La Soberbia De Almoraz (enlazados1)

Venticinco

Octavio

Ha sido una semana algo confusa, el doctor Henry a estado coqueteándole a Kailam y mis orejas van a estallar, ella no le presta atención pero en fin me molesta, el trasplante está planillado para dentro de dos días y voy conduciendo para la casa de Kailam y no sé con qué me voy a encontrar; llevo el maletín con el dinero, con la intención de hacer un canje con ella, se que de buenas a primera no lo va aceptar, haré uso de mi don de negociante para que acepte.

Voy entrando a un barrio de clase media en el centro de Londres; bonito pero solitario, ubico la casa, al tocar noto un ruido de la parte de adentro de la casa; unos ladridos y alguien caminando a mi encuentro, al abrir veo a Kailam algo asombrada

- Hola

- Hola que haces aquí

- Vine a hablar contigo, puedo pasar – la veo dudar y estaba en lo cierto tiene un perro-

- Claro adelante y disculpa el desorden, siéntate – al sentarme el perrito me queda viendo y empieza el concierto de ladridos –

- Alaska silencio- le dice al revoltoso-

- Kailam en dos días es el trasplante y necesito que aceptes esto – le muestro el maletín, no tiene las gafas puestas y noto que está molesta-

- No te quedó claro que no quiero tu dinero, o quieres otro chichón

- Hey tranquila, no, hagamos un trato entre tú y yo; te dejare estar cerca de los mellizos, pero tu recibirás este dinero – su cara es de confusión-

- ¿por qué?, ¿qué te hizo cambiar de opinión? - se levanta y empieza a dar vueltas en la sala-

- umm pues no se Kailam, te estoy dando la oportunidad de estar con ellos y por tu orgullo lo vas a dejar pasar

- no voy a aceptar ese maletín – que mujer terca-

- mujer que te cuesta, cualquiera por ahí estaría contenta al recibir ese maletín – me exaspero-

- pues no soy cualquiera y no voy a aceptar ese estúpido maletín

- eres terca y desesperas mujer, ahí te lo dejo, tu veras que haces con el- me levanto para irme-

- alto ahí, llévatelo o lo boto

- Bótalo es tuyo- cuando volteo veo que lo coge y me lo va a tirar-oye que haces

- es tuyo, no quiero tu dinero- quedamos muy cerca, su olor y su calor me embriaga-

- porque, dame una razón de peso Kailam- tengo que apartarme-

- tu dinero representa la pérdida de mis hijos y es como mala suerte y no lo quiero – me acaba de desarmar con lo que me dijo y más teniendo la bola de pelos abrazada-

- pues no sé, es tuyo haz lo quieras con ellos – tengo que salir de aquí –

- te estorban o que

- no simplemente los destine para ti, antes de conocerte – no se ni que estoy hablando, tengo un serio problema con esta señorita mirándome con esos ojos tan bonitos-

- ahhh ya no los necesitas

- no, como ya te dije son tuyos, haz con ellos lo quieras

- bueno mañana nos encontramos en la cafetería del centro y no acepto un no como respuesta Octavio

- ¿para qué Kailam?

- Solamente ves, te espero a las 8 en la cafetería, hasta mañana – me sonríe –

- Esta bien, nos vemos

Al salir de la casa de Kailam, me siento como un adolescente y lo peor es que no se si ella siente lo mismo

A la mañana siguiente miro el reloj son las 7 am y estoy de camino para la cafetería, nunca he sido obsesivo, pero con ella me pasa de todo; al llegar noto que llegue 30 minutos antes, que se vuelven eternos, cuando la veo llegar, es la mujer más descomplicada que conozco, sin una gota de maquillaje, cuando me ve me sonríe y me hace señas que salga

- Buenos días Octavio, vamos no es muy lejos – noto que trae el maletín-

- Buenos días, qué haces con ese maletín caminando por la calle

- Los únicos que saben que ahí dentro somos tu y yo así que tranquilo

- ¿Para dónde vamos? – le pregunto y me vuelve a sonreír –

- Ya verás, solo son dos cuadras

No lo puedo creer, estamos en una fundación que se dedica a diagnóstico y tratamientos de cáncer en niños

- ¿Qué hacemos aquí?

- Vamos a hacer uso de este maletín Octavio- me sorprende cada día más – lo donaremos todo

- Ok – arruga la nariz –

- Si te molesta que lo haga, pues sabes, no me importa

- Ya te lo dije ese maletín es tuyo; lo que hagas con él no me incumbe

- Bueno

Pasamos toda la mañana en la fundación, y si lo dono todo, no vi rastro de dolor por dar tanto dinero, vi una satisfacción al hacerlo

Cada día me sorprendes mas Kailam.

 

 




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