La sonrisa de Papá

Capítulo 5: podemos hacerlo sonreír

Cuando sabemos que nosotros podemos ser la causa de la sonrisa o del llanto de Dios, cambia nuestra perspectiva y nuestra manera de ver la vida. Él está atento a las acciones de su creación, es decir nosotros, para ver quienes lo hacen sonreír y quienes lastiman su corazón. Lo más increíble de todo esto es que incluso cuando las personas lastimamos su corazón, Dios está siempre dispuesto a perdonarnos y olvidar completamente aquello que en un pasado le lastimó, pero eso nos cuesta entender a veces a nosotros y cuando cometemos errores nos alejamos de Él, no queremos verlo más, no queremos estar con Él porque sentimos demasiada culpa en nuestro interior, ya que así somos las personas, nos cuesta perdonar, por tanto, creemos que Dios también es así, que también le cuesta perdonar y que en un futuro o de un momento a otro nos cobrará el favor o echará en cara nuestro error o nos avergonzará frente a otras personas, así que tratamos de evitar ese dolor, pero Dios no es en absoluto así, Él nunca haría esas cosas, sólo debemos ir ante Él con un corazón arrepentido, es todo lo que Dios desea, nuestro corazón.

Si vemos las historias de la Biblia de los siervos o personas que fueron amigos de Dios, podemos darnos cuenta de que todos tienen algo en común y esto es tener un corazón rendido, un corazón quebrantado y dispuesto a escuchar y obedecer la voz de Dios y eso es suficiente, eso es todo lo que Él desea, un corazón dispuesto en sus manos. No te imaginas las cosas increíbles que Él puede hacer con un corazón así. A Dios no le importan las ofrendas, no está interesado en lo que podamos darle o en lo que podamos hacer porque nada se compara con lo que Jesús ya hizo en la cruz, dar su vida por cada uno de nosotros, nada puede tener el mismo valor o el mismo precio, es decir, ninguno de nosotros puede pagar ese precio o ofrecer algo que tenga el mismo valor, Dios solamente quiere nuestro corazón, le interesa tanto que más de una vez menciona en la Biblia que lo guardemos, que es algo demasiado valioso e importante, que no podemos dárselo a cualquiera.

No te imaginas la cantidad de veces en las que yo estuve triste, en las que yo tenía un corazón completamente destrozado, lo genial es que Dios incluso acepta ese corazón destrozado, hecho pedazos, lo restaura, vuelve a unir esas piezas y nos da un corazón nuevo. A mi me llegaba mucho una canción de Toma tu lugar que decía que no podemos ofrecer nada a Dios, nada que le pueda sorprender, lo único que podemos darle es un corazón quebrantado, ni siquiera un corazón completo, sino uno destrozado por el difícil camino que vivimos, pero eso es suficiente, aún así, de ese manera, Dios acepta nuestro corazón. Él no lo rechaza, nos lleva a su taller y nos vuelve a reconstruir, pero sabes lo que pasa a veces es que una vez que estamos completos de nuevo, volvemos a nuestro pasado, volvemos a tener la vida que teníamos antes y volvemos a romper poco a poco ese nuevo corazón que Dios hace poco nos había dado. 

Lo que jamás pude entender de Dios es cómo Él nos puede llegar a amar tanto que no importa cuántas veces le fallemos, Él sigue ahí esperando el momento que decidamos volver y abrazarnos, es completamente injusto para mí, es completamente injusto para la mente humana y creo firmemente que nadie jamás podrá lograr ese nivel de amor, somos seres imperfectos, nos cuesta mucho perdonar y volver a dar otra oportunidad, no somos pacientes, hay muchos errores en nuestra vida, pero saben... me di cuenta de que cuando pasamos tiempo con Dios, Él nos contagia su forma de amar, podemos perdonar de manera más sencilla, no tenemos rencores, podemos tener paz en medio de las dificultades, podemos sonreír en medio de los problemas, todo eso y más sucede cuando caminamos con Dios y no es algo para sentirnos superiores o mejor que los demás, es simplemente decir yo no pude lograrlo por mi mismo, no puedo hacer estas cosas por mi fuerza, sino que es Dios en mi, recordemos que Él vive en nosotros y gracias a eso podemos hacer cosas increíbles, pero nada de eso es para que los demás nos admiren, es para que todos los demás admiren lo que Dios puede hacer.

Yo siempre he pensado que soy alguien incapaz y viví así por bastante tiempo, ¿y saben? ¡es completamente cierto! y no solamente yo, sino todos los seres humanos, sí, hay personas que hacen cosas geniales y tienen talentos y habilidades grandiosas, pero nada de eso se compara con lo que Dios puede hacer con nosotros, todos los logros que yo conseguí fueron gracias a Dios, nada de eso me pertenece y estoy completamente seguro de eso, yo no se qué sería de mi vida si no conociera a Dios. Creo que esa es la mejor experiencia y lo mejor que me ha pasado en toda mi vida, así como Pablo apóstol de Jesús decía, nada de lo que las personas podamos lograr tiene realmente valor, ya sean trofeos, felicitaciones, campeonatos, riquezas, tener un cuerpo saludable, escribir libros, componer canciones, ganar premios, ser presidente; nada de eso puede compararse con conocer a Jesús, sinceramente y desde mi corazón les digo que no hay nada mejor que conocer el corazón de Dios cada día, lo genial es que poco a poco y conforme va pasando el tiempo vamos conociéndolo más a profundidad y jamás terminamos de conocerlo y entenderlo, es toda una aventura, es un estilo de vida, es la mejor manera de invertir nuestro tiempo, nuestras fuerzas y todo lo que tenemos.



#26103 en Otros
#2078 en No ficción

En el texto hay: dios, motivacion, libro cristiano

Editado: 26.10.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.