La Sirena

El Corazón del Abismo

El mar la envolvió con un silencio espeso, casi vivo.Lía descendía lentamente, guiada solo por el resplandor azul que nacía en su pecho.El agua se volvía más fría, más densa, más antigua.A cada brazada, el mundo de arriba se desvanecía como un sueño.

No había horizonte.No había fondo.Solo el pulso del abismo, un latido que resonaba en su mente como si el mar mismo tuviera corazón.Pronto el agua se volvió negra.Ni la luna ni las estrellas podían alcanzarla allí.

Y sin embargo, a su alrededor comenzaron a brillar luces pequeñas: fragmentos de recuerdos, imágenes suspendidas entre corrientes.Vio rostros, lugares, voces que conocía y otros que no.Era la memoria del mar.

"Todos los ríos traen historias. Pero las más antiguas jamás se cuentan en la superficie".

Susurró una voz dentro de ella.

Lía giró.Del fondo emergió una figura colosal, envuelta en sombras.Tenía ojos como abismos y manos formadas por corrientes.Su voz era profunda, resonante, como un trueno contenido bajo el agua.

"¿Eres tú… el corazón del mar?".

Preguntó Lía con reverencia.

"Soy la memoria que lo sostiene.Y también su herida".

Respondió la entidad. El agua vibró con aquellas palabras.Lía sintió el peso del dolor que el océano guardaba desde el principio del tiempo.

"¿Qué herida puede tener algo tan vasto?".

Preguntó.

"El olvido. Las guardianas fueron creadas para recordarme a mí mismo. Pero algunas buscaron su propio reflejo, y el eco se volvió más fuerte que el canto. Así nació el abismo".

Dijo el corazón del mar.A su alrededor, las luces comenzaron a formar figuras: sirenas antiguas, cada una con un rostro distinto, cada una portando una canción.Algunas lloraban.Otras gritaban.Y otras cantaban con una dulzura tan triste que el agua temblaba.

Entre ellas, Lía reconoció a Sirénia.Flotaba entre sombras, atada por corrientes negras que se enredaban en su cuerpo como raíces vivas.Sus ojos estaban abiertos, pero vacíos.

"Sirénia… El mar aún te recuerda".

Susurró Lía acercándose.

"No… Me recuerda solo para castigarme. Yo lo traicioné. Le di mi voz al miedo".

Respondió la otra con voz quebrada. El corazón del mar habló de nuevo.

"Nadie puede sanar el abismo sin mirar su propio reflejo. Si deseas liberarla, debes ofrecer tu memoria a cambio".

"¿Mi memoria?".

Preguntó Lía, temblando.

"Sí. Lo que te hace humana. Lo que te une al mundo de arriba. Solo el olvido puede llenar el vacío del abismo".

Lía bajó la mirada.Podía sentir los latidos del mar resonando en su pecho.Sabía que si entregaba su memoria, tal vez nunca volvería a ser ella.Pero también sabía que no podía dejar que otra guardiana se perdiera.

Cerró los ojos.Dejó que su mente se abriera, y una corriente suave comenzó a desprender recuerdos: su infancia, el valle, la voz de su abuela, las risas de Alma, los días junto al río.Cada uno se transformó en burbujas de luz que flotaban hacia el corazón del mar.

El abismo se iluminó.Sirénia comenzó a brillar, y las corrientes negras se deshicieron como humo.Por primera vez, el silencio se volvió sereno.Pero cuando Lía abrió los ojos, algo dentro de ella había cambiado.

No recordaba su nombre.No recordaba de dónde venía.Solo sabía que el agua la amaba, y que debía seguir cuidándola.Sirénia se acercó, tocando su frente con gratitud.

"Me has liberado… pero te has perdido".

"No me he perdido. Me he convertido en parte de lo que debía proteger".

Respondió Lía con una calma extraña. Desde lo profundo, el corazón del mar habló una última vez.

"El puente se ha disuelto… y en su lugar, ha nacido el océano vivo".

"Mientras haya una gota que recuerde su nombre, el equilibrio perdurará"

El mar comenzó a ascender en una espiral luminosa.Sirénia y Lía emergieron juntas a la superficie.La tormenta había cesado.El cielo era un espejo donde el amanecer se reflejaba con un resplandor nuevo.

Sirénia miró a su compañera, sabiendo que la muchacha que había sido humana ya no estaba allí del todo.Solo quedaba su esencia: la canción del agua, la voz del equilibrio.

Y así, nació una nueva leyenda.Dicen que cuando el mar está en calma y el viento sopla suave entre las olas, puede oírse una melodía que no pertenece ni a la tierra ni al mar.Es la voz del puente perdido.La voz de Lía.La Sirena del Corazón del Abismo.




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