La Sirena

El Susurro del Viento

El silencio de la noche quedó suspendido tras aquel viento helado que atravesó el patio. La abuela levantó la vista hacia el cielo estrellado, y sus ojos se oscurecieron como si reconociera en el aire un antiguo presagio.

Los nietos, aún sentados a su alrededor, sintieron un escalofrío recorrerlos. La más pequeña se aferró a la falda de la abuela.

"Abuela... ese viento... ¿qué significa?".

Preguntó con voz temblorosa.La anciana suspiró profundamente.

"Su se susurro anuncia que las puertas entre los mundos comienzan a abrirse. Y cuando eso sucede, no solo lo bueno logra cruzar".

Los niños intercambiaron miradas inquietas. El mayor, intentando mostrarse valiente, se inclinó hacia adelante.

"¿Entonces... alguien más puede estar buscándonos?".

La abuela asintió despacio, como si pesara cada palabra.

"Sí. El poder de nuestra sangre no ha pasado desapercibido. Y hay quienes lo anhelan".

Un crujido proveniente del bosque cercano hizo que todos se estremecieran. Era como si las ramas se quebraran bajo pasos invisibles. Los nietos miraron hacia la oscuridad, con el corazón latiendo con fuerza.

La abuela se levantó de la hamaca con sorprendente agilidad para su edad, tomó un farol de aceite y lo encendió. La luz cálida dibujó sombras en su rostro, resaltando la firmeza de sus facciones.

"Ha llegado el momento de que comiencen a entender de verdad lo que significa este legado. No basta con escuchar las historias: ahora deben enfrentarlas".

El viento volvió a soplar, pero esta vez trajo consigo un murmullo más claro, casi una voz. Los nietos pudieron distinguir palabras lejanas, como un canto antiguo que se perdía en la espesura del bosque.

"¿Lo escuchan?".

Preguntó la abuela con gravedad.

"Sí... ".

Susurraron al unísono.

"Ese es el llamado de la Sirena" .

Dijo la anciana, y sus nietos la miraron con asombro.

"¿La Sirena?".

Repitió la más pequeña, con los ojos brillantes.La abuela asintió lentamente.

"Ella es guardiana y prueba, bendición y condena. Su canto anuncia el despertar de nuestro linaje, pero también es advertencia. Donde aparece la Sirena, la verdad más profunda sale a la luz... y a veces, duele más que la mentira".

Los nietos tragaron saliva, atrapados entre el miedo y la fascinación. El mayor, con voz firme, se atrevió a preguntar:

"¿Y debemos seguir ese canto?2.

"Sí .Pero no esta noche. Esta noche deben descansar, porque mañana el bosque los pondrá a prueba".

Respondió la abuela, encendiendo otra lámpara que colgaba en el porche. Sin embargo, mientras todos regresaban hacia la casa, la más pequeña se detuvo un instante. El viento volvió a soplar suavemente sobre su rostro, y juraría que en ese susurro escuchó su propio nombre.El bosque los llamaba.La aventura ya había comenzado.




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