La Sicario

Capitulo 17

CITA CON ADRIEN BELMONT
Llegan a su cita. El lugar era magnifico y tenía mucha clase. La secretaria de Belmont los atiende.


Secretaria. —¡Señor y Señora Gimenez es un placer! Mi jefe ya los recibe ¡Acepte por favor Señora Gimenez! (le da a Lara una muestra de una fragancia) Es la última fragancia que se lanzará al mercado la próxima semana.


Lara. —¡Merci! (la prueba en su muneca derecha) Es exquisita. 


Secretaria. —¡Me alegra que le guste!


Sale un hombre de unos 45 años edad, alto y delgado de traje. Su color de cabello era castaño claro y llevaba un bigote bien cuidado; los hace pasar a la oficina, se presenta. 
—Es un placer Señor y Señora Gimenez. Vengan tomen asiento —dijo Belmont—. Soy Adrien Belmont ¿Qué los trae por aquí?


Kal. —¡Señor es todo un placer! Quiero hablar de negocios con usted y conprar su mercaderia. Abriré un local en Argentina y me gustaría brindarle a mis clientes las mejores fragancias.


Belmont. —¡Estás hablando con el indicado!


Conversaron del negocio y la venta. Firmarían un contrato para el otro día y llegaron a un acuerdo razonable.
Hablaron de varios temas. Lara observaba las fotografias de la familia.


Lara. — ¿Es su esposa?
Belmont con mucho orgullo le responde. —  ¡Sí! Es mi esposa y mis dos hijas ¿Ustedes tienen hijos?


Kal. —Todavía no. Pero ya los tendremos.


Belmont. — Es una bendición y son una  alegria al hogar. 


Lara. — ¡Por supuesto! Pero queremos establecer nuestro negocio y después planeamos tener al menos 3 niños.


Belmont. —Me gustaría invitarlos a cenar en mi casa. Hoy daremos una fiesta por nuestro aniversario.
Kal. — ¡Estoy agradecido! Será un placer para nosotros asistir.
Les da  su tarjeta y su domicilio particular. 


Lara escuchaba a su esposo hablar y a Belmont. Él la miró y le hace una seña para que actúe. Ella camina por detrás de él y miraba laa fotografias. Saca su arma y la apoya sobre su cabeza . —¡Si te mueves te mató! —advirtió Lara.
Kal saca su arma y le apunta de frente. Adrien estaba desarmado y no podía hacer nada.


Belmont. — ¿Qué quieren, dinero? Puedo darles todo pero no me maten.
Kal sacó la foto de Laury y su familia. —  ¿Lo reconoces? Dime lo que sabes.
Belmont mira la foto y se ríe.  —¡Es Alexandre! Un ex empleado mío ¡Pero si quieren matarlo yo no se donde encontrarlo! Hace años que perdí su paradero. Lo último que sabía era que su esposa había muerto.
Lara le da un golpe en la cien con su arma y le grita. — ¡Mentiroso de porqueria! ¡No mientas! Tu mataste a su esposa e hija. 


Belmont. — ¿Él les pago por matarne? Yo puedo darles el triple.


Kal. —  Nadie nos pagó nada. Es un favor para un amigo. 


Belmont quería defenderse y trató de escapar pero Lara le disparó.
Se van del lugar como si nada. A una cuadra Lara se quitó la peluca y Kalevi igual. Llegan al Ritz toman sus cosas y se van.
Cuando iban de camino en el taxi ven un fuerte movimiento de policias y ambulancias forenses.
Kal le pregunta al taxista que ocurría.


El taxista. —Mataron a uno de los empresarios más reconocidos en el ámbito de la moda. Lo encontraron muerto en su oficina.


Kalevi. —Por favo  ¿Algún trabajo turbio?


Lara iba mirando las calles de Paris y mira a su esposo y le da un beso.
El taxista. —¡No! Era un gran hombre, respetable. De buena familia y muy solidario.


Lara. —Todos somos buenos hasta que se demuestra lo contrario. Por algo le han quitado la vida.
El resto del viaje hacia el aeropuerto iban en silencio. El taxista los ayuda con sus maletas y les desea un buen viaje. Kalevi abraza a su esposa. —¡Me excita tu fránces! (le apreta el glúteo).


Lara. — ¿Qué dices? ¿Podremos tener sexo en el vuelo?


Kalevi se rie. —¡Como en los viejos tiempos! Ya veremos. 




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