El amanecer la encontró lejos del valle, en un litoral donde el mar se volvía negro antes del alba.Las olas rompían con furia, como si algo invisible las obligara a golpear la costa.Lía avanzó descalza por la arena húmeda.El agua reconocía su paso, pero aquel mar… no la saludaba.La observaba.
"Hay algo dormido aquí .Algo que no quiere despertar".
Susurró. El viento respondió con un silbido agudo, y el aire se llenó de murmullos.No eran voces humanas.Eran voces del fondo.Cánticos sin nombre que hablaban en la lengua de las corrientes.
Lía cerró los ojos.Intentó escuchar con el corazón, como Lucía le había enseñado. Entonces, entre las voces, una se destacó: grave, seductora, casi humana.
"Tarde has venido, hija del río".
Lía abrió los ojos.En medio del oleaje emergió una figura de cabello oscuro como la obsidiana, la piel surcada de grietas que brillaban como perlas rotas.Sus ojos dorados ardían con un fuego que el agua no podía apagar.
"¿Quién eres?".
Preguntó Lía, dando un paso atrás.
"Soy lo que queda de quien una vez fue guardiana.Fui llamada Sirénia. Ahora soy su eco".
Respondió la criatura. El mar se agitó a su alrededor, levantando columnas de espuma.Lía comprendió: esa era una de las antiguas guardianas… pero algo la había corrompido.
"El mar te dio su voz. ¿Por qué la usas para destruir?".
Dijo Lía. Sirénia sonrió, mostrando dientes afilados como fragmentos de coral.
"Porque el mar también conoce la ira. Tú crees que el equilibrio es paz, pero el equilibrio es poder. Y quien lo domina, domina el destino de los dos mundos".
El corazón de Lía latió con fuerza.Podía sentir cómo las corrientes se tensaban a su alrededor, obedeciendo a aquella voz rota.El agua no solo respondía al amor o a la pureza… también al miedo.
El cielo comenzó a cubrirse de nubes, y un rayo cayó sobre el mar.Lía extendió sus manos, intentando calmar la marea, pero la tormenta crecía alimentada por la cólera de Sirénia.
"¡Basta! El mar no te pertenece".
Gritó Lía.
"¡Tampoco a ti, niña del río!Somos hijas del mismo origen, pero solo una será la voz que el océano escuche".
Rugió la otra. El choque fue inmediato.Las aguas se elevaron como muros.Lía cantó un verso aprendido en sueños, una melodía que invocaba la memoria del agua pura.Sirénia respondió con un canto oscuro, profundo, que hacía vibrar las entrañas de la tierra.
El mundo tembló.Las olas chocaron.Entre la espuma y los rayos, dos voces se enfrentaron: una buscaba sanar, la otra dominar.Hasta que una tercera voz rompió el fragor.
"¡Deténganse!".
Era Lucía.Su cuerpo se formó de bruma sobre el horizonte, su luz temblorosa como un faro antiguo.El mar se aquietó apenas lo suficiente para escucharla.
"El abismo no distingue quién canta. Si siguen, el mar las tragará a ambas".
Sirénia bajó la mirada, furiosa.
"El mar me olvidó, Lucía. Tú lo sabes. Me dejó en la oscuridad, y solo las sombras me escucharon".
"No fue el mar.uiste tú quien dejó de escuchar".
Susurró Lucía. Por un instante, el rostro de Sirénia se suavizó.Pero la calma duró poco: una corriente negra se elevó desde el fondo, envolviéndola por completo.Un alarido estremeció el aire y la figura desapareció entre remolinos.
Lía cayó de rodillas, exhausta.El silencio posterior pesaba más que el trueno.Lucía se acercó, apoyando una mano luminosa sobre su hombro.
"El abismo la reclama.Y si una guardiana se hunde allí, puede arrastrar consigo todo lo que ama".
Dijo con tristeza. Lía la miró con determinación.
"Entonces debo ir tras ella. No puedo permitir que el mar pierda su voz".
"Si entras al abismo, ya no serás la misma".
Respondió Lucía.
"Nunca lo he sido.Soy el puente, ¿recuerdas?."
Dijo Lía con una leve sonrisa. Lucía asintió, con los ojos llenos de un brillo entre orgullo y temor.
"Entonces, el mar decidirá si sigues siendo su hija… o su eco".
Cuando la noche cayó, Lía se adentró en el agua.El mar la recibió con un canto grave, profundo, como el latido de un corazón gigantesco.El horizonte desapareció.Solo quedaba el abismo, oscuro, interminable, esperando su llegada.
Y allí, en las profundidades donde ni la luz ni el tiempo alcanzan, el destino de las guardianas comenzaría a reescribirse.
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Editado: 17.10.2025