Capítulo 6: Reflejos de Perfección

La luz del amanecer se filtraba a través de las hojas del bosque, pintando el paisaje con tonos dorados y cálidos. Martín caminaba lentamente, observando cómo los rayos del sol acariciaban el suelo cubierto de hojas secas. En este nuevo día, la tranquilidad de la naturaleza era su única compañía, pero sus pensamientos eran ruidosos, inquietos.

—¿Cuánto tiempo he pasado buscando algo que no existe? La perfección... siempre la veía como un ideal lejano, como si pudiera alcanzarla y de alguna manera, todo estaría bien —murmuró Martín para sí mismo.

Se detuvo, mirando al horizonte, mientras la brisa suave movía su cabello. Durante tanto tiempo había estado persiguiendo algo inalcanzable, una versión de sí mismo que no existía. Ahora, finalmente, se daba cuenta de que la verdadera perfección no residía en la ausencia de defectos, sino en la aceptación de su humanidad.

—La perfección no es real. Y quizás, eso está bien —susurró Martín, mientras sentía el alivio de esta revelación.

Por primera vez en mucho tiempo, se permitía no ser perfecto. Un leve sonido interrumpió sus pensamientos; alguien se acercaba. Kyra apareció, bajita y enérgica, iluminando el ambiente con su mera presencia. Su cabello platinado brillaba, mientras sus ojos, una hipnótica mezcla de azul y gris, capturaban la luz de una manera especial. Con un outfit negro que resaltaba su figura, desprendía un aire de confianza y naturalidad, sus accesorios añadiendo un toque personal.

—¡Martín! ¿Te has perdido en tus pensamientos otra vez? La gente podría pensar que eres un fantasma —dijo Kyra, con una sonrisa burlona y llena de energía.

Martín se giró, sonriendo al verla.

—Casi lo era. Solo estaba reflexionando sobre la perfección y la aceptación —respondió Martín.

—¿Perfección? Eso es un mito. Vamos, la vida es mucho más divertida con imperfecciones. ¡Mira mis intentos de peinados en las mañanas! —dijo Kyra, entre risas.

Martín rió también, agradecido por la ligereza de sus palabras. Lo que había comenzado a aceptar en su mente ahora parecía más claro con la presencia de Kyra.

—Tienes razón. La perfección es aburrida. Tal vez es hora de dejar que el mundo vea quién soy realmente, con mis errores y todo —dijo Martín, con determinación.

—¡Eso es! Pero tengo una idea mejor que quedarnos aquí filosofando. ¿Qué te parecería una investigación paranormal? Sé que tienes un don para ver más allá de lo evidente, y me gustaría que dibujaras lo que sientes y ves cuando lleguemos a ese lugar —dijo Kyra, con entusiasmo.

Martín la miró, sorprendido. Esa propuesta despertaba algo en él, algo que le inquietaba y a la vez le intrigaba.

—¿Una investigación paranormal? —preguntó Martín, sintiendo una mezcla de curiosidad y cautela.

—Sí. Calypso y Felix van a acompañarnos. Son expertos en lo paranormal, y este lugar tiene una energía... especial. No te preocupes, estarás con nosotros, y quiero que dibujes lo que sientas en cada rincón. Creo que tu forma de ver las cosas puede revelar algo que otros no pueden —explicó Kyra, con una sonrisa cómplice.

—Suena... diferente. Pero quizás sea lo que necesito. No sé si dibujar lo que siento me ayudará a comprender más de mí mismo, pero estoy dispuesto a intentarlo —dijo Martín, tras unos segundos de reflexión.

Mientras caminaban hacia el lugar del encuentro, Kyra le contaba más detalles sobre Calypso y Felix, y la energía oscura que rodeaba el lugar que iban a investigar. Martín sentía que algo en su interior, esa parte de él que siempre había sido un paisaje en blanco y negro, podría empezar a colorearse con esta nueva experiencia.

—Confía en mí. Esto será revelador —le dijo Kyra, mientras su entusiasmo contagia poco a poco a Martín.

La noche ya había caído cuando llegaron al lugar. El ambiente estaba cargado, como si el aire mismo susurrara secretos antiguos. Al frente, los esperaban Calypso y Felix, quienes saludaron a Kyra y Martín con una mezcla de seriedad y emoción contenida. Martín sintió cómo la tensión crecía en el ambiente, pero algo dentro de él le decía que estaba en el lugar correcto, con las personas indicadas.

—Martín, ellos son Calypso y Felix. Nos ayudarán a adentrarnos en lo que este lugar esconde —dijo Kyra, presentando a sus amigos.

Calypso era una mujer de belleza única, con su largo cabello castaño oscuro que caía suelto y unos ojos curiosos que parecían captar tanto lo visible como lo oculto. Su estilo urbano, que combinaba un suéter negro oversized, una falda corta y botas de plataforma, le otorgaba un aire moderno y atrevido. Introspectiva y sensible, tenía una inclinación por lo paranormal, lo que la llevaba a explorar lo desconocido y a mantener conversaciones profundas sobre lo esotérico. Serene y observadora, era una compañera intrigante, impulsada por una curiosidad insaciable.

Felix era un hombre de presencia cautivadora, con cabello oscuro y corto que acentuaba su estilo moderno. Llevaba una camisa sin mangas negra de material translúcido, adornada con detalles decorativos y un broche en forma de estrella, complementada con un collar de colgante negro. Sociable y extrovertido, disfrutaba de eventos nocturnos y tenía un gusto por la moda. Sin embargo, había un lado introspectivo en él, marcado por su profundo interés por lo paranormal; exploraba lo desconocido y disfrutaba de conversaciones interesantes sobre lo esotérico.

—Un gusto —dijo Calypso, con un tono suave, pero firme. Sus ojos parecían saber más de lo que dejaba entrever.

—Hemos estado esperando este momento. Sabemos que tú, Martín, puedes captar cosas que a simple vista no se ven. Lo que dibujes serán clave para comprender lo que sucede aquí —añadió Felix, su voz resonando con seriedad.

Martín asintió, sintiendo el peso de sus palabras. El ambiente estaba listo, y él también. Era hora de descubrir lo que su interior, ese mundo de blanco y negro, podría mostrar en este lugar cargado de misterio.