La Séptima: Saga de Guardianes

4. La graduación

La niña se escondió en la oscuridad. Por varios días, sus lágrimas y lamentos. Le fue imposible salir y enfrentar la realidad, deseaba que llegara el día en que despertara de aquella pesadilla. Comió poco y durmió demasiado. Lo que no sabía, es que se estaba sumergiendo en un dolor aún mayor. El único el cual podía ser capaz de atarla a aquellos pensamientos, era el silencio.

Su padre la buscaba incansablemente, llevándole comida, libros o simplemente se sentaba a su lado, mientras Amara dormía en sus brazos. Todas las noches sentía que aquel ser de terror puro, la acechaba, lo veía en todos lados, en las sombras de su habitación o en el rumor del viento. Así que encendía la luz y corría a la habitación de su padre, donde sabía que no podían hacerle daño.

La semana después del incidente del profesor Alvarado, por correo, llegaron sus calificaciones. También las Propuestas de Unión. Allí sabría si de verdad podría pertenecer a los Cazadores. Era una meta muy importante. Le ayudó a despejar su mente, a recomponerse de su dolor. Poco a poco fue olvidando aquella sensación, gracias a las ansias y curiosidad que le causaban el unirse a una Organización.

En el momento que escuchó a Dorian Fonseca abrir la puerta y llevar el paquete a su sala, Amara salió corriendo. Su padre cerró la puerta, le entregó una carta con el sello de El Consejo De Guardianes. Sin esperar un solo segundo más, Amara abrió la carta. Detrás de ella estaba él con una taza de té, la miraba, esperando. También estaba ansioso.

Su tío casi deja caer su taza de té cuando gritó de alegría. Leyó en voz alta:

Consejo De Guardianes

Propuesta De Unión

Amara Fonseca

A continuación, los resultados de las pruebas. Dichos resultados no deberán interferir en su decisión. Su objetivo es ayudar a quienes se encuentran aún indecisos. Queremos felicitarla debido a sus altas calificaciones. Es muy importante para El Consejo De Guardianes su desempeño los últimos años. Muchas felicidades.

Propuestas:

1. Explorador

2. Cazador

3. Sabio

Sus dos deseos se habían cumplido. Tenía como propuesta La Organización de Cazadores y no había sido elegida para Oculus Aquilae. Tanto Dorian como su hermano parecían aliviados.

Ese día Sebastián preparó su famoso plato de espagueti, y Dorian le compró los libros que tanto quería. Los tres se sentaron a la mesa y disfrutaron de la comida. Estaban ya tranquilos, lograron olvidar el horrible desastre que había ocurrido hacía unos días.

—La selección para los Sabios debería considerarla muy bien —comentó su hermano.

—No importa. Quiero ser Cazadora —le dijo ella sonriendo.

—¿Estás segura? Recuerda que la decisión es permanente —le recordó Dorian—. Además, muy pocos son elegidos como Sabios. Es una oportunidad única.

—¡Por supuesto!

—Desde pequeña querías unirte a ellos. ¿Por qué?

—Me pareció importante su trabajo. Siempre fue mi sueño —respondió. No quería que supiera lo que la motivó en primer lugar.

La tarde del siguiente día, estaba ya Amara con su uniforme completo. Debía llegar a Donde Lucy antes que Dorian y Sebastián. Allí se reunió con Tomás, como siempre, para llegar a su salón.

Cuando llegaron, tras esperar unos veinte minutos en la Estación por culpa de un grupo de vendedores, encontraron a todos sentados en sus respectivos lugares, manteniendo el silencio. Estaban ansiosos. Tomás se sentó junto a Sofía, Dean y Amara, no con sus amigos. A los cuatro los unió un vínculo desde el accidente, comían juntos, se sentaban juntos e incluso caminaban juntos a casa. Evitaban alejarse, como si eso los volviera vulnerables, o si alguien los buscará y tuvieran que protegerse.

Su profesor quería verlos y hablar con ellos antes de ir al auditorio, donde sería la ceremonia. Y como siempre estaba Kate, preguntando quienes habían logrado entrar a Oculus Aquilae.

—¡Dean! Tomás, Sofía y… Chica Tornado —dijo ella mirando con desprecio a Amara. ¿Por qué esa chica la odiaba tanto? ¿Había hecho algo ella? No lo recordaba…

—¿Qué sucede? —se notaba el desprecio en el tono de Sofía. Siempre con su gorro, no se lo quitaría ni siquiera para la graduación.

—¡Adivinen quien fue la única de la generación en ser elegida para Oculus Aquilae! ¡Yo!

—Sí, felicidades. Me preguntaba ¿por qué no vuelves con tus grandes amigas por allá? —le respondió Amara señalándolas.

—Saben. Ya no estaré con ellas…

Llevaba en su mano la hoja donde aparecía el nombre de tres Organizaciones. En el tercer lugar decía: “Oculus Aquilae” y venía el inolvidable símbolo del águila.

—¡Seguro que soy el primer miembro que conocen!

“Sí, Kate. El único miembro…”

—No eres miembro aún. Solo estás en preparación para serlo. Primero debes pasar una prueba —le explicó Sofía.

—Es casi lo mismo.

Kate fue interrumpida por la llegada de su profesor. Él los felicito y les habló de que su camino apenas empezaba y ya saben, el discurso de siempre. Aunque se notaba la tristeza y el orgullo en su tono. Después de tantos años, seguramente si los extrañaría.




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