La Sombra del Legado

Capítulo 10: Nuevas Revelaciones

Las horas se convirtieron en días mientras Victor permanecía en el hospital, recuperándose de sus heridas. Isabella visitaba a menudo, cada encuentro entre ellos un refugio compartido. A través de los relatos de su historia, sus lazos se fortalecían con cada palabra, cada promesa y cada mirada que celebraba el inusual vínculo que habían forjado.

Sin embargo, fuera de la habitación, el mundo continuaba girando con una velocidad inquietante. Las noticias sobre el incidente se esparcían como pólvora, y la presión sobre la familia Davenport para dar explicaciones se hacía evidente. Isabella sabía que las repercusiones no solo afectarían a Victor, sino también a su familia, cuyos secretos llevaban años ocultos bajo un manto de prestigio.

A medida que los días pasaban, la salud de Victor mejoró, yse encontró lo suficientemente fuerte como para recibir visitas más largas. Durante esos momentos juntos, mantenían conversaciones profundas, discutiendo no solo las circunstancias de su unión, sino también los planes a seguir, preparándose para enfrentar lo que estaba por venir.

Un día, mientras la luz del sol se filtraba a través de la ventana del hospital, Isabella se sentó en la silla junto a la cama de Victor, observando cómo el brillo de sus ojos se transformaba en una chispa de curiosidad.

—Hay algo que no te he contado —dijo Victor, su voz aún era débil, pero la determinación se asomaba en sus palabras—. Durante el tiempo que estuve inconsciente, tuve una revelación. Lo que está pasando no es solo un juego entre familias; es un dilema más oscuro.

Isabella sintió un escalofrío recorrer su columna. Su intuición le decía que este era un momento crucial, un giro en el camino que podrían seguir.

—¿A qué te refieres? —preguntó ella, atractiva mientras su mente comenzaba a dar giros.

—He estado recibiendo amenazas, desde antes de la gala. Mensajes anónimos que advierten sobre mi vida. —Victor reveló, su tono grave mientras se miraba al suelo, reacio a ver la realidad que le rodeaba.

La preocupación creció en el corazón de Isabella. No estaba sola en su lucha, y la situación que se había intensificado podía ser la clave para desenredar el caos.

—¿Por qué no me lo dijiste antes? Podríamos haberlo manejado juntos. —Isabella exclamó, sintiendo los nervios desgarradores que empezaban a apoderarse de ella.

—Quería protegerte. —Victor llevó su mirada hacia ella, su rostro lleno de sincera vulnerabilidad—. No quería que estuvieras involucrada en esto.

El aire se tornó pesado entre ellos, y Isabella sintió que sus ansias por la verdad comenzaban a arder.

—No puedo permitir que me excluyan de mi propio destino. Si hay algo más en juego, debo saberlo. Juntos podemos desenmascarar esta amenaza.

Victor se quedó en silencio, impresionado por la ferocidad que emanaba Isabella. La determinación en su voz resonó con la voluntad de aquellos que luchan por lo que quieren.

—Tienes razón. Debemos hacer algo al respecto. —respondió Victor, su mirada acompañada de resolución mientras la preocupación comenzaba a ceder.

Ambos sabían que para desentrañar los secretos comenzaron a conectar hechos y piezas de este rompecabezas. La oscuridad no parecía proceder únicamente del lado de los Davenport, y el sistema de alianzas se volvía más confuso con cada revelación.

Con una mente enfocada en la estrategia, Isabella decidió que el primer paso era acercarse a la familia Brightwood. Si había alguna oportunidad de exponerse a la verdad, eso se podía hacer en colaboración. Evelyn había demostrado ser una amiga leal y una aliada de gran valor.

Al día siguiente de la conversación, tras ayudar a Victor a vestirse antes de una sesión corta de exámenes médicos, Isabella se dirigió a visitarla. El sol brillaba en la calidez de la tarde, arrojando luz sobre un día que prometía nuevas oportunidades.

Cuando llegó a la mansión Brightwood, fue recibida por la misma Evelyn que había conocido con tanto aprecio. Lady Brightwood la observó con una expresión de interés en medio del bullicio familiar.

—Isabella, es un placer verte de nuevo. No esperaba visitarte tan pronto tras la gala. —dijo, llevándola hacia el salón, donde la decoración confirmó el estatus ilustre de su familia.

—Debo hablar contigo sobre algo importante. Las amenazas que hemos enfrentado... son más serias de lo que imaginamos. Victor está involucrado, y creo que puede que haya más en juego en todo esto. —Isabella comenzó, su tono cargado de urgencia.

Evelyn se sentó, su rostro tornándose serio mientras prestaba atención a cada palabra.

—Sabía que esto no terminaría bien. Mi familia siempre ha estado en desacuerdo con los Davenport; ya que tienen poder sobre todos nosotros, no puedo ignorar el patrón que se ha formado.

La conversación se tornó más profunda a medida que ambas mujeres discutieron estrategias. Isabella señaló la importancia de enfrentar esta nueva realidad, de unirse y llegar hasta el fondo de las amenazas.

—Si estamos dispuestas a unir fuerzas entre clanes ahora, es el momento perfecto. No debemos permitir que el miedo nos controle. —Evelyn respondió, su determinación complementando la de Isabella.

Mientras las horas se deslizaban, comenzaron a delinear un plan. Quedarían las piezas dispuestas para un enfrentamiento estratégico con los Davenport y juntos se disculparían con la nobleza que podría ayudarles. La conexión que Isabella había buscado se había tejido entre ambas mujeres, y las fuerzas de sus familias comenzaban a infiltrarse en la creación de un nuevo camino.

De regreso en el palacio, Isabella sentía un nuevo sentido de esperanza. Sin embargo, mientras recorría los pasillos, el eco de las antiguas rivalidades permanecía presente. De repente, la mirada de la señora Davenport apareció como un rayo del pasado.

—Isabella, ven aquí. —llamó, su tono cargado de control mientras se acercaba a la joven con descarada autoridad.




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