Capítulo 18: Preparativos para la confrontación

El sol se alzaba tímidamente en el horizonte mientras Isabella se despertaba, su mente llena de pensamientos que giraban en torno a la gala de la noche anterior. La energía de su encuentro con los nobles había dejado una sensación de esperanza, pero las sombras del pasado todavía acechaban en cada rincón del palacio. La amenaza de la señora Davenport seguía presente, y un nuevo día significaba que las decisiones cruciales estaban por tomarse.

Mientras el día avanzaba, Isabella se preparó con cuidado, sintiendo la determinación florecer en su interior. La conversación que había tenido con Victor y Evelyn aún resonaba en su mente, empujándola a actuar con valentía y propósito.

El desayuno fue un acto de funcionalidad más que de disfrute; su madre, la condesa Montclair, ya había comenzado a planificar cómo abordar la situación de los Davenport. Aunque Isabella sabía que su madre deseaba protegerla, ese deseo también la había mantenido alejada de la verdad sobre su historia familiar.

—Madre, debemos hablar. —dijo Isabella de repente, levantando la mirada hacia su madre, que parecía profundamente concentrada en un documento—. Es momento de que conozcamos toda la verdad sobre lo que sucedió entre nuestras familias.

La condesa miró a Isabella con sorpresa, como si por un segundo se hubiera despertado de un trance.

—Isabella, no quiero que cargues con los secretos del pasado. —dijo la condesa, ante la mirada firme y decidida de su hija.

—Pero, madre, si queremos que esto cambie, debemos dejar atrás la historia que ha atado nuestras decisiones. La verdad es esencial para enfrentar lo que está por venir. —afirmó Isabella, su voz resonando a medida que enfatizaba el sentido de urgencia.

La condesa suspiró, sintiendo que la fragilidad del momento estaba llegando a su fin. Sabía que su hija había crecido, y cada una de las decisiones que estaba tomando era un eco del deseo de liberarse.

—Está bien. Si insistes en conocerlo, entonces no me negaré. —dijo la condesa, el brillo de luz en su mirada revelando que estaba lista para desvelar secretos que no había querido compartir.

Isabella se sintió aliviada al saber que su madre estaba dispuesta a abrirse. Ambas comenzaron a hablar sobre la historia de sus familias, relatando los antiguos pactos, las traiciones que habían forjado distancias y la rivalidad que había perpetuado un ciclo de dolor.

Mientras la conversación fluía, Isabella absorbió cada palabra, cada revelación. Su madre le contó cómo había habido un pacto entre los ancestros que prometía unión y prosperidad, pero la traición de un miembro había destrozado esa conexión, llevando a una ruptura que había perdurado durante generaciones.

—Cuando sucedió, el dolor se apoderó de ambos clanes. Decidí protegerte de esta historia para que no tuvieras que cargar con su peso. Pero ahora veo que necesitas conocer la verdad para avanzar. —la condesa admitió, su voz temblando al instante.

Isabella comprendía el deseo de su madre de protegerla, pero el conocimiento que había adquirido la llenó de fuerzas. Sabía que su lucha por la verdad y el amor no solo se trataba de ella, sino que también afectaba a generaciones. La historia de la traición se sentía como un eco que resonaba en su corazón, y estaba decidida a cambiar las cosas para las generaciones futuras.

—No permitiré que nuestras decisiones sean dictadas por el pasado. Esa es la lección más importante que he aprendido. —ella dijo con firmeza.

Cuando terminaron de hablar, Isabella sintió una renovada determinación. Sabía que no podían posponer más; el momento de hacer frente a la señora Davenport y destapar los secretos ocultos estaba a la vuelta de la esquina.

Tras una corta pausa, Isabella decidió que era esencial hablar con Victor y Evelyn antes de la reunión programada con las familias nobles. Así, serían un equipo sólido y las decisiones que tomaran reverberarían en el futuro.

Se reunió con ellos en su jardín, un espacio cultivado que había sido un refugio y un símbolo de esperanza. La luz del sol iluminaba la escena, como si el destino mismo sonriera a su esfuerzo.

Victor estaba allí, observando las flores, y cuando notó su presencia, se acercó a ella con una sonrisa.

—¿Listos para lo que está por venir? —preguntó, su voz llena de confianza.

—Estamos cada vez más cerca de descubrir la verdad. Un nuevo entendimiento entre las familias podría ser el primer paso hacia el cambio. —dijo Isabella, su energía vibrante resonando en su voz.

Evelyn se unió a ellos, con una mirada decidida.

—He estado hablando con algunos nobles que parecen resistente a la vieja estructura de poder. Creo que podrían ser nuestros aliados en la búsqueda de un nuevo camino—anunció, su voz llena de convicción.

Excellent. Esto comenzaba a converger en una unión fuerte de perspectivas. Isabella sentía el peso de la esperanza que bañaba el jardín, como si ellos también estuvieran floreciendo a través de la lucha.

De repente, el ambiente se tornó denso cuando una figura oscura apareció. Era la señora Davenport, su presencia intimidante y controlada, como si el poder aún fluyera a su alrededor.

—He venido a informarles que los nobles que se reúnen con ustedes no son sus verdaderos amigos. Están manipulados por otros intereses ocultos; esto no es lo que parece. —declaró, su mirada fija en cada uno de ellos.

Isabella notó la arrogancia en su voz y la dureza que desbordaba de su ser. La señora Davenport intentaba sembrar la discordia una vez más, y era necesario desmitificar lo que decía para no ceder ante sus manipulaciones.

—No nos dejaremos llevar por las sombras del pasado como usted alega. Nuestros aliados están basados en la confianza y el deseo de un nuevo futuro. —Isabella se plantó ante ella, el coraje resonando vibrante en cada palabra.

Victor y Evelyn alzaron las miradas, sintiendo que cada palabra de Isabella iba acompañada de una fuerza renovadora. La tensión entre las familias estaba alcanzando un punto de ruptura, y cada decisión que tomaran podría tener un impacto potente.