La Sicario

Capitulo 7

Lara iba de camino mentalisada ya en matarla. Se detiene a una cuadra de la casa de Juanna y deja el auto. Coloca el cuchillo bajo se vestido rojo fuego y toma su abrigo. Antes de salir del auto controla las balas y le coloca el silenciador.

Mira para un lado y para otro. La zona estaba desolada. Mira su reloj y marcaba las 3:25 de la madrugada. Se acerca muy silenciosamente y observa algunas luces encendidas. Sabía que alguno de los hijos de Jukk debía estar despierto, estudia la casa y recuerda dónde estaba la habitación de Juanna porque Jukk una vez le contó como era la casa por dentro. 
Se acecha lenta y minuisiosamente a lo que sería la ventana de la habitación y la ve allí durmiendo. 
Sólo debía abrir la ventana sin hacer ningun ruido entrar y rematarla. Logra abrir la ventana y cuando va a ingresar alguien la toma de la pierna, la ataca de atrás y  la hace caer; le tapa la boca. Ella intentó defenderse, hubo un forcejeo y logró golpear en el rostro con la culata del arma aquella persona pero ya había quedado inconciente para entonces.

Pasó una hora y ella iba reaccionando de a poco. Se sentía aturdida, estaba mareada y sus párpados le pesaban mucho.
Una voz suave y dulce le pregunta. 
— ¿Estás bien? ¡Si lo estás levanta tu brazo!  — preguntí la suave y dulce voz —. Ya va a pasar. Es por el somnífero que estás así. ¡Estás  a salvo Lara! No tengas miedo. Voy por algo de comer.

Lara se sienta en la cama y mira sus manos, se sentía aturdida, nota que su visión iba tomando nitidez. 
Observa el lugar y masajea su cuello, se sentía pesada. Mira la mesa de luz y su arma estaba allí, la toma sin dudar y se repone rápidamente como puede. Escucha pasos que se acercaban y se esconde detrás de la puerta que se encontraba abierta. 
Un hombre vestido de negro ingresa. 
— ¡¿Lara?! —preguntó el hombre.

Ella le apunta en la cabeza. — ¡No te muevas o mancho la alfombra con tu sangre! 
El joven hombre se da vuelta y la miró a los ojos, apoya su cabeza en el arma de Lara . 
— ¿Vas a matarme, hazlo? ¡No has perdido tu toque mi reina! —dijo el joven hombre.

Lara queda boca abierta y lo miraba anónadada se lanza  a los brazos de Kalevi. Lo observaba de pies a cabeza y acaricia su rostro, ve una herida en su cabeza. 
— ¡Kal! ¿Dónde estoy? ¿Qué haces tú aquí?  —preguntó Lara confundida —. Has regresado y no fuiste por mí ¡¿Qué clase de amigo hace eso?!

Kal. —¡Dame el arma! 
Kalevi cogió el arma y la deja arriba de la cama. —¡Estaba cargada!  —expresó Kal y toma las manos de Lara y las acaricia tiernamente —¡Podías haberme disparado si querías! Estás en mi casa a salvo mi muñeca ¡Sí, regrese hace un mes y me tome el trabajo de seguirte muy delicadamente!  Deberías agradecerme; si te dejaba  entrar a la casa de aquella mujer ahora estarías presa y tu hijo sin su madre ¡Deberías aprender a ser menos impulsiva y más pensante!
Lara lo miraba sorprendida, bueno, no muy sorprendida porque era parte del estilo de Kalevi.
—Ven quiero mostrarte algo  —manifestó Kal, toma de la mano a Lara y la lleva a la ventana — Siempre estoy cerca de tí cuidandote y tú no me ves o no te das cuenta.

Lara se acerca y mira hacia afuera y ve su casa desde aquella ventana y no se sorprendió mucho conociendo  a Kal era de esperarse. 
— ¡Así que tú eres el profesor que compro la casa y el  ente que me observaba en mis noches de soledad en el hall de entrada! —dijo Lara de manera irónica—.  ¿Por qué no cruzaste a saludarme?

Kal. —Me gusta el dramatismo y el misterio, eso lo aprendí de ti.
Él, le regala una sonrisa y dice:  —Ya está todo resuelto. Tu esposo cree que estás en casa de tu amiga Victoria que no llegaste a la casa de su ex esposa y que vas a quedarte con tu amiga para descansar y pensar en todo esto —declarò Kal y le devuelve el teléfono —¡Jamás dejo un cabo suelto a comparación tuya!
Lara toma su teléfono y lee los mensajes que supuestamente ella le había enviado a Jukka, le da una palmada en el hombro a su amigo. —¡GRACIAS! Siempre pensaste en todo pero quiero que me digas todo ahora mismo.

Kal. —Tengo café preparado, bajamos y te muestro el lugar, te lo contaré todo y sé que vas a enojarte mucho conmigo.

Lara. —¿Ya son las 4 de la madrugada? Ella observo su reloj.

Kal. —No te preocupes, dormirás aquí en mi cama, yo tengo una habitación de húespedes y  la ocuparé.
Kalevi se ríe y mira a su amiga de arriba abajo y le preguntó: —¿Desde cuándo te preocupa la hora? Estás algo cambiada pero tienes tu belleza intacta, los años no han pasado para ti.

Lara. —Tú no te ves tan mal tampoco, sólo por esa herida en tu frente.

Kal. —Sí, una loca peliroja me golpeó.
Ambos se rían, él la invitó a bajar a la sala de estar. Se sentaron en el gran sofá blanco de la sala de Kal, ella enciende un cigarrillo y le combida a Kal uno y él  lo acepta. Kal le narra todo desde su llegada a Soumi; «IBA A  BUSCARLA  PERO LA CONOCE BIEN Y SABE QUE ELLA ERA UNA MUJER INESTABLE A VECES Y QUIZÁ ELLA LO HUBIERA  HECHADO. 
EL SEÑOR CACCIATORE, LE CONTÓ DE LA CASA QUE ESTABA A LA VENTA FRENTE A LA CASA DE SU HIJA; TAMBIÉN LE CONTÓ LOS PROBLEMAS MATRIMONIALES DE LARA Y JUKKA.
EL PADRE DE LARA DESEABA QUE KALEVI  CUIDARA A SU HIJA  DESDE LEJOS PORQUE SABÍA  QUE ELLA NO IBA  ACEPTAR JAMÁS LA IDEA DE RECIBIR AYUDA DE SU MEJOR AMIGO.
EL SEÑOR CACCIATORE  NECESITABA QUE KAL SE INSTALARÁ ANTES DE SU VIAJE A ITALIA,  QUERÍA QUE ALGUIEN PROTEJA  DE SU NIÑA Y QUE MEJOR QUE KALEVI PARA AQURL TRABAJO.
ÉL ERA SU AMIGO Y LA CONOCÍA COMO LA PALMA DE SU MANO.

ÉL SE PRESENTA  ANTE LOS VENDEDORES CON UNA CREDENCIAL TRUCHA COMO MAESTRO DE FACULTAD E INVESTIGADOR.
IRÓNICAMENTE, A CAUSA DE SU TRABAJO VIAJABA  MUCHO, ASÍ QUE COMPRABA EL INMUEBLE PARA YA TENER UN LUGAR DONDE ESTAR CADA VEZ QUE VOLVIERA A FINLANDIA PARA NO PAGAR HOTELES.




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