La Sociedad

Propósito sagrado

Charlie 

Haremos un bautizo sagrado, sé lo que es y no me aterra, no a comparación de Dante quien intenta controlar su agitada respiración. Yo ya fui bautizado cuando era un bebé, se necesita de dos cazadores y un testigo, que en mi caso fue Sheppard; el cazador novicio, como dicen aquí, es sumergido en una tina o pila bautismal de mármol o porcelana llena de aceite consagrado y agua pura, si el novicio es un cazador verdadero el aceite y el agua se mezclarán en un néctar que fortalece al novicio y es nombrado como cazador; si no se mezclan entonces no estás listo, lo tienes que repetir a los 18 y si sucede lo mismo entonces no eres digno de ser un cazador. Mis padres jamás me contaron si ser mitad cazador y mitad mítico afecta en algo al bautizo, espero que no.

En lo que preparan la ceremonia que será pública, para que los demás te celebren o te repudien, nos dividen en cinco grupos de tres y nos llevan a nuestras habitaciones, no tan cómodas y que están cerca de ser celdas. Javier cumplió la parte de su trato y Dante fue asignado a mi mismo grupo junto a Elder, un cazador que usa su gorro de lana del cual sale su hermoso cabello plateado. 

— ¿Ustedes ya se conocen? Juraría que los vi haciéndole ojitos al otro —debería tomar nota de mis errores, el primero sería disimular mi amistad con Dante sin ser cruel con él.

— Somos compañeros de escuela, sospechaba de Andrew cuando lo veía mirando a puntos raros —Dante no duda en inventarse una buena historia, sus dotes de artista no se limitan al arte plástico—. Poco después pude ver a lo que se le quedaba viendo.

— Suena interesante, en mi pueblo no hay ningún cazador, mi descubridor tuvo la suerte de verme huyendo de un demonio.

— En el nuestro tampoco, o eso pensábamos, un día llegaron miles de cazadores y en cuanto se dieron cuenta que éramos como ellos nos ofrecieron llevarnos a este sitio —como no nos ha dicho de dónde es no quiero mencionar una comunidad de aquí y que sea el pueblo natal de Elder, es mejor admitir que somos de Northwest Point.

— Soy de Falmouth, ustedes deben ser de Northwest Point, los de su ciudad tienen ese acento un poco campirano, sin ofender.

— No te juzgo, estamos rodeados de bosques, llenos de lobos —le digo la verdad, aunque no considero a Northwest Point como un rancho o una aldea, tiene lo suyo.

— Mi descubridor habla tanto sobre ese lugar, dice que encontraron a un bastardo.

No sé qué responder y Dante tampoco, escuchar la palabra bastardo me pone tenso. Afortunadamente entra Ian y nos lleva a donde será el ritual, repartiéndose túnicas blancas para “purificarnos”. Todo sucede en una habitación especial con una gigantesca tina con el aceite sagrado y el agua, la decoración es de estilo bizantino con tantos colores y murales hechos con mosaicos. No hay muchos cazadores, tal vez esto sucede cada semana y no vale la pena perder el tiempo en eso. Spencer sí se toma el tiempo y toma su asiento hecho de mármol con relieves rellenos de oro

— El momento ha llegado, hermanos y hermanas, veremos si nuestros novicios merecen formar parte de la Sociedad, todo sea por cumplir nuestro sagrado propósito.

No hay mucha emoción, pero eso no impide seguir con la ceremonia, inician con un chico pelirrojo cuya apariencia es similar a cómo me veía antes del hechizo, lo escoltan a la tina y al sumergirse… no pasa nada. Que excelente forma de iniciar. Se lo llevan y sé que no lo volveremos a ver. Con Dorothy, la rubia, sí funciona y sobre su cabeza colocan una corona de flores doradas.

— Bienvenida, Dorothy Neville, eres una de nosotros.

Finalmente el público vitorea y celebra su llegada. La tina es vaciada y esta vez sigue Dante, o Patrick Swift; me tengo que resistir para no abrazarlo e intentar tranquilizarlo, para los demás somos desconocidos. Entra en la tina recién llenada y entre susurros cierra los ojos esperando lo mejor o lo peor. Como sucede siempre, el aceite y el agua empiezan a burbujear y cuando todos estamos todos agarrados de la silla en un parpadeo todo se ha vuelto néctar, Dante ha superado la prueba, al fin lo ha hecho. Sale torpemente de ahí y le colocan su corona de flores, me alegro tanto por él, es parte de nosotros, somos como hermanos ahora.

— Bienvenido, Patrick Churchill, eres uno de nosotros.

Celebro con emoción, cuando volvamos a nuestra habitación lo voy a abrazar, para mí será Dante Churchill, aunque Poole sería más adecuado al tratarse de su herencia. Los demás van pasando y me sorprende que la mitad no pasan, no se combinan y en el peor de los casos el aceite se oscurece. Elder Hannover, nuestro compañero de habitación, se salva y después de él sigo yo. Sé bien lo que tengo que hacer, pero finjo que no, me debo de recordar que soy un novicio para ellos. El aceite y el agua están muy fríos, pero no me importa, tengo que terminar con esto de una vez. No tardo mucho tiempo, es cuestión de segundos para que se forme el néctar.

— Bienvenido, Andrew Howard, eres uno de nosotros.

Todo acaba rápido y nos llevan a otras habitaciones más elegantes y cómodas, el resto del día nos dejarán descansar antes de entrenarnos. Entre los seis que quedamos vamos a celebrar a una cafetería cercana, siendo supervisados por Javier, sé que muy posiblemente será la última vez que veamos la luz del día en mucho tiempo.

En la noche, cuando Elder ya está durmiendo, me levanto de la cama y levanto a Dante, quien sí tiene sueño pesado; aun recuerdo que al llegar del hospital después de ser mordido se durmió casi al instante. Quisiera tener al menos cupcakes para celebrar su gran logro, pero no nos dan snacks extras y mucho menos nos dejan ir a la cocina sin supervisión; solo me queda usar mi alegría por él para llenar de vida este lugar. Después de dos minutos insistiendo él se levante y por reflejo casi me desgarra el rostro con sus garras, al menos ese tónico con sabor a jugo amargo funcionó el tiempo necesario para dejarnos entrar. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.