Admito que estoy algo nervioso, no sé qué me espera en ese lugar, no sé cómo van a reaccionar o si me van a recibir de mala manera, intento distraerme así que me dispongo a mirar por la ventana, veo pasar los árboles, los autos, las casas y el cartel que dice "bienvenidos a Ciudad del Lago".
5 minutos después, el taxi aparca frente a una mansión de color azul pastel, con grandes ventanales y un jardín extenso muy bonito, me quedo un rato pensándolo, pero no tuve opción, no era algo que estuvo en mis manos.
-Joven ¿que no piensa bajar?
-ah sí, lo siento
Me dispongo a bajar del auto, él chofer me ayuda a sacar mi equipaje del maletero, respiro hondo antes de caminar hacia la entrada donde hay una pequeña puerta de hierro, la abro y entro. Recuerdos de un pequeño yo me invaden, recuerdo a mi madre llorar desconsolada por todo lo que esa señora le decía, ella la maldigo de todas las formas imaginables posibles, ella no lo merecía, no tenía la culpa de lo que paso, ella tenía buenas intenciones, pero esa mujer la desprecio sin más.
Sacudo mi cabeza para disipar esos pensamientos y sigo mi camino por el largo sendero rodeado por árboles ornamentales, me detengo frente a la puerta doble de madera, oh Dios, lo que me espera...
Toco dos veces la puerta, unos segundos después una señora abre la puerta, puedo deducir que tiene unos 50 años como aproximado, su pelo es castaño, tiene unos rizos algo desordenados y usa ropa de mucama. Su cara al verme palidece y sus ojos se abren, supongo que me reconoce, pero de mi parte nunca la había visto.
-Dios que grande estas -dice con lágrimas formándose en sus ojos, pero rápidamente las limpia -vamos entra ya
-Amm hola -digo pasándole por un lado para entrar, esta cierra la puerta detrás de sí y me sigue hasta llegar a una amplia sala con muebles (que se ven que son costosos), lámparas que cuelgan del techo y demás cosas que le dan un aspecto lujoso y caro.
-Sra. Miller, ya ha llegado -grita, pero no muy alto, una señora de tez blanca, ojos azules y pelo cobrizo desciende de las escaleras, lleva el pelo recogido en un moño muy elegante, sus ropas son refinadas lo que le da un aspecto recatado.
-Ya llego ese engendro de mala muerte igual que su madre -me tenso al escuchar la mención de mi madre, al bajar las escaleras posa sus ojos sobre mí, sus ojos tienen un brillo de tristeza, pero luego se ve reemplazada por ira y desprecio -tú y la maldita de tu madre fueron el fin de mi familia, todo es su culpa, mi Ethan estaría vivo si no fuera por ustedes, maldigo el día en que naciste has sido la desgracia de mi familia¡¡¡OJALÁ TE MURIERAS IGUAL QUE LA MALDITA DE TU MADRE!!!
-¡¡¡NO MENCIONE A MI MADRE EN SU JODIDA BOCA!!!¿¡¿¡CREE QUE USTED NO TIENE CULPA EN LO QUE PASÓ?!?!¿¡¿¡CREE QUE SI NO HUBIERA ABANDONADO A SU HIJO CUANDO LA NECESITABA ESTO HABRÍA PASADO?!?! -Necesito calmarme, pero como me puedo calmar ella no es quien, para hablar de mi madre, no es alguien que le llegue siquiera a los talones, ¿cree que por que tiene dinero está por encima de ella? cuando ella en lugar de apoyar a su hijo lo abandonó.
-¿Quién te crees que eres hablarme de esa form...
-Martha ¿qué pasa? -un señor baja por las escaleras, imagino que debe de ser el Sr. Miller el esposo de Martha -buenas noches -dice al percatarse de mi presencia -vaya como has crecido, la última vez que te vi eras un pequeño renacuajo, pero ya eres todo un hombre
-Buenas noches -digo cortante
- ¿De verdad le vas a hablar como si no hubiese hecho nada?
-Es que él no ha hecho nada en realidad solo es que tú lo quieres ver así para quitarte parte de la culpa que tienes
-No lo puedo creer, mi esposo me da la espalda y se hace aliado del enemigo
-Él no es el enemigo, -me sorprende lo calmado que esta se ve que está acostumbrado a tratar con esa serpiente -él es nuestro nieto, no sé por qué te empeñas de culparlo si solo era un recién nacido cuando todo pasó -la última vez que vine a esta casa tenía siete años y Martha insultó a mi madre y la echó mientras él no hizo nada para detenerla, solo se quedó ahí observando las injusticias de su mujer, pero ahora me está defendiendo de ella, no sé por qué, pero tampoco me interesa.
-¡¡Si él no hubiese nacido mi hijo estaría vivo!! -dice mientras rompe en llanto
-Vamos muchacho debes tener hambre -me interrumpe señora que anteriormente me había abierto la puerta, no me había dado cuenta de que seguía aquí-ya es tarde necesitas comer algo, ven conmigo, la sigo y llegamos a una amplia cocina donde hay un hombre de pelo cobrizo frente a la gran estufa parece ser el cocinero -amor el es Adam, no sé si lo recuerdas.
-valla, pero como has crecido muchacho, -dice este mientras se da la vuelta para verme mejor -eres la copia exacta de tu padre
-verdad, creo que eso fue lo que enojó más a la señora -dice la única mujer en la cocina, mientras su marido (supongo que es su marido) sigue con lo suyo -por cierto, me llamo Jane, te llevaré la cena a tu habitación, sígueme te la muestro.
-Srta. Jane ¿puedo dormir en una de las habitaciones de servicio? -la detengo antes de que comenzara a caminar.
-hum ok, ¿se puede saber por qué?