La Séptima: Saga de Guardianes

5. Reunión con los Guardianes de negro y dorado

La escuela de Liternia, parecía otra de noche. Nunca había estado allí tan tarde como aquel día, ni siquiera durante las eternas reuniones de fin de curso. Era un sitio misterioso y aterrador. La oficina del director se encontraba en la zona más oscura—por casualidad—del edificio. Allí los esperaban otros hombres y mujeres con el uniforme. Eran cinco en total. El hombre alto y ella no intercambiaron una sola palabra durante el camino, ni siquiera le respondió cuando preguntó de qué se trataba. Quien parecía intranquilo era Dorian.

Al llegar, una mujer anciana la saludó con una sonrisa y abrió la puerta de la oficina. Dentro esperaba alguien, llevaba el cabello corto, unos lentes pequeños y bajo sus manos unos documentos. A su lado, varias personas sentadas frente al escritorio, las cuales reconoció al instante.

Dean, Tomás y Sofía la miraban entre aliviados y asustados. El primer pensamiento que cruzó la mente de Amara fue: "Nos atraparon".

Se sentó al lado de Tomás, él señaló con sus ojos los documentos. Intentó leerlos.

—Soy la directora Sakho. Actual líder del Complejo de Preparación para Miembros de Oculus Aquilae. Pueden llamarlo CPOA —se presentó—. Primero que todo, quiero que se tranquilicen. No estamos contra ustedes, queremos ayudarles.

—¿Con qué? —preguntó Tomás.

—Ustedes saben perfectamente por qué. Sabemos todo acerca de ustedes, el profesor Alvarado e incluso la organización que tienen a la hora de hacer sus "bromas". Primero, la joven Ágora se encarga de buscar información para ustedes. Segundo, los jóvenes Fonseca y Salazar crean un plan tomando en cuenta la información brindada. Por último, el joven Vega la lleva a cabo.

Los chicos intercambiaron miradas. Amara sentía el sudor frío recorrer su frente.

—N-nosotros... —comenzó Sofía.

—Aunque sus acciones no son correctas, su método me llamó la atención, debo admitir. Lograron efectuarla de tal manera que solo los descubrieron una vez, digno de admiración. Y eso solamente porque dos de ustedes confesaron. Gracias a esa información tenemos una idea de quién asesinó a su profesor.

—¿Qué significa eso? —preguntó Amara.

—Significa que ustedes recibirán un castigo. Uno grave. Encerrar a un profesor durante una clase, amerita una expulsión, pero debido a la situación, se manejará de una manera distinta.

—¿Cuál es nuestro castigo? —preguntó finalmente Dean. Temblaba.

La directora Sakho tomó los documentos, se los tendió a los chicos. Al leerlo Amara sintió un sabor amargo en la boca.

—Serán vigilados por nuestra Organización. Tienen prohibido unirse a cualquier otra.

No era posible. Tenía que preguntar...

—¿Qué sucedería si nos negamos?

—Irían a un reformatorio. Recuerde que está involucrada en un caso de asesinato, joven Fonseca. No tiene opción. Además, no veo razón por la cual negarse —afirmó Sakho.

Repartió un documento a cada joven Guardián, los cuales llevaban el sello de la Organización y la firma de la directora. Cada uno poseía cuatro hojas, con información que no le interesaba en lo absoluto. Amara sintió alivio, aunque la idea de unirse a ellos le parecía una molestia, lo mucho que había intentado alejarse y la buscaron. Continuaba preguntándose el por qué había escuchado a Tomás.

—Acepto —dijo Tomás repentinamente—. Siempre quise unirme a Oculus Aquilae.

—Yo también —añadió Dean.

—¡Jamás me negaría, señora Sakho! — exclamó Sofía, parecía haber olvidado todo su miedo.

Definitivamente no quería ir a un reformatorio. Mucho menos perder la oportunidad de unirse a una Organización. Sino, al finalizar, iría a un colegio, estudiaría en una universidad y se vería obligada a llevar una vida Ordinaria. De solo pensarlo sintió un escalofrío.

—Yo también acepto... —se rindió Amara. Para ellos era una oportunidad única.

—Quiero aclarar algo. Me sorprendió que estudiantes con tan altas calificaciones se involucraran en esto, incluso uno de ustedes fue propuesto como Sabio y recibió una invitación de El Consejo. Tienen un potencial que no dejaré se pierda en otro lugar. Por órdenes mías, se tomó esta decisión —explicó la directora—. Presten mucha atención a lo siguiente. En el momento de la Ceremonia de Unión, aparecerá el símbolo.

» Sus padres ya están enterados de esto, justo en este momento se les está explicando la situación. Ellos saben lo de la broma. Tienen prohibido hablar del tema. Deben actuar como si fueron elegidos como todos los demás. Eso es todo. ¿Entendieron? Y no se preocupen, ya hablé con los representantes de El Consejo. «

Asintieron.

—Sin más que decir, lamento que no en las mejores circunstancias, pero, bienvenidos a Oculus Aquilae. Vayan y disfruten de la cena.

Tras despedirse de los miembros. Se reunieron fuera de la oficina, entre confundidos y aliviados, como si hubieran escapado de la muerte.

—¡Es genial! —exclamó Sofía al salir.

—Lo sería aún más si no estuviéramos amenazados —comentó Amara.

—Tienes razón. Pero de todo esto, obtuvimos algo bueno —dijo Dean.




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