La sombra de Athelburg

Capítulo 11: Las Consecuencias del Escándalo

La confesión de Ricardo Fuentes, aunque no una admisión directa de culpa en el asesinato de la Dra. Rojas, fue una bomba de relojería. La información que proporcionó sobre el modus operandi del fraude, los nombres de los "cerebros" fallecidos y, crucialmente, la mención de contactos bancarios externos y cómplices que facilitaron las transacciones, abrió una nueva y compleja línea de investigación para el Detective Solís.

Laura Guzmán, con su habitual eficiencia, ya estaba rastreando los nombres y las entidades bancarias que Fuentes había insinuado. Era una tarea titánica, desentrañar transacciones de décadas atrás que habían sido meticulosamente ocultas. Sin embargo, las notas de Elena Rojas, obsesivamente detalladas, resultaron ser el mapa del tesoro. La historiadora había hecho gran parte del trabajo preliminar, reuniendo piezas que ahora, con la guía de Fuentes, cobraban un sentido aterrador.

Mientras tanto, en la Universidad de Athelburg, el caos era palpable. La declaración de Solís sobre el fraude de la beca había encendido la mecha. El Rector Patricio Herrera se enfrentaba a una rebelión interna. Profesores, estudiantes y exalumnos exigían respuestas. La noticia había llegado a los medios nacionales e internacionales, y el prestigio de Athelburg, que había tardado siglos en construirse, amenazaba con derrumbarse en cuestión de días. Las donaciones se congelaron, las solicitudes de ingreso disminuyeron y los correos electrónicos de indignación inundaban los servidores de la universidad.

El Rector Herrera, en un intento desesperado por contener la crisis, anunció una investigación interna exhaustiva y prometió "mano dura" contra cualquiera, pasado o presente, que estuviera implicado. Era un movimiento calculado, pero Solís sabía que era una reacción tardía y forzada. La universidad había protegido estos secretos durante demasiado tiempo.

En la comisaría, el caso contra Adrián Castro se solidificaba. Su confesión, aunque parcial y cargada de justificaciones personales, era irrefutable. La evidencia de la llamada telefónica con Elena Rojas y su historial como víctima del fraude proporcionaban un móvil sólido y una conexión directa con la investigación de la víctima. La fiscalía estaba preparando la acusación formal por homicidio, aunque Solís y Guzmán sabían que la historia completa del fraude sería crucial para contextualizar el acto desesperado de Castro en el juicio.

Solís se reunió con el fiscal a cargo del caso, la Fiscal Núñez, una mujer dura y pragmática. "El motivo es claro, Fiscal," explicó Solís. "Castro mató a la Dra. Rojas para evitar que su pasado y la vergüenza de haber sido víctima de ese fraude salieran a la luz. Pero la historia de la beca, y la implicación de Fuentes y los otros, no solo explican el móvil de Castro, sino que revelan la verdadera 'sombra' de esta institución."

La Fiscal Núñez asintió. "Necesitamos pruebas irrefutables sobre Fuentes y esos cómplices externos, Detective. Si podemos desmantelar la red de corrupción que permitió el fraude, el caso de Castro se verá en un contexto más amplio y demostraremos que la Dra. Rojas murió por exponer una verdad institucional, no solo un secreto personal."

De vuelta en la oficina, Guzmán interrumpió la concentración de Solís. "Detective, he encontrado algo. Uno de los nombres que mencionó Fuentes, relacionado con las cuentas offshore, un tal 'Grupo Financiero Atlantis' con sede en un paraíso fiscal. Elena había estado investigando sus vínculos con una serie de empresas fachada. Y he encontrado un registro de una reunión que el Rector Thompson y Ricardo Fuentes tuvieron con los representantes de ese grupo hace casi treinta años, justo cuando el fraude de la beca se intensificaba."

La pieza del rompecabezas más grande comenzaba a encajar. El asesinato de Elena Rojas no era solo la historia de una venganza personal, sino el sangriento epílogo de una vasta conspiración de corrupción que la Universidad de Athelburg había ocultado durante demasiado tiempo. La sombra que cubría la institución era mucho más densa y extendida de lo que nadie, excepto Elena, había osado imaginar.



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Editado: 25.07.2025

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