La Sonrisa Bajo La Oscuridad

NACIMIENTO

Pujé, señora!!... con más fuerzas!!.... todo saldrá bien.

Una doctora común y corriente atendió a una madre sola, a punto de dar a luz. La respiración de la mujer era tensa, las fuerzas la abandonaban, no podía hacerlo. Cada segundo que pasaba era una batalla entre la vida y la muerte. Los gritos de dolor llenaban los pasillos del hospital.

Un grito desgarrador resonó en la sala de parto. Y enseguida, un llanto frágil pero potente surgió, marcando la llegada de una nueva vida.

—¡Felicidades! … Es un hombrecito.

Apenas había escuchado esas palabras cuando su cuerpo se desplomó. Sus ojos se cerraron, y el mundo a su alrededor se desvaneció.

—¡Señora! ¡Señora, no se duerma, vamos, reaccione!

La doctora se movía con rapidez.

—¡Vamos, ayúdennos! ¡Sostenga al niño, límpielo y abríguelo!

El caos en la habitación se mezclaba con el pitido constante de las máquinas. Oxígeno, paños fríos, palabras de aliento… Finalmente, la mujer fue estabilizada. Su cuerpo dejó de temblar, su respiración se calmó, y sus signos vitales se normalizaron.

—Descanse, señora. Mañana estará mejor.

***

Park despertó de golpe, sintiendo un vacío en su pecho.

—¿Pasa algo? —preguntó Karol, con la voz somnolienta.

—Mi belleza, lamento despertarte, pero... no pasa nada. Solo pensaba en mi madre.

—Ay, mi Park, ven aquí... ¡Ven aquí, mi bebito! ¡Mi coshito lindo! ¡Ven, te abrazo!

—Jaja, me alegras, mi Karol.

La pena se disipó poco a poco. Park encontró consuelo en los brazos de Karol, acurrucado junto a ella.

***

A la mañana siguiente, la doctora entró en la habitación con el bebé en brazos.

—Señora, llegó el niño.

—No lo quiero ver —respondíó con frialdad la madre, con los ojos clavados en la pared.

La doctora frunció el ceño y suspiró.

—No, señora. Usted tendrá que hacerse cargo de este niño. No tiene la culpa de nada. Aquí se respeta la vida. Reciba a su hijo, o tendré que llamar a las autoridades y tendrá problemas.

Lía chasqueó la lengua, molesta.

—¡Ya! ¡Qué más da! Estoy harta de sus llantos...

Tomó al niño con torpeza, pero en cuanto lo tuvo en brazos, sintió un nudo en la garganta. Era pequeño, frágil, su piel blanca como la nieve, sus ojitos marrones buscando reconocimiento, su cabello rubio enmarañado.

—Eres muy lindo, mi niño... —murmuró, y una débil sonrisa se dibujó en su rostro.

La enfermera sonrió.

—Jaja, señora, ve, el niño es hermoso. ¡Ya ve que lo quiere!

Lía apretó los labios.

—¡Me puedes dejar sola, por favor!

—Sí, sí, como diga. Volveré más tarde a tomar algunas notas. Por favor, piense en el nombre de su niño.

Horas después, la doctora volvió a la habitación.

—Señora, veo que quiere mucho a su niño. Tengo que llenar su carnet. ¿Ya pensó en su nombre?

Lía miró al bebé, acarició su diminuta mejilla y suspiró.

—Bueno... ya tengo el nombre.

—Dígame.

—Se llamará Kamír.

—¿Y su primer apellido?

—Kamír Arow.

Un gesto de sorpresa surcó el rostro de la doctora.

—¡Vaya! Usted debe ser Lía Arow, ¿verdad?

Lía frunció el ceño.

—Sí... Lía Arow.

Otra vez su apellido. Lía sentía un disgusto cada vez que alguien lo mencionaba.

—Señora, mucho gusto. ¡Me emocioné mucho! Usted es de una de las grandes familias, una de las más ricas.

Lía resopló.

—¿Dígame, me ve muy elegante?

La doctora la miró con cautela.

—Bueno, le tuvimos que sacar todo lo valioso... aunque... no vi nada particularmente lujoso en sus pertenencias.

Lía soltó una risa seca.

—Como ve, el dinero no lo es todo. Solo tengo el apellido.

La doctora inclinó la cabeza.

—¿Es feliz, señora Lía?

Un silencio pesado se instaló en la habitación. Lía apretó los labios y analizó la pregunta. La felicidad... ¿podía decir que alguna vez la había sentido?

—Bueno... si le contara mi vida, no me la creería.

—¿Es madre soltera? ¡Disculpe el atrevimiento!

Lía bajó la cabeza.

—Estoy casada.

Recordó las palabras de su esposo: "Maldita serás al cargar a ese niño, porque yo no lo voy a querer. Espero que mueras cuando lo tengas... y mejor si es antes".

Miró a su bebé.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.