La noche del taller se acercaba, y la atmósfera en el palacio era un torbellino de expectativas y nerviosismo. Isabel, al mirar por la ventana de su habitación, podía ver cómo la luna se erguía majestuosa en el cielo, pintando el paisaje de un plateado que evocaba una conexión espiritual con su arte y sus sueños. Había pasado semanas organizando este evento con Álvaro, un encuentro que prometía ser un refugio para las mujeres que, al igual que ella, anhelaban encontrar su voz en el caos que las rodeaba.
La idea de abrir las puertas del palacio para recibir a otras mujeres creativas y valientes radiaba esperanza, pero también una punzada de inquietud empezaba a invadirla. La aversión a Fernando seguía siendo un eco persistente en su mente, una sombra que se deslizaba por los pasillos del inquieto palacio, amenazando con deshacer el amor y la fuerza que había comenzado a construir a través del arte y la unión.
Con cada nuevo día, el imperativo de su lucha se hacía más fuerte. No podía permitir que su vida se convirtiera en una serie de decisiones basadas en la conformidad y el miedo. La noche del taller no sería solo un evento: sería el primer paso hacia una narrativa que resonaría a través de generaciones.
Mientras se preparaba, Isabel decidió ponerse un vestido sencillo pero significativo; una elección que reflejaría su esencia sin adornos innecesarios. Elegía un tono terracota, que simbolizaba el calor y la tierra, las raíces de su ser. Esta era una declaración de regreso a la naturaleza en medio de los adornos opulentos del palacio: una presentación auténtica y pura para un evento que llamaría la atención de muchos.
Al llegar el momento, las primeras invitadas comenzaron a llegar, y el murmullo de sus voces se entrelazaba con la melodía del viento que pasaba por las ventanas abiertas. Isabel frunció el ceño por el leve temor que comenzaba a invadirla, pero, en medio del bullicio, una sonrisa de Álvaro se reforzó en su mente. Esa era una continuación de su propia lucha; las mujeres que se atrevían a cruzar el umbral a su mundo de colores y esperanzas eran las que ayudarían a dar forma a esta nueva realidad.
Cuando la última invitada entró, una figura conocida apareció entre la multitud: Mariana, quien había sido amiga de la infancia de Isabel. Su expresión era una mezcla de sorpresa y admiración. “Isabel, no puedo creer que hayas hecho esto. Tu trabajo va más allá de lo que esperaba,” dijo ella, tocando suavemente muchos de los lienzos dispuestos.
“Mariana,” sonrió Isabel, aliviada al verla. “He reunido a todas las mujeres que han sentido la necesidad de ser escuchadas. Espero que esto se convierta en un refugio donde podamos crear juntas.”
La joven que había estado atrapada en las expectativas de la corte y proyectando una imagen pulida, ahora finalmente comenzó a verse rodeada de compañeras que compartían sueños unificados. Las murmuraciones iniciales comenzaron a llenarse con la voz de las artistas que habían llegado, deseosas de compartir su talento y conectar en un espacio seguro.
Mientras la música comenzaba a sonar en la sala, las sombras empezaron a aliviarse y el miedo se disipó; aunque el aire vibraba con cierta tensión, había un destello de esperanza flotando en cada rincón. Isabel se adentró en la sala, su corazón latiendo en sincronía con la música, mientras las mujeres comenzaban no solo a mostrar su arte, sino también sus historias.
Isabel tomó un paso adelante, su voz resonando mientras miraba a su alrededor. “Queridas amigas, hermanas en la lucha, celebramos hoy nuestras voces; las voces que han sido acalladas y olvidadas, pero que resuenan en cada corazón. Este taller es nuestro refugio, un espacio donde nuestras verdades pueden ser expresadas y donde cada una de nosotras puede ser artista en la extensión más verdadera de la palabra.”
El aplauso y los gritos de apoyo resonaron a través de la sala, llenando de energía el ambiente. Isabel sintió la calidez del amor y el reconocimiento lamiendo su piel, y en ese instante, su corazón dejó de estar aturdido por el temor. Cada mujer a su alrededor era un faro de resistencia, y reconoció que había un poder inquebrantable en la unión de sus voces.
Después de unas horas de intercambio, un grupo de mujeres talentosas se acercó a ella, emocionadas por la oportunidad de experimentar con diferentes medios artísticos. Isabel se sintió inspirada, moviéndose entre los trabajos de cada una de ellas, animándolas a plasmar sus sueños, deseos y luchas en el lienzo. Había jóvenes pintoras que buscaban abrirse camino, poetas que anhelaban un espacio para declamar, y tejían destellos de un futuro donde ellas mismas podían ser escuchadas.
Fue entonces, entre trazos de colores y palabras, que una joven del grupo llamó su atención. Su nombre era Clara, una mujer que había pasado años silenciada por las expectativas sociales. Su mirada era profunda y melancólica; Isabel supo que en sus ojos se escondía una historia por contar.
“Isabel, en este espacio me siento a salvo, pero también llena de dudas. He querido pintar sobre mi vida, pero el miedo se ha llevado mis sueños por mucho tiempo,” confesó Clara, mientras un brillo de lágrimas comenzaba a activarse en sus ojos.
“Siente la libertad aquí, Clara. No dejes que el miedo te consuma. Respira profundamente, y deja que cada trazo hable por ti. Tu arte está destinado a ser una extensión de tu ser, y no hay lugar más seguro que aquí para expresarte”, Isabel le respondió, recordando las palabras que a ella misma la habían inspirado.
Mientras seguía apoyando a las mujeres en el taller, un coro de risas y llantos de felicidad llenaba la sala. Isabel comenzó a ver que este espacio, el refugio que había creado, no solo era una plataforma para el arte, sino también el inicio de una resistencia colectiva. Cada voz era una fragmentación de la historia, un destello de la lucha por la libertad.
Sin embargo, en el fondo de su mente, el eco de Fernando seguía presente. Sabía que el tallar esta amenaza podría tener repercusiones. La tormenta que había previsto no había hecho más que acumularse, y el desafío de mantener su autonomía y su amor por Álvaro era algo que comenzaba a devastar su mente.
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novela histórica con romance y drama, vida en la corte e intrigas politicas, traición y luz de un amor perdido
Editado: 12.12.2025