La Sombra

RELATO DE LA CUÑADA

Una mañana mi hermano me llamo para que fuera a pasar un tiempo a su casa comentando que su esposa estaba muy estresada y como yo no me encontraba laborando pensé que era buen momento para conocer otra ciudad y para estar en otro ambiente por lo que no me negué a su petición solo le dije que tardaría una semana para viajar debido a que tenía que terminar asuntos pendientes y así lo hice es más hice mis maletas y viaje al llegar mi cuñada me recibió con una gran sonrisa y los primeros días fueron lo más normal pero todo empezó a cambiar después de una semana, recuerdo bien ese día pues fue la primera vez que vi aquello en la casa todo comenzó con un día común, una taza de café y un ruido en la habitación de mi sobrino a la cual corrí junto a mi cuñada allí pude ver a mi sobrino reírse mirando hacia el techo y alzando a este sus manitas al mirar hacia aquel lugar una sombra que aún no puedo describir junte mis manos para rezar pero aquello me miro y una sonrisa grande sostenía aquello lo mismo que se acercaba a mi sobrino, mire a mi cuñada y empezó a gritar mientras que mi cuerpo se entumecía y un frío recorría mi espalda dejándome sin poder seguir rezando hasta que la puerta sonó y aquello se desvaneció todo enseguida y la voz de mi hermano se escuchó el cual corrió a donde estábamos por los gritos de mi cuñada los y el llanto de mi sobrino aunque mi hermano me preguntaba que pasaba yo no podía explicarle nada, no hasta que mi cuñada se calmó y juntas le contamos lo que había sucedido. Pero este fue solo el inicio pues por las noches, sentía como alguien subía a mi cama siempre a las mismas horas las primeras dos noches no fueron más que esas subidas y bajadas, pero después de la tercera noche escuchaba susurros risas y hasta llantos incluso sentía como me tocaba.

Una mañana desperté eran alrededor de las 4.30 am camine al baño y al entrar me senté al inodoro mire al suelo y vi unos pies justo detrás de la puerta, pero no eran los pies de una adulta eran los pies de un niño pensé quizás era mi sobrino que necesitaba el baño por lo que me levante rápidamente coloque mi mano en la perilla de la puerta y justo cuando la iba a abrir

-No….

Eso escuche a mi odio y me quede paralizada mi corazón se aceleró tanto que sentía que me dolía el pecho, y escuche entre aquellos susurros mi nombre repetidas veces detrás de la puerta junte mis manos y empecé a rezar y mientras más rezaba la perilla de la puerta se movía como si desearan mis piernas la puse en la puerta y empecé a rezar aún más fuerte

- sangre de cristo tiene el poder

pero parecía que aquello que estaba detrás de la puerta se enojaba más de repente todo quedo en silencio y lo escuche una vez más ahora más claro

-tía ayúdame

Temblé, pero no me detuve porque algo en mí sabía que ese detrás de la puerta no era mi sobrino, cerré mis ojos y no sentí nada más hasta que unos golpes en la puerta me hicieron saltar

- ¿te demoras?

era mi hermano quien ahora llamaba a esta, Salí como si nada hubiera pasado y fui directo a mi habitación aquel fue el primer día que ellos me llamaron, pero no él ultimo pues ya no importaba hora o lugar ellos me llamaban, ya llevaba un mes en casa de mi hermano y una noche yo estaba recostada en mi cama me dolía mucho la cabeza por lo que mantenía mis ojos cerrados hasta que escuche la puerta de mi cuarto abrirse un poco y escuche a mi hermano llamarme, por lo que abrí mis ojos y gire un poco la cabeza para mirar a la puerta y allí de pie con una gran sonrisa estaba mi sobrino mirándome yo le sonreí pero mi sonrisa se desvaneció cuando detrás de él estaba aquella sombra la misma que me asustaba tanto me quedo paralizada no podía ni cerrar mis ojos y empecé a rezar sin mover mis labios hasta que sentí un golpe en mi mejilla la misma que me hizo dejar de rezar y algo se subió en mí lo que hacía que mi respiración se entre cortara, cerré mis ojos un segundo y al abrirlo vi como mi hermano llegaba al lado de mi sobrino y lo cargaba llevándose lo, sentí como mi respiración volvía y como pude moverme de nuevo, aquella noche no sé a qué hora pude dormirme, al día siguiente me desperté estaba aturdida y me dolía la mejilla, Salí de la habitación y vi a mi hermano estaba desayunando cuando me acerque a él y vi su rostro la mitad de este no estaba esa mitad no existía mi hermano no tenía la mitad de su rostro, me quede paralizada y sentí como mis lágrimas caían por mis mejillas, estuve allí mientras mi hermano comía y me sonreía lo mire mejor y le faltaba parte de su brazo izquierdo mientras lo miraba escuche mi nombre y voltee allí estaba ella de pie vestía su traje rosa y se veía tan linda me dijo

-despierta

y todo se oscureció abrir mis ojos y estaba en la cama respiré agitadamente hasta escuchar un ruido, Salí de inmediato pero al abrir mis ojos vi a mi cuñada yo sabía que algo le había pasado a ella también, por lo que la tome de mano y la lleve al sofá prepare café para las dos y escuchar lo que había pasado, al mismo tiempo que yo él contaba que la había visto y que la había escuchado a nuestra amiga a Ángela quien había muerto hacía dos años atrás, ella se quedó en silencio al principio pensé que ella no me creía pero luego por su mirada sentí que lo hacía, ese fue el día en que me di cuenta de que teníamos que buscar ayuda.



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En el texto hay: amor, terror, miedo

Editado: 19.08.2020

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