La Soberbia De Almoraz (enlazados1)

Veintiséis

Kailam

Estos dos días han sido algo raros para mí; primero Octavio llega a mi casa en la noche para entregarme el dichoso maletín, obviamente no lo acepte, mas bien lo lleve a una fundación que se dedica a diagnóstico y tratamiento del cáncer en niños; su rostro reflejaba muchas cosas desde dolor hasta admiración; peor fue cuando le dije que todo lo que había en el maletín lo iban a donar su rostro era de desconcierto

El tiempo paso volando, cuando nos dimos cuenta ya era hora de almuerzo

- Ya es tardísimo, me voy, nos vemos mañana – mirando el reloj-

- Como así, ven te invito a almorzar – me dice-

- No es necesario Octavio, me imagino que tienes cosas que atender

- No acepto un no como respuesta, así que camina, tenemos que hablar de ciertas cosas

- Está bien

Estamos caminando hacia la cafetería donde nos encontramos en la mañana, me da una visual de muy buena ya que voy detrás de él, hombros anchos, una muy buena estatura, su cabello es marrón claro y sus ojos una mezcla rara, siempre anda vestido con trajes caros

- Porque me ves con cara de preocupación -salgo del letargo en el que estaba-

- Me preguntaba, ¿porque siempre andas en traje?

- Estoy acostumbrado a andar así, porque paso mucho tiempo en la empresa

- Ahh ya, no haces nada aparte de trabajar- me mira extrañado-

- Por algo tengo una empresa tan solida en el mercado, requiere esfuerzos y uno que otro sacrificio

- En serio Octavio te estas escuchando, no tienes una vida

- Si la tengo mujer, tengo a mis hijos, a mi familia

- Aja si la tienes; para que la gente la vea, pero no compartes con ella, ¿tienes pareja?

- No tengo, ¿porque la pregunta? – se me acerca demasiado -

- Porque estas tan sumido en la empresa que ni para pareja te da tiempo

- Aja te creo, entremos ven –entramos a la cafetería y nos sentamos en una mesa alejada –

- En serio puede ser complicado pues para una persona como tú, mostrarse como es – me mira extrañado-

- Que me tratas de decir kailam

- Llegue a la conclusión que pues – no sé cómo decirle - que te gustan los hombres, aja para no tener pareja tanto tiempo

- Definitivamente estas loca- empieza a reírse- espera, no he tenido una pareja formal, pero eso no quiere decir que haya andado con una que otra amiga ocasional

- Anda, Gael me dio a entender que pues eras algo dramático y yo pensé que aja, te gusta tú mismo bando

- Gael me va a oír, pero sabes, me encantan las mujeres, de todo tipo – me guiña el ojo y estoy roja de la pena –

Almorzamos pues conversando un poco, tratando de no pensar en la estupidez que acabo de cometer y se que va a salir con algo ahorita porque me mira raro

- Suéltala Octavio – le digo –

- Solamente te observo, pensando que en un cuerpo tan pequeño haya tanta locura, siempre hablas así sin filtro

- Pues a veces, cuando algo me da curiosidad siempre termino diciendo alguna locura, discúlpame Octavio son terrenos que no me correspondía meterme – se esta burlando de mi desdicha-

- Tranquila, me hiciste el día y tu tienes pareja

- No tengo, hay uno que otro por ahí rondando, pero no son de mi agrado

- Aja tienes pretendientes – ya no esta tan risueño-

- Digamos que sí – le restó importancia – hemos hablado de todo un poco pero no me has dicho lo que necesitabas hablar conmigo

- Si, después del trasplante de Ivana, pues quiero que compartas con los niños, pues con una única regla, no quiero que sepan que eres su mama

- En serio, claro no hay problema, porque cambiaste de opinión

- Tenia una imagen muy distinta de ti, y pues me equivoque

- Oh el gran Octavio Almoraz, diciendo que se equivoco

- Sii kailam, pareces instruida por Gael- esta sonriendo otra vez-

- Ok te agradezco que me dejes, estar y compartir con ellos

- Te vi en el cuarto de Ivana el otro día, le dijiste que eras amiga de la familia así que cuando conozcas a Rafael pues dirás lo mismo

- Está bien, discúlpame por meterme al cuarto de Ivana sin tu autorización, es que era algo que impulsaba, cuando reaccione estaba dentro

- Tranquila

Nos despedimos ahí, para volver al día siguiente a la clínica para el trasplante

Llegando a mi casa, me suena el teléfono

si diga

- hola kai, con Sofia que haces

- ah hola, como tienes mi numero

- Gael me lo dio, si te molesta discúlpame

- no tranquila, dime para que me llamaba

- para charlar un poco, claro si puedes

-estoy llegando a mi casa, si quieres puedes llegar acá

- claro, pásame la dirección

-listo, te lo mando por correo te parece

Ok bueno, nos vemos, chaooo

Al colgar me quedo pensando, esta gente es rara, Sofia me trata con una familiaridad tal que asusta

Mas demore en acomodarme en mi espacio cuando tocan, al abrir me encuentro a una estilizada Sofia

- hola kai, como estas

- bien y tú, adelante siéntate

- lindo perrito- no había notado que Alaska estaba saludándola –




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