El viento cortante soplaba entre los edificios derruidos del Distrito Exterior. Lena y Kiran avanzaban entre las sombras, con los sentidos alerta. Sabían que la seguridad de la ciudad aún los estaba buscando, y cada calle desierta podía ser una trampa.
—Dime que sabes a dónde vamos —murmuró Kiran.
Lena apretó los labios. Había memorizado la estructura de la ciudad antes de que Mnemósine comenzara a borrar los registros, pero la realidad era distinta a los planos. Calles cerradas, edificios colapsados y patrullas que recorrían cada esquina hacían que avanzar fuera más complicado de lo que había imaginado.
—Debemos encontrar a Ren —dijo ella—. Si alguien tiene información sobre lo que nos hicieron, es él.
Kiran asintió, pero su expresión era tensa.
—¿Y si él también fue reprogramado?
Esa era la pregunta que Lena temía responder.
Las luces de un dron pasaron sobre ellos y ambos se agacharon instintivamente. Cuando la amenaza desapareció, se escabulleron por un callejón estrecho hasta llegar a un antiguo refugio subterráneo. Lena golpeó la puerta de metal con un ritmo específico.
Silencio.
Luego, el chirrido de un mecanismo interno y la puerta se abrió.
Ren estaba allí, con el rostro cubierto de hollín y los ojos llenos de sorpresa.
—No puede ser… —susurró—. Pensé que ustedes…
—Nos borraron —dijo Lena—. Pero seguimos aquí. Y necesitamos tu ayuda.
Ren los miró por un momento antes de abrir completamente la puerta y dejarlos entrar.
—Si han venido hasta aquí, significa que la verdad sigue oculta. Y que aún hay tiempo para recordarlo todo.
Una vez dentro, el refugio era frío y oscuro, con solo unas pocas luces tenues parpadeando. Ren los condujo a través de pasillos angostos hasta una sala central llena de pantallas rotas y mapas obsoletos. Había pilas de documentos dispersos por el suelo, muchos de ellos cubiertos de polvo, pero algunos aún legibles.
Lena sentó sobre una silla, nerviosa, mientras Kiran se acercaba a una de las pantallas y comenzaba a revisar los registros antiguos. Ren, por su parte, se quedó de pie cerca de ellos, observándolos con una mezcla de incredulidad y cautela.
—¿Sabes lo que nos hicieron, verdad? —preguntó Lena, mirando a Ren a los ojos.
Ren asintió lentamente.
—Lo sé. Todo lo que piensan que olvidaron, todo lo que les hicieron borrar… es parte del plan. No solo es un control de la memoria. Es algo mucho más profundo.
Lena frunció el ceño. La incertidumbre se apoderó de ella.
—¿Qué quieres decir con "algo más profundo"?
Ren miró hacia la pantalla que Kiran estaba estudiando.
—Hay algo en la red. Un código que está reescribiendo no solo los recuerdos, sino las percepciones mismas. La verdad sobre lo que ocurrió antes del colapso ha sido cuidadosamente eliminada. Y si no actuamos pronto, todo estará perdido.
Lena se levantó de la silla, sintiendo un dolor en el pecho.
—¿Qué tenemos que hacer?
Ren miró la pantalla una vez más.
—Tienen que encontrar el origen de todo esto. La fuente de la red de Mnemósine. Si llegamos hasta allí, podremos desmantelar el sistema y liberar a todos. Pero eso no será fácil. Nadie ha llegado tan lejos antes.
Un sentimiento de urgencia recorrió el cuerpo de Lena. Estaba claro que el destino de toda la sociedad dependía de lo que ellos pudieran descubrir. Pero aún quedaban muchas incógnitas por resolver.
—¿Dónde está esa fuente? —preguntó Kiran.
Ren se detuvo, luego se acercó a un mapa antiguo, marcado con áreas que ya no existían en los registros oficiales.
—En algún lugar fuera de la ciudad. Un refugio secreto, donde los responsables aún controlan todo. Si llegamos hasta allí, podremos detenerlo. Pero no será sencillo. El sistema se defenderá.
Lena asintió, con determinación.
—Entonces, vamos a por ellos.
Ren los miró fijamente.
—No olviden, cada paso que den, cada decisión, tendrá consecuencias. El control que tienen sobre la memoria es más fuerte de lo que creen. Y hay quienes no quieren que la verdad salga a la luz.
Kiran miró a Lena con una expresión seria.
—¿Estás lista para enfrentarlo?
Lena no dudó.
—Lo estoy. Ya no podemos quedarnos en la oscuridad. Es hora de conocer la verdad.