La Soberbia De Almoraz (enlazados1)

Treinta y Seis

Octavio

Estas semanas han sido bastante agradables, después de aquel beso las cosas han estado un poco raras, Kailam me esquiva como si mi cercanía le molestara, pero a mi no me importa trato de estar lo más cerca posible.

Gael a estado trabajando con el problema de Milán; que en unos días lo asumo yo, ya no tengo el brazo inmovilizado, así que puedo hacer muchas cosas, desde mi despacho puedo ver el jardín y mi vista se enfoca en mis hijos con kailam están jugando con unos balones, sus risa se escucha fuerte, ahí sentado me siento en familia, jamás había tenía la necesidad de una esposa, todo lo que pensaba del compromiso; esa chica bajita de ojos cafés lo derribó con una sola mirada.

- Eso que ves te gusta Octavio – volteo para ver que Gael está de pie viendo la misma imagen que yo-

- No me gusta, dirás que me fascina – le sonrió y le señalo sentarse al frente mío - ¿cómo te fue en Milán?

- Pues regular, necesitan de tu presencia allá, la cuestión esta rara; violar ese sistema de seguridad no es para principiantes además los comandos están en italiano y según me dijo Fabricio Damiani la chica que culparon no habla italiano si no español – lo observo y recuerdo las palabras de kailam –

- Te puedo asegurar que la chica no pudo violar el sistema de seguridad, la otra semana viajo para allá – asiente y se va dejándome solo otra vez, claro con una buena vista en el jardín -

Pase toda la tarde trabajando en el caso de Milán, Fabricio es mi amigo y no le puede estar pasando algo, sabiendo que es una persona muy justa, siento unos toques en la puerta del despacho

- Adelante - un olor agradable inunda todo el despacho-

- Tienes que comer Octavio, llevas horas aquí metido – levanto la mirada y veo a kailam con una bandeja con panes y café -

- Se me fue el tiempo, gracias – le sonrió y me entrega la bandeja –

- ¿Es el caso del sistema de seguridad que me comentaste? - asiento porque estoy absorto comiendo-

- Si, donde compraron estos panes están muy buenos – me mira levantado una ceja –

- Yo los hice – me sonríe –

- ¡Enserio! Están deliciosos, ¿hay más? – me dice que no – jamás pensé que cocinaras y menos panes

- Estos son los mismos que se venden en mi cafetería allá en Provo

- ¿Dónde aprendiste?

- En la universidad, era como cursos complementarios – la observo, me quiero acercar, pero está el escritorio en la mitad-

- Eres una cajita de sorpresas – me levanto y me siento al lado de ella – que más ahí que no se de ti

- Pues soy lo ves, no hay máscaras ni nada - veo que sonríe, pero me enfoco en sus labios-

- Si, eso note hace rato

Sonríe de tal manera que me desestabiliza y me enfoco mas en sus labios y sin permiso me acerco y tomo su rostro y la beso con avidez; se tensa pero a los segundos se relaja y siento sus manos en mi torso, me da confianza y nuestra respiración se vuelve un tanto pesada , me separo un poco y vuelvo a sus labios mordisqueo un poco, hay juego de sensaciones en este momento la atraigo hacia mi y le doy muchos besos en su rostro, la abrazo y nos quedamos así un momento.

- ¿Qué significa esto Octavio? - me tenso, no pensé que me hiciera una pregunta tan directa –

- Significa todo kailam – la dejo de abrazar y la veo a los ojos –

- ¿Por qué? – no logro descifrar su mirada-

- Por qué quise kailam – se que le molesto mi respuesta –

- Ahh ya, o sea tu andas besando al que sea por ahí

- No me – no me dejo terminar de hablar –

- Ya Octavio, si sigues hablando va a ser peor, hasta mañana – veo irse y azotar la puerta del despacho

La verdad tenía razón, quien sabe con bobada hubiera salido, salgo a caminar un poco y tengo guarda espalda; la bola de pelos me sigue, me siento en las escalinatas de la casa, pienso en el beso y sonrió como un adolescente, miro a la bola de pelos y la cargo; nos quedamos viendo la noche.

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Kailam

No dormí en toda la noche, pensando en todo lo que paso, y como le fui a preguntar de forma tan directa; ahh se me cae la cara de vergüenza, peor como sali del despacho. Mi teléfono vibra, es señal de una llamada y es Ian

- Hola Ian como estas

- Hola Kailam, porque no has llegado, te he estado esperando todo el fin de semana

- Como así Ian que paso- siento que bufa-

- Enserio kailam, no has leído los papeles que te mande

- Oh Ian no, es muy grave

- Gravísimo, tienes que venir lo más pronto posible y busca un abogado que te asesore yo acá intentare retrasar la situación

- Listo Ian cuídate, te quiero, enseguida me pondré en eso

- Bueno, aligera, aligera

Cuando cuelga, salgo del cuarto en busca de Gael, lo veo tomando café

- Buenos días Gael podemos hablar un momento- frunce el ceño –




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