Salimos del trabajo y fuimos a una cafetería cerca de ahí.
En tus ojos se veía que estabas inquieta y necesitabas hablar.
En ese momento supe que necesitabas una amiga, y más cuando tu sonrisa estaba apagada, tanto que no parecía tuya.
Así que olvidando que me mandaste a la zona de amigos, que horrible sonaba eso, estuve dispuesta a escucharte como siempre.
Pero solo como vos querías, como tu amiga.
Por más que eso me lastimara.