Ivana Almoraz Sallow
Vivir bajo la sombra de una enfermedad no es fácil; sé que estoy sana, pero llevo en mis genes ese asesino despiadado y silencioso.
Esta enfermedad para mí, en la misma medida es bendición y maldición; me trajo a mi madre y me llena de inseguridades y miedos, soy médico titulada y ejerzo en unos de los mejores hospitales de Londres, me especializo en oncología para lograr frenar el avance de este mal en mi familia.
Conozco la historia de mis padres y me encanta la forma en que ellos se aman y respetan; a pesar de los errores cometidos. Me aterra la idea de formar una familia, he tenido varios novios y todos huyen cuando se enteran de historial médico; porque siempre soy sincera en ese aspecto, así que seré la tía solterona con muchos perros, como dice Javier.
Tengo la bendición de tener una familia comprensiva y digo "familia" a la extensión de amigos que tenemos; en Milán esta Julia y Fabricio, en Florencia está el tío Ian y Alice. A todos los quiero, pero después de mi Madre, esta Julia con ella tengo una conexión especial, desde niña la conozco y siempre ha sido así.
Tanto rafa como yo, viajamos mucho a Milán; pues mi hermano es novio de Juliana, la hija de Julia; yo voy por gusto, me encanta ayudar en la fundación "enrejados".
Estoy por salir de vacaciones y quiero viajar el primer lugar que se me viene a la mente es Milán, pero no puedo ya que los Damiani se van para Colombia, así que me decanto por ir el fin de semana para Florencia, con los tíos.
Ya tengo todo el cronograma de mi viaje en mi mente, pero debo hablarlo con mis papás
- ¿Qué tanto piensas mi amor? – siento un olor en particular y es el de mi mamá –
- Mami ... como en pocos días salgo de vacaciones – no me deja terminar –
- Te quieres ir de viaje Ivana... otra vez; hable con Julia y están en Colombia pasando una temporada con los chicos y las gemelas esta vez sí fueron – bufo –
- Yo sé... rafa me dijo, pero necesito distraerme – me toma de la mano y caminamos hacia el jardín de la casa y ya se lo que me espera –
- Ivana... amor ¿a qué le huyes? – nos sentamos en una grada a la mitad del jardín –
- A nada
- No me mientas Ivana, yo se que hemos hablado muchas de veces de esto, pero deja de pensar en la enfermedad que ya no tienes
- Si madre... no soy una niña, tengo mi profesión y constantemente me enfrento a las mismas preguntas ¿y el novio? ¿no piensas tener hijos? ¡Me tienen cansada!
- Entiendo amor, pero date la oportunidad de amar – no la dejo terminar -
- No madre, cargó con este karma llamado cáncer, sí, lo superé, pero mis hijos lo tendrán en su ADN, impregnado como el más cruel recordatorio
- Eres médico Ivana, estás trabajando en él, hay otra razón
- Si quieres saber si he tenido novios... si, pero cuando se enteran de mi ya "sanada" enfermedad salen huyendo... nadie quiere tener algo con alguien defectuoso – me abraza y siento su amor-
- Esos que te dijeron eso, no valen la pena, no te merecían amor... no eres defectuosa; eres hermosa en todos los sentidos, ya llegara alguien que vea más que el físico.
- No llegará madre... vivimos en un mundo que le importa el físico y la salud óptima, si llego a tener hijos tendrán el gen de esta enfermedad – estoy en su pecho-
- Ivana eres muy negativa – me toma el rostro y me observa fijamente- hagamos un trato si de aquí a un año no llega el chico... dejamos el tema por terminado, ¿Qué dices?
- Trato – nos ponemos las manos en el pecho como promesa –
- Si te vas de viaje yo voy contigo ¿a dónde piensas ir? – frunzo el ceño
- ¿quieres ir conmigo? ¿papá va a enloquecer si te vas? Y ni hablemos de Javier – se sonríe -
- Ya están grandes Ivana ¿ajá no me has dicho?
- Quiero ir a Florencia el fin de semana, nada más
- Perfecto amor; necesito a ver a tu tío, me tiene olvidada
Como lo había dicho mi señor padre puso el grito en júpiter, pero mamá lo logro y nos vamos para Florencia el fin de semana, sin guardaespaldas porque Javier se dio por invitado, pero mi mami linda lo dejo quieto en primera.
Viajar con mamá siempre ha sido épico, hacía mucho tiempo que no inventábamos una salida de chicas y yo lo necesito, Londres me abruma. La llegada a Florencia es amena, ese aire veraniego es muy bueno.
El tío nos espera, después de una dosis de besos y abrazos nos dirigimos hacia su casa, yo solamente pienso en poder relajarme y que Brina esté en Florencia, necesito una dosis de locura y ella es la única.
Solamente los escucho conversar y reír; y el constante repiqueteo del teléfono de mamá y es papá el causante de eso, no se en que momento inventan ir a la escuela, me entero de que Brina está por allá.
Me gusta el sector donde está la escuela, es tranquilo y al fondo hay parque, estoy tan absorta en mis pensamientos que siento que pasa alguien alrededor mío, capta mi atención su olor, huele delicioso; me enfoco con un chico de espaldas, en ningún momento me mira, pero se me hace familiar su aspecto.