La Sicario

Capitulo 8

Lara al otro día desayuna en casa de Kal y observa cuando Jukka se iba de la casa y ella lo llama por teléfono. 
—¡Jukka en una hora voy por Jared a casa de tu madre! Y quiero que hablemos bien. Nos merecemos sentarnos y aclarar algunas cosas—dijo Lara

.
Jukka. —¡Bueno! Yo voy por unos papeles y nos vemos en casa en unas dos horas  ¿Vos estás bien?

Lara. —  Sí, no te preocupes por mí.

Jukk. — No le digas nada a mi madre y tampoco a tus padres. Esto es un problema de pareja y ellos son ajenos a esto.

Lara corta la llamada y mira a Kal, éste la toma de la mano y le da una llave.

Lara. —¿Qué es esto Kal?

Kal. —Tu llave; de tu caja de seguridad del banco.

Lara. —¡No Kal! Yo  no voy aceptar esto. No es mi dinero.

Kal. —Sí, es tuyo también ¡Por favor! Si no lo tomas tan sólo aceptalo por tu hijo. Es un regalo del tío Kal.

Lara. —¡Kal no puedo!

Kal. —Pagà la hipoteca de la casa por tu hijo.
Kal, le da unas carpetas y le dice: —Aquí està todo, tu cuenta, los papeles que Jukka firmó para Juanna y datos de la masajista. Es una zorra, se acuesta con cada paciente, la sigo desde hace meses y hay fotos que no te van a gustar ¡No sé que decir! ¿Qué vió tu esposo en ella teniéndote a ti? Mira, la cosa es así, ella es hermana de un amigo de él y vienen revolcàndose desde hace años incluso cuando jukka estaba en matriminio con Juanna ¿Qué vas hacer con ella? ¿Sigues con tu plan de limpiarla del mapa?

Lara. —¿Cómo sabes eso, jackeaste mi computadora?

Kalevi la mira y hace una seña con sus manos dándole a entender que si lo hizo.

Lara. —¡Gracias! Sos mi angel guardián y le haces honor a tu nombre «eres mi héroe»
Kal la toma entre sus  brazos y sintió deseos de besarla y quedarse con ella para siempre. No entendía porque ella no aceptó casarse con él. A su lado ella hubiera sido feliz y no pasaría por todo lo que estaba pasando ahora. Deseaba tenerla en su cama como en los viejos tiempos pero sabía que ella estaba con Jukka y se obtuvo al deseo y la lújuria.

Kal. — Vete a buscar Jared y trata de arreglar las cosas calmada, sin pelear. Yo estaré aquí.

Lara le da un beso en la boca y con una viz calmada le susurró: —¡Esta bien! Y avisa que volveré al rodeo. Ahora más que nunca necesito regresar para juntar dinero.

Kal. —¡No, no lo apruebo! Piensa en tu hijo. Si es por dinero yo te lo doy pero no quiero que vuelvas a  ensuciándote  las manos de sangre.

Lara.  —¡Ya tomé la decisión! Solo avisa por favor ¡Estaré bien!
Ella deja la casa de Kalevi y va en busca de su hijo.
Al cabo de dos horas Jukka regresa. Se sentaron en la mesa de la cocina a beber café y hablar seriamente todo.

Lara. — ¿Cómo es eso que tu ex se queda con el 80% de tu negocio? Ella pasará a ser tu jefa ahora? 
La voz de Lara ya no era dulce, se escuchaba fría y cortante.

Jukka. —¡Lara escucha! Antes que nada lo de anoche fue un error. Necesitaba estar con alguien. Últimamente entre nosotros no pasa nada y tú misma me llevaste a  buscar sexo afuera ¿Era eso lo qué querías? ¿Qué fuera un esposo infiel?

Lara suspira profundo y mira al pequeño que jugaba en un rincón de la cocina y dijo:  
— ¡No me culpes a mí por tus errores! Tu ya tenías esa costumbre desde que estabas casado y si tratas de que me sienta mal no vas a lograr nada ¡Buscaste sexo afuera con una zorra prostituta barata! Y si es por eso ¿No sé qué te llevo a engañarme durante años con tu ex esposa? Que yo sepa eramos solteros y el sexo era bueno  ¿Qué excusas tienes para ello? Te revolcabas con tu ex mientras yo salía contigo e incluso cuando el niño nació pero eso es lo que menos me importa ahora. No me interesa eso. Me interesa el futuro de Jared. Ella se queda con todo y nosotros a sobrevivir con lo que sobra. Estuve pensando en hablar con mi padre para que nos ayude con la hipoteca de la casa.

Jukk. —¡No!  (le gritó a Lara) No quiero nada de tu familia. Menos dinero, este asunto es mío y voy a resolverlo.

Lara  lo miraba desde el otro extremo de la mesa. —Vuelvo a trabajar para mi ex jefe —comentó Lara y acotó —.  Esta tarde me llamará y haré parte del trabajo en casa. Solo deberé viajar una vez por semana donde el indique. El pago es muy bueno y no voy aceptar un NO de tu parte más que nunca necesitamos el dinero. Ya me entregaron un pago y voy a saldar un porcentaje de la hipoteca. Ya lo mande.

Jukk la miró con sus grandes ojos verdes enfurecido por la decisión que ella había tomado pero internamente sabía que no podía negarse, más ahora con tantas deudas y con todo aquello. 
— ¡Esta bien, lo acepto!  —murmuró Jukka —. Yo esta semana no iré al negocio. Ella estará ahí y no  lo soporto. No le basto todo lo que le dejé, deje a su nombre el gimnasio, la libreria y aún asi quiere verme en la rúina.

Lara. —¡Aceptalo! Es tu mujer legalmente todavía. Yo soy tu esposa pero en Las Vegas. No te olvidès que nos casó un adicto a la heroina. Nada fue real esa noche. No voy a marcharme. Me quedaré por que te quiero y por nuestro hijo pero yo voy a trabajar, los días que viaje vas a  tener que quedarte con el pequeño. Igual los viajes son solo de un día.

Jukk aceptó y su ego odiaba aquella situación pero prefería aquello a pedir dinero a  su suegro o a su familia.

Lara. —¡Ah! (se para  en el pasillo que da a la cocina y le habla a Jukk desde allí), mañana tengo cita con una masajista, su nombre era Lora Morgan sino mal recuerdo.

Jukk mira a su esposa y trataba de disimular. —¿Lora Morgan? —preguntó Jukka.

Lara lo mira esperando alguna reacción. — ¡Sí! ¿La conoces? —insistió ella.




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