El ambiente en el Palacio de Beaumont se tornó tenso tras la revelación del noble que interrumpió la gala. La noticia de la amenaza externa que pendía sobre ellos se convirtió en el centro de atención, y el espíritu de celebración se transformó en una urgencia palpable. Isabella sentía que el peso de la situación recayó sobre sus hombros mientras observaba cómo los nobles se agrupaban, ansiosos por discutir sus próximos movimientos.
Isabella se dio cuenta de que tenían que actuar rápido; la situación no se detendría sola, y su función como una de las voces líderes era más crucial que nunca. Se volvió a Victor, quien todavía tenía una expresión seria, reflejando la gravedad de la amenaza que enfrentaban.
—Debemos reunir más información sobre estos rebeldes y averiguar cuál es su objetivo. Si están dispuestos a amenazarnos, eso significa que son peligrosos. —sugirió Isabella, su mente ya trabajando en las posibles direcciones que podrían tomar.
Victor asintió, su expresión seria convencía a la valentía que comenzaba a fluir entre ellos.
—Tal vez debamos contactar a algunos de los nobles en quienes confiamos. Aquellos que están disgustados por la presión que los Davenport han ejercido a lo largo de los años.
Isabella sintió que la esperanza se encendía en su pecho. Había nobleza dispuesta a unirse a su causa, y cada nuevo aliado sumaría fuerza a su resistencia.
La sala comenzó a llenarse de murmullos mientras los nobles discutían en grupos, abrumando la atmósfera. Isabella se fijó en Evelyn, quien claramente buscaba captar la atención de sus amigos leales.
—¡Evelyn! —la llamó Isabella, mientras la noble se acercaba con pasos firmes.
—Isabella, la situación es grave. Debemos actuar de inmediato. ¿Qué propones? —dijo Evelyn, su mirada mostrando una mezcla de determinación y preocupación.
Isabella sintió que una oleada de confianza entraba en su pecho. Esta era una oportunidad para construir una nueva realidad.
—Propondré que organicemos una reunión con nuestros aliados. Un intercambio donde todos puedan tener voz y lugar. Debemos ser transparentes sobre la situación actual y cómo podemos unir nuestras fuerzas. —Isabella explicó, su tono cargado de fervor.
—Eso podría ser arriesgado. La señora Davenport se enterará fácilmente, y no tengo dudas de que intentará sabotearlo. —Evelyn advirtió, aunque también notaba algo de entusiasmo en su tono.
—Si lo hacemos bien, podrían alinearse con nosotros. Esta es la oportunidad de demostrar que no tememos ninguna sombra. —replicó Victor, con firmeza.
Los tres comenzaron a trazar un plan inmediato. Hablaron de cuántos nobles invitarían y cómo podrían presentar la realidad de un frente común. La estrategia se iba delineando lentamente, pero la presión del tiempo seguía creciendo.
A medida que la discusión avanzaba, Isabella y Victor intercambiaron miradas, sintiendo que los hilos de su destino comenzaban a entrelazarse con más fuerza. Sin embargo, un escalofrío recorrió el aire, y un nuevo enigma comenzaba a ocultarse entre esas sombras.
La fastuosidad del palacio no podía ocultar las tormentas que comenzaban a gestarse en la alta sociedad. Las conversaciones se intensificaron, y mientras Isabella pensaba en la próxima gala, otro murmullo provenía de un grupo cercano que llamaba su atención.
Se acercó y escuchó unos fragmentos de conversación:
—Dicen que la señora Davenport estuvo en contacto con aliados que buscan formar una nueva facción para desalojar a la familia Montclair de su posición.
El eco de esas palabras provocó un chisporroteo de alarma. Isabella miró de reojo a Victor y Evelyn, quienes también se habían percatado del temor en la voz del noble que lo había mencionado.
Si la señora Davenport había comenzado a formar un frente contra ellos, la situación estaba a punto de empeorar. La presión de mantener la verdad oculta se tornaba cada vez más visible, y las sombras del pasado volvían a amenazar.
—Debemos apresurarnos. —murmuró Isabella, su voz cargada de determinación mientras observaba a la multitud—. No podemos permitir que nos arrastren a este conflicto.
Victor y Evelyn estaban a su lado, y juntos comenzaron a trazarse a cualquier miembro noble que debería ser alertado.
Con la finalidad clara, se pusieron en marcha en el vasto palacio. El sol brillaba a través de las ventanas, y la brillantez del día no podía ocultar el sentido de caos que pulsaba en sus corazones. Isabella sintió cómo la ansiedad comenzaba a mezclarse con la determinación; la verdad debía salir a la luz y debía ser parte fundamental del proceso.
Poco después, llegaron al jardín, donde habían ido a buscar a algunos nobles con los que habían tenido conexión en el pasado. Uno de ellos, el conde Astor, era conocido por estar en desacuerdo con los métodos que los Davenport habían usado a lo largo de los años. La posibilidad de contar con su apoyo era un movimiento que podría influir en todo.
El conde estaba en una conversación con otro noble cuando los tres llegaron. Se saludaron cordialmente, pero la leve sombra de incomodidad estaba presente.
—Estimado conde, necesitamos hablar contigo. Los vientos están cambiando, y necesitamos asegurar una alianza sólida. —dijo Isabella, su voz resonando en la incertidumbre del ambiente.
El conde Astor observó a Isabella y luego a Victor, y finalmente echó un vistazo a la conde Brightwood. Había un brillo de preocupación en sus ojos.
—He escuchado rumores. Se habla de una nueva facción que se opone a los Davenport y se ponen de su lado. No me gustaría que esta situación escalara a algo como estaba sucediendo antes.
Isabella sintió el peso de cada palabra.
—Sabemos que la situación es crítica, pero debemos unir nuestras fuerzas. Lo que tenemos aquí puede ser esencial para enfrentar a los que intentan dividirnos. Juntos, podemos asegurarnos de que el legado de nuestras familias prevalezca, en lugar de ser arrojados a un conflicto perdido.
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romántico de la realeza, intriga y drama familiar, tensión emocional y romance
Editado: 14.12.2025