XXI

Darian

El nuevo sitio al que hemos llegado es un pequeño pueblo llamado Thalos, una de nuestras primeras pistas en el mapa que nos dio tanto la orden como el aquelarre. A diferencia de lo que estamos acostumbrados, el pueblo de Thalos parece sacado de una historia medieval: con sus casas hecha en piedra, con su arquitectura gótica qué recuerda a esos cuentos de fantasía. Al llegar lo primero que noto es la naturaleza brillante y viva.

Es obvio que este lugar está repleto de magia, puedo sentirlo. En comparación con un ser humano, nosotros los cazadores de la orden tenemos un sexto sentido para percibir la magia. Nuestra piel se eriza y es como si nuestras respiraciones se ralentizaran mientras más magia está cerca de nosotros.

Las brujas tienen un tipo de aura poderosa qué incluso para nosotros los cazadores es imposible de alcanzar. Nuestra magia radica más en nuestra fuerza física, nuestra rapidez y talento para matar seres sobrenaturales, en cambio el poder de las brujas radica en la naturaleza. Son como una especie de flor qué va creciendo con el tiempo.

Miro a la bruja que tengo por compañera y noto como mira a su alrededor. Hemos estado caminando por el pueblo desde hace media hora y parece que no tiene mucho qué decir. ¿Es posible que no sienta nada? Después de todo, Lavinia es una de esas brujas que no parecen tener poderes. Es prácticamente una humana.

—¿Hacia dónde nos dirigimos? —pregunta por fin.

Mientras trata de seguir mis pasos, noto que el gato negro nos sigue. Va pegado a los talones de Lavinia como si estuviera tratando de protegerla de mí. Yo evito rodar mis ojos, es probable que la haya intentado matar una vez, pero el trato que hicimos antes de llegar aquí de verdad planeo cumplirlo. Al menos para lograr con éxito esta misión.

De acuerdo al mapa de pistas, debemos investigar una serie de avistamientos extraños. En Thalos hay magia poderosa debido a que es una comunidad de brujas, sin embargo hace un par de semanas, justo cuando se hizo el anuncio de la profecía completa, algo sucedió: una cadena de homicidios a brujas y cazadores originarios de este lugar.

—Opino que vayamos a la plaza común, ahí podemos preguntar a alguien originario de aquí.

—¿No sería más fácil ir a algún local y preguntar?

Aprieto mis dientes. ¿Por qué tiene que cuestionar todo lo que digo?

—¿Realmente importa? Podemos preguntar a quien sea.

Lavinia se cruza de brazos.

—Simplemente trataba de dar un consejo.

—Quizá lo mejor que puedes hacer por los dos es mantenerte callada.

Eso me hace ganarme un siseo del gato, quien ahora me mira con odio puro y sus ojos que creí amarillos ahora se ven de un tono verdoso casi fluorescente.

Lavinia se detiene y al igual que su mascota, sus ojos oscuros lanzan oleadas de odio hacia mí. Es diferente a los ojos de su gato, los suyos son demasiado oscuros para definir un tono. Es como si la oscuridad hubiera decidido tragarlos enteros. Ni siquiera logro identificar un tono café en ellos.

Casi todas las brujas qué conozco tienen un tono de ojos diferente. Siempre son colores vibrantes como el verde, morado, azul, sin embargo Lavinia parece ser de las pocas que carece de esa característica. Sus ojos suelen recordarme a la muerte, quizá por su madre.

—A veces deseo matarte mientras duermes —suelta de repente con una voz cargada de rencor.

Lo dice tan seria y amenazante que me es imposible no reírme de eso. Sé que lo dice enserio, pero por alguna razón no puedo ofenderme ni asustarme. Suelto una risa que ella ve mal.

—¿Qué es tan gracioso?

—Nada —intento mantenerme serio, sin éxito y eso solo la hace enojar más.

—Eres un imbécil —suelta antes de alejarse hacia la plaza común e ingresar a uno de los locales cercanos.

Maldigo por lo bajo y la sigo a ese lugar. Para cuando llego al local que vende piedras preciosas, encuentro a Lavinia hablando con una mujer que está detrás del mostrador.

¿Cómo se las arregló tan rápido para hablar con esa mujer?

Lavinia rueda sus ojos al verme.

—Cariño, tu novio ha llegado —suelta la mujer señalándome.

La bruja en cuestión suelta una risita, como si todo eso fuera muy gracioso y no niega a la señora nada. Intento abrir la boca para hacerle saber que no soy su novio, pero Lavinia me da una mirada de advertencia.

Sonríe a la mujer.

—Como le he estado diciendo, Darian está intentando arreglar toda esta situación conmigo después de haberme puesto los cuernos. Pero dudo que pueda mejorar algo. Así que aquí estamos, tratando de llenar ese vacío. Estas vacaciones intentan ser nuestra salvación, pero hemos escuchado algo extraño ¿Puede creer que escuchamos una noticia sobre una serie de muertes en este pueblo?

Ni siquiera tengo la oportunidad de dar un argumento válido a toda la historia que se ha inventado Lavinia. Parece ser toda una profesional en crear fantasías y que el mundo las crea. La expresión de la señora se torna oscura.

—Oh querida, este lugar es el menos indicado para una reconciliación —nos mira preocupada. Como si de verdad creyera qué somos dos enamorados.

Lavinia se inclina con interés hacia la mujer.

—Si sabe algo, por favor debe decírnoslo. Este pueblo nos parece encantador y de verdad nos gustaría quedarnos.

La señora hace una mueca, pero nos mira con cierta lástima. En especial a mí.

—No se sabe con exactitud como fue pero, hace dos semanas hubo una llamarada en el cielo. Parecía el fin de los tiempos y lo siguiente que supimos fue que varias mujeres y hombres fueron encontrados muertos al alba. Todos en posiciones extrañas, como si hubieran visto al mismo diablo. Algunos creemos que quizá eso fue, el mismo diablo quien lo hizo.

Tan pronto lo dijo, la vemos persignarse y dar un beso a su mano.

Lavinia se gira enseguida a verme y sé que debe estar pensando lo mismo que yo. Aquellas muertes... eran brujas y cazadores de la orden, pero lo más extraño es la forma en la murieron. Todos mis instintos me dicen que está ligado a los demonios, ¿pero por qué ellos harían algo como esto si les beneficia qué se cumpla la profecía de la semilla?