Dante
Han matado a Javier, lo han hecho frente a nuestros ojos como una clara advertencia y después nos han encerrado en nuestras habitaciones, escuché la llave girar en la puerta. Elder y yo nos hemos tranquilizado, pero Charlie se vuelve otra persona en cuanto cierran la puerta, se vuelve un hombre lobo y se dirige a la puerta, seguramente irá a matar a Spencer. Lo lastimaría si pudiera, pero no es el mejor momento para hacerlo, si no nos han descubierto es porque los demás están siguiendo con el plan y están intentando resolver el problema. Entre Elder y yo lo jalamos al baño y lo obligamos a sentarse en el suelo. Intenta rasguñarnos y antes de que pueda aullar le tapo la boca, lo que aprovecha muy bien para morderme.
— ¡Tienes que calmarte! —le advierto bien que si no se calma él solo va a meter la pata, tiene el juicio nublado por la ira—. No es momento de hacer idioteces.
Charlie sigue pataleando con fuerza e pintando liberarse, noto que le está creciendo el bello en un tono blanco; se va a transformar en una bestia si no lo tranquilizo, Scott me dijo que entras en esa fase cuando estás tan enojado como lo está Charlie en este momento o cuando estás en peligro de muerte. Si no lo calmo no podré evitar nada más.
— Ya no puedo con él, es muy fuerte —Elder está batallando para someter a Charlie, cuyo rostro se vuelve cada vez más lobuno.
— Te dolerá más a mí que a ti —le aviso a Charlie antes de encajarle las garras con mucha fuerza en la pierna derecha y le ordeno a Elder que me ayude a callar a Charlie—. ¡La boca, ahora!
Charlie grita y aúlla a la vez, pero se ven ahogados bajo las manos de Elder y mi mano derecha. Poco a poco va volviendo a la normalidad, aunque su herida no lo hace, como fue provocada por un hacedor de lobos toma tiempo en curarse.
— Seguiremos con el plan, en cuanto pasemos la prueba final iremos por tus padres y nos largamos inmediatamente —Charlie está medio desubicado, tantas emociones lo han afectado—. ¿Entendiste?
Él asiente y nos vamos a dormir, aunque despues de ver a escasos metros un asesinato a sangre fría me toma horas conciliar el sueño. El juego de niños terminó con la muerte de Javier, ahora estamos a un paso de la vida y de la muerte.
A la mañana siguiente nos anuncian que la prueba final ha sido reprogramada para hoy en la noche y que no cazaremos a un demonio por separado, nos pondrán a los cinco en una arena a las afueras de Boston a cazar todos los demonios que podamos. Efectivamente ya no son juegos de niños, son los Juegos del Hambre. Al ir a comer noto que el buen ambiente que había ha cambiado brutalmente con todos mirándose a los otros con desconfianza y con la foto que Charlie tenía conmigo en su habitación siendo la protagonista de las pantallas. Me han tapado la cara con un marcador en lugar de editar la fotografía, aunque no había necesidad de hacerlo; Charlie y yo no nos parecemos en lo absoluto y confundirnos sería imposible, soy en parte polinesio por parte de mi madre, mi color de piel moreno ya es suficiente para distinguirnos.
El desayuno se vuelve tedioso entre tantos cazadores viéndonos a los nuevos, sospechan de nosotros automáticamente por ser los nuevos y no se equivocan en lo absoluto, los tres estamos frente a ellos desayunando en completa calma, o por lo menos eso parecemos hacer porque en el fondo estoy aterrorizado y nervioso. Al irnos a nuestras habitaciones el ambiente se siente más ligero, entre los tres hay confianza y no podemos traicionarnos sin arriesgarse a uno mismo. Nos van a recoger a las 5:30 para llevarnos a la arena y ahí alistarnos para la prueba final.
— ¿Y qué haremos cuando pasemos la última prueba en caso de hacerlo? —cierto, Javier solo me contó lo que pasará después de ser nombrados como cazadores oficiales, lo que me parece un destino incierto.
— Ustedes serán llevados a las celdas para liberar a sus padres y ellos harán el resto —debí haberlo mencionado antes, pero en mi defensa, se suponía que la última prueba iba a ser la siguiente semana.
— ¿Por qué no lo dijiste? —me reclama Charlie.
— Me lo dijo ayer antes de irme a la prueba, me contó todo sobre él como si supiera lo que iba a pasar —por eso no le seguí el hilo a Elder y a Charlie cuando pensaron que era una trampa, los ojos de Javier me decían toda la verdad.
— Si ese es el caso, hay que darlo todo, por nuestros padres y por nosotros —Elder nos motiva a seguir con esto, es la última oportunidad que tenemos para demostrar de lo que somos capaces.
Esta noche seremos quienes estamos destinados a hacer, unos mártires o unos héroes.
Victor llega por nosotros y espero que sea la última vez que vea su rostro con esa sonrisa sádica, él solo nos ha traido problemas. Esta vez no vamos a la armería y en su lugar nos llevan en auto directamente a la arena, que resulta ser un anfiteatro de estilo románico que lleva décadas abandonado, seguramente lo habrán construido ellos para estas ocasiones. Tras cambiarnos y elegir bien nuestras armas, Victor al fin nos dice lo que haremos sin burlarse de nuestra ignorancia.
— Bien, muchachos, esta vez cambiaremos las reglas del juego —como si no lo supiéramos ya—. Dadas las circunstancias hemos elevado la dificultad, tiempos difíciles requieren a cazadores bien entrenados. Esta vez competirán entre ustedes para obtener el mayor número de demonios cazados en un plazo de media hora.
— ¿Nombrarán a uno solo? Es una locura —Riche se asusta por lo competitivo que se ha puesto esto.
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Editado: 12.02.2025