Habiendo pasado alrededor de unos tres meses, todo parecía volver a la normalidad en el pueblo y aquel temor de ser atacados se habían desvanecido con el viento.
La niña, que nunca falto ni un día para ir a visitarlo y ver si ya había despertado, siempre se tomaba su tiempo para ver si estaba bien. Ella procuró llevarle unas chamarras para que no sintiera frio y lavarlas para que estuvieran limpias. Todas las personas, aunque aún no sabían de verdad permanecía aquella persona ahí, no la detuvieron en ni un momento, sólo observaban desde lejos cuando ella entraba.
Aunque empezaban a pensar que posiblemente quien los salvo había quedado mal herido y que ahora había muerto en ese lugar, no se atrevían a entrar sin ninguna razón. Desde aquel incidente, nadie había entrado en ese lugar más que la niña. Todos en el pueblo arreglaron una habitación para que esta persona pudiera dormir, pero ya estaban perdiendo la esperanza de poder verlo.
A partir de este día, todos tomaron la decisión de que era hora de entrar en ese lugar y, en caso de que esta persona hubiera fallecido, por lo menos darle un entierro digno de alguien que les salvo la vida, o en caso de que ya no hubiera nadie ahí, entonces limpiar aquel lugar y arreglarlo para su regreso.
Todo esto lo tenían pensado hacer dentro de unos tres días. Pero, lo que no se esperaban fue que la niña aún seguía diciendo que le dieran más tiempo para que él pudiera descansar en ese lugar por lo menos una semana más. Aunque les pesara ser realista con la niña, no cambiaron de parecer en aplazar esta fecha que tenían propuesto.
La niña, mientras se encontraba nuevamente visitándolo, dijo – veo que aún no has despertado… – con lagrimas en sus ojos – ¿será acaso que también iras con mis papás a cuidarme desde el cielo? Si ese es porque me enoje contigo ese día, entonces, perdóname – y con esto ella lloro hasta quedarse dormida al lado de aquella persona. La niña, aunque se había prometido no ser una niña llorona, aún no era capaz de poder evitar sentirse a veces triste, pero en este momento estaba dejando de ser así, ella no seguiría siendo así más, ya que se estaba proponiendo cambiar por completo para que así pudiera ser una buena niña para él como para sus papás y, de esta forma, poder verlos muy pronto y poder hablar alegremente como fue en el pasado. Todo lo que ella podía hacer de ahora en adelante era seguir cambiando y tratando de trabajar duro por ser mejor que antes.
Abriendo al fin sus ojos, él pensó – ¿Qué ha pasado? –. Un poco tonteado debido a que había estado durmiendo durante estos últimos tres meses debido a la enorme fatiga y consumo de su poder mientras aún no se había recuperado por completo de sus heridas que le habían hecho hace tiempo, sintió que alguien estaba a su lado.
Mientras se levantaba cuidadosamente para no despertar a la niña, dijo – veo que me has traído unas chamarras y me has estado cambiando mis vendajes. Bueno… – vio que la niña había llorado hasta terminar dormida a su lado – creo que ha sido un poco difícil para ti – y de esta manera se levantó, mientras dejaba a la niña tapada con las chamarras.
Sintiendo un poco de hambre, dio un suspiro y después dijo – creo que tendré que buscar algo para comer afuera, espero poder encontrar hierbas comestibles y si es posible, algo de fruta por el momento, después iré a cazar algo para poder comer un poco de carne –.
Dando unos pasos, vio que en una pequeña mesa que estaba al fondo estaba envuelta en unas servietas de tela con un bordado de un pato y algunas líneas de colores, aunque estas parecían ser un poco viejas, no habían perdido todo su color entre celeste y corinto. Siendo tentado por lo que podría contener en las envolturas de aquellas servietas, se acercó y desamarro el nudo de estas. (Hola a todos, aquí les escribe RUWELS SALUWER la palabra servieta no lo coloque como un error, sino que así es como lo mencionamos, o por lo menos en mi familia, a las servilletas típicas guatemaltecas. Estas pueden ser de colores y tener también estampados o bordado con diferentes figuras o adornos, gracias por su tiempo en leer este pequeño comentario, con esto claro, sigamos con la historia).
Al momento de ver lo que estaba en el interior de estas, visualizó unos dos panes de recado, en una pequeña jarra de barro sin brillo, debido a que ya había perdido parte de su antiguo brillo, que contenía en su interior un poco de chocolate frío.
Él, tomando uno de los panes de recado, podía sentir aquel sabor que ya hacía tiempo que había probado. A pesar de que este contenía muy pocas pasas y ni una fruta cristalizada, el sabor no era una decepción y el chocolate que le acompañaba era el correcto sabor que una vez le fue quitado en el pasado. Por supuesto que sabía que este chocolate no era de la más alta calidad, pero a pesar de no ser muy espeso, él podía sentir aquella armonía entre sus sabores. Mientras comía tan plácidamente aquello que se encontraba envuelto en las servietas, unas lagrimas brotaron de él y recorrieron por su mejía hasta caer en la mesa. Con un nudo en la garganta, dijo nostálgicamente – creo que había olvidado este sabor. Esto sólo podía saborearlo en aquel entonces cuando podía estar junto con mi familia en las fiestas de Semana Santa. Pero, desde que… bueno, creo que perdí todo este privilegio en algún momento – dirigió suavemente su mirada a la niña que aún se encontraba durmiendo – veo que ella realmente ha dado su mejor esfuerzo para poder continuar sola – luego vio aquella línea a un costado de la pequeña jarra que era la seña de estas rajado un poco pero aún no lo suficiente como para ser inservible y dejar escapar su contenido.