es obvio que esa mujer no tiene respeto por nada ni nadie.
—Estoy segura de que lo están, pero creo que he llegado en el momento indicado —comenta por fin.
—¿Indicado para qué? —pregunta Agnes tratando de mostrarse educada, aunque también parece estar molesta con la interrupción.
—Para presentar mi solicitud oficial a esta misión.
Mira a Xander y le da una sonrisa. Agnes abre la boca, pero nada parece salir de ella. Escucho a mi alrededor varios suspiros ahogados, muchos también del propio consejo que la miran horrorizados. De repente, toda la sala se llena de murmullos y voces por lo alto para opinar. La joven bruja se queda ahí, mirando a su líder y a Xander con una sonrisa en los labios, como si acabara de lograr justo el caos que quería.
Agnes sale de su aturdimiento y alza sus manos para callar a las masas.
—¡Silencio a todos!
Después mira a la chica como si necesitara explicarle las cosas de la manera más simple posible.
—Lavinia, por favor regresa a tu asiento. Todavía no hemos elegido a nadie. Lo dejaremos a votación del público.