Darian
Una voz femenina cantarina dice:
El cazador y la bruja han hecho promesas en vano.
La bruja y el cazador creen que están cerca de averiguarlo.
Alguien suelta una risita.
Será divertido jugar en las aguas de su mente y encontrar su más profundo deseo.
Cuando mis ojos se abren, me encuentro en casa. Lo sé en el momento en que camino alrededor y veo las paredes de caoba, la alfombra roja. Los techos altos. La casa de mis padres, el hogar de mi infancia. Llego a la sala y encuentro al chimenea encendida, todo parece estar a la perfección, incluso el cuadro familiar que se encuentra arriba de esta.
Ahí estamos, mis padres y yo, sonriendo felices.
No logro comprender como es que he viajado al pasado, pero sé enseguida que me encuentro meses antes de haberlos perdido. Meses antes de su muerte.
A la primera persona que veo es a mi madre, que se acerca con una sonrisa hacia mí. Mi corazón late con fuerza y cuando ella alza su mano para acariciar mi mejilla, la dejo.
—Mi precioso hijo. Siempre has sido tan fuerte.
No puedo evitar sentir un nudo en la garganta, ella me mira como si fuera perfecto, como si en realidad no estuviera tratando de vengar su muerte. Para ella sigo siendo ese niño pequeño e inocente.
—Mamá —logro formular con la voz entrecortada. Nunca creí poder verla de nuevo, pero ahora está aquí enfrente de mí y se siente real.
—Soy la más afortunada de tener a un hijo como tú —dice con lágrimas en sus ojos.
Yo me detengo a pensar sus palabras y quisiera estar de acuerdo con ellas, hasta que recuerdo el horror en los ojos de esa joven bruja. El miedo brillando en sus ojos oscuros después de que la mandara a un destino que casi aseguraba su muerte. ¿Realmente soy mejor que ella?
Usé a su propia hija para vengarme de ella y ni siquiera creo que lo sepa.
Mirar mi madre de nuevo a los ojos me cuesta. Ella no aprobaría la venganza, estaría decepcionada de mí.
—Siempre supe que nuestro hijo estaba destinado a la grandeza —escucho decir a una voz masculina. Al girarme, ahí está mi padre sonriéndonos.
No logro explicarlo, es como un sueño, pero la vez no. Se siente real, siento la calidez del abrazo de mi madre y puedo oler el perfume de mi padre. La casa está en perfectas condiciones, como si nunca hubiera pasado un desastre por ella, como si el pasado nunca hubiera sido tan doloroso. No había heridas, solo nosotros tres.
La escena es perfecta, pero estoy consciente de que no puede ser real. Es imposible viajar al pasado. Mi madre inclina su cabeza y asiente en acuerdo con mi padre.
—Su destino ya está escrito. Tu vida será perfecta Darian, una vez que acabes con ella.
¿Ella?
Miro a mi madre y luego a mi padre sin comprender nada. De repente siento su mano demasiado fría sobre mi mejilla. Como si fuera un hielo quemando mi piel, me alejo instintivamente. Mis padres siguen mirándome con expectación, yo no entiendo que está pasado pero sus palabras no tienen sentido. No se siente como si fueran ellos.
—No lo entiendo, ¿de quién hablas? ¿quién es ella?
—Pronto lo sabrás, hijo —responde mi padre.
—Sus destinos están intercalados, tú debes salvar al mundo y ella está destinada a destruirlo.
Siento mi corazón latir con fuerza ante aquella declaración, recordando otro de mis sueños hace unos días. La voz de una mujer a lo lejos diciendo que ella es mi destino.
De nuevo puedo sentirlo en mis padres. Aunque ahora comprendo que esto en definitiva no es real. Ellos han muerto y estas figuras son simples sustitutos. Ya no lucen como ellos tampoco. Ahora la casa de mi infancia está destruida, tal cual como esa noche donde los encontré muertos.
Los ojos de mi madre que son azules como los míos se oscurecen totalmente y una sonrisa siniestra se posa en sus labios. De repente puedo ver sus heridas, las heridas que causaron su muerte y es como ver a un muerto viviente. Igual con mi padre.
—Una vez que la mates, regresaremos contigo —dicen ellos.
Me alejo varios pasos hacia atrás, siguiendo a mis instintos. Todo a mi alrededor comienza a temblar y la escena cambia en un parpadeo.
Ahora me encuentro de nuevo en la calle de la ciudad de las sombras y en medio de esta veo un cuerpo delgado tirado en el suelo. Al acercarme veo que es Lavinia. Corro hacia ella y me inclino para intentar reanimarla, sin embargo, ella está inconsciente en el suelo con sangre saliendo de su nariz.
—Lavinia despierta —pongo mi manos en sus hombros.
No responde, no siquiera parece estar respirando. La levanto en brazos y se siente como levantar a una muñeca sin vida. Su cuerpo cae hacia atrás con todo su peso.
—¡Lavinia! ¡Vamos! ¡Dime un insulto o algo!
Es como ver en cámara lenta, como si pudiera sentir la vida alejarse de ella. Su cuerpo inconsciente parece de acuerdo con ello, como si fuera normal. Incluso su gato no intenta maullar, solo la mira fijamente.
Ella no puede morir.
«Algunos destinos no pueden cambiarse, por mucho que intentes intervenir, la vida se encarga de que se cumplan las promesas escritas»
«Es destino es cruel a veces y tiene una extraña forma de unir a las personas»
«Una bruja y un cazador, con una misión imposible»
«Las líneas dibujadas del destino pueden decidir cumplir con las promesas de la forma más extraordinaria posible»
Todas son voces resonando en mi cabeza, a mi alrededor ya no veo neblina ni nada más. En mis brazos tengo a Lavinia, apenas con vida y ellas comienzan a acercarse, diciendo toda clase de cosas que no entiendo. Forman un círculo encerrado donde solo nosotros dos estamos.
«Lavinia Raven y Darian Black, bienvenidos sean a la ciudad de las sombras. Que la oscuridad los acompañe por toda la eternidad».
Escucho un chasquido y varias risas. Todas esas brujas burlándose de nosotros, mi primer instinto es sostener a Laviana cerca de mí. Si la atacan a ella, no podrá defenderse.