Lavinia
El regreso a la sede de Nana se siente demasiado extraño e incómodo. Teniendo en cuenta que ahora la vieja bruja no deja de mirarnos con una expresión parecida a la ternura y yo simplemente no lo soporto. Al igual que no soporto toda la carga de información que he obtenido en los últimos días.
Todo lo que creía diferente en mi vida tenía una razón y las piezas encajaban como una sola ahora que sabía la historia completa de mi nacimiento.
No es precisamente una noticia que alguien quiere saber. Que tu nacimiento es básicamente ese momento en el cual el mundo va a ser destruido, que estás destinada a acabar con todo.
Al principio, me negaba a aceptarlo. No era posible, nunca he tenido poderes. Siempre me he esforzado por ser una bruja excelente y lo único que he logrado es recibir burlas y quejas. Ni siquiera mi madre parece ver un potencial en mí, entonces ¿por qué razón yo sería ese destino tan terrible del que todos hablan?
Yo no deseo esto. Nunca lo pedí, pero esas situaciones extrañas, esas muestras de poder que no sabía que tenía. Ahora no había forma de ocultarlo. Nana me había mostrado todas las posibilidades y gracias a eso logré entrar a los sueños de Darian y sacarlo de su infierno propio.
Ahora debía aceptar el hecho de que yo era la profecía. Yo era el inicio del fin e irónicamente estaba metida en una misión donde buscaba acabar conmigo misma. ¿Cómo iba a seguir con esto?
Me sentía abrumada. Furiosa.
Esta no podía ser mi vida.
Pero lo era.
Aceptarlo era otro golpe.
Él te matará si se entera de la verdad.
Darian Black, mi compañero de misión y probablemente mi mayor enemigo. Si él se enteraba de todo esto, no dudaría ni un segundo en matarme. Entonces ¿por qué fui tan tonta para salvarlo? ¿Por qué simplemente no pude dejarlo ahogarse?
Quizá una parte de ti esperaba que fuera verdad lo que Nana dijo de él.
De nuevo ahí estaban esos pensamientos intrusivos, recordándome lo que Nana había dicho.:
«Los sueños simplemente sacan a relucir todo tipo de sentimientos profundos del corazón»
Dudo que esos sentimientos puedan ser reales, más allá del odio que hay entre nosotros. Pero ahora aquí estábamos y yo debía aceptar mi realidad. Si quería sobrevivir a esto, no podía decir la verdad. Tenía que ingeniar un plan de supervivencia, huir del país, hacer algo antes de que toda mi especie o Darian me mataran.
Si es que existe algún sentimiento de él hacia mí, solo es confusión. Debe ser eso. Nada más.
—¿Lavinia?
La voz de mi compañero de misión me saca de mis pensamientos. Para entonces ya hemos dejado la casa de Nana y ahora estamos de vuelta en el auto.
Él está mirándome fijamente con el ceño fruncido, parece preocupado.
—¿Si? —logro responder.
—Creo que lo mejor es descansar, debes estar cansada después de todo esto.
Ni siquiera logro comprender esta nueva actitud suya, como si de repente no fuera una molestia para él y en verdad le preocupara mi bienestar. Aprieto mis manos con fuerza. ¿Quién se cree para darme órdenes?
—Estoy perfectamente bien. Sigue con el camino.
Él aprieta el volante con fuerza, pero no arranca el carro.
—Lavinia —su tono de voz suena como una advertencia.
—Sigue con el camino. No necesitas preocuparte por mí, no estoy cansada.
—Dudo que sea el caso.
¿Qué? ¿Acaso ahora se cree mi papá? No soporto esta faceta amable de él, ¿qué hay del chico que apenas y podía mirarme antes de enfurecer?
—No te importa, nunca lo ha hecho. ¿Por qué ahora?
Esa última pregunta lo deja en silencio.
Sus nudillos se ponen blancos de apretar el volante. Está intentando con todas sus fuerzas no responderme. Y yo sé que estoy tentando a la suerte, que estoy provocándolo porque una parte de mí no se cree que él pueda sentir algo diferente al odio. Darian Black me va a seguir odiando, así como yo lo hago.
Durante el camino, intento con toda la fuerza de voluntad que tengo en quedarme despierta, sin embargo, el cansancio me tumba y acabo por quedarme dormida contra la ventana de copiloto. Ni siquiera Onix logra despertarme.
Cuando abro mis ojos de nuevo, me encuentro en un lugar totalmente distinto. Es una habitación de hotel y estoy en la cama. Todo está en completa oscuridad a excepción de la luz qué entra por una de las ventanas. Entonces lo veo.
Darian está en una de las sillas qué hay y duerme incómodo. Onix está sentado en su regazo.
Ahora sé que la única razón por la que estoy aquí es porque él me ha traído. No se molestó en despertarme, no. Simplemente decidió por mí y me molesta cada vez más.
Con la energía renovada, me levanto de la cama y salgo de la habitación para buscar un poco de aire nocturno. Al salir, me encuentro con un balcón pequeño y me recargo en él. La luz de la luna es clara y completa que parece un foco por si sola.