La sonrisa del Ángel

Capítulo 4 "Yo te vi"

Santiago aún no había llegado y yo me había quedado dormida en el sofá frente al televisor que después de un buen rato había logrado encender, no recordaba cómo me había dicho que se hacía, así que presione todos los botones, pero al final cedió, personas estaban dentro y parecían tener diálogos aprendidos pero era entretenido, los platos de lo que había comido también estaban al frente. Una serie de flashazos sobre la caída pasaban saltando a otro rápidamente pero uno me llamo la atención y como si pudiera manejar lo que soñaba me centre en ese, Santiago estaba en ese sueño, yo lo miraba de lejos, lo miraba en la universidad, en su casa, con sus amigos, con su familia, de pronto sentí que Santiago no era un desconocido y aparentemente no lo era, yo lo había visto antes, lo había conocido antes incluso de esa vez en el callejón, me veía a mí con él abrazados, juntos, yo tenía una razón para estar ese día ahí y el porqué de que él me encontrara, de pronto el sueño se cortó y me desperté, vi la puerta abrirse, Santiago entro y mi corazón palpito rápido, había recordado, lo había recordado a él, no todo, no demasiado para saber a ciencia cierta porque ya lo conocía pero era un gran avance, sin embargo no creo que ahora eso fuera de mucha ayuda si se lo contaba, tendría que esperar a tener todas las piezas del rompecabezas. Porque se suponía que yo jamás había estado aquí.

¡Hey! –me dijo sonriendo mientras cerraba la puerta y yo me sentaba en el sillón

Hola Santiago –sonreí pero mi corazón aun latía fuerte, de hecho desde que lo vi en el callejón cada que estaba cerca de él, solo que no lo había notado, él se sentó a un lado de mí en el sofá

Al final terminaste viendo tv –dijo mirando al aparato donde estaban aquellas personas

Ah eso... si –dije apenas y el me miro

¿Pasa algo? –Pregunto- ¿te sientes mal? –me miro con preocupación

No nada, ¿cómo te ha ido?, ¿has aprendido mucho? –pregunte, de verdad me interesaba

Eh... bueno la verdad es que si, ¿has comido? –sonrió de nuevo, su sonrisa ahora parecía mucho más que solo una sonrisa, si mis latidos ya estaban fuertes, su sonrisa los acelero aún mas

En la tarde –dije secamente tratando de ocultar el alboroto dentro de mí

Bueno entonces vayamos a preparar algo de cenar –se levantó y se dirigió a la cocina, yo lo seguí

¿Santiago? –Le hable- alguna vez... ¿Has sentido que conoces a alguien desde hace mucho tiempo, pero la acabas de conocer? –el examino mi cara y sopeso mi pregunta por un momento

No, realmente no... Antes de ti –dijo y me sorprendió su respuesta

¿Antes de mí? –pregunte

Cuando te vi ayer, sentí que te conocía de hace mucho tiempo, el instinto me seguía diciendo que me acercara a ese callejón y cuando te vi, de nuevo un impulso me hizo ayudarte y después cuando paso lo de la universidad, verte ir me hizo seguirte, no sabía porque lo estaba haciendo jamás hago ese tipo de cosas, me sentí tan cómodo a tú lado que me dio miedo, aún me da miedo, llevo solo una semana contigo aquí y me da la sensación de que siempre has estado aquí... -me miraba directamente a los ojos y yo a él

Yo –reí nerviosa- me siento igual

Es muy loco ¿no? –dijo y rio

Lo es –sonreí también, la tensión se acumuló entre él y yo, así que desvié la mirada al televisor, quería decirle que había recordado algo pero sabía que no era el momento aún, sin embargo había algo que si podía decirle

Mi nombre es Samara Fleury–dije y lo mire, él también me miro sorprendido por supuesto

¿Recordaste? –pregunto emocionado

Solo mi nombre –le aclare

Es un buen avance –sonreía aun- es raro siento que ya lo sabía, es decir como si siempre te hubiera llamado así, todo sigue siendo muy loco

Bueno al menos ya no tendrás que llamarme "HEY" –dije riendo

Oye no se me ocurrió un buen nombre, o bueno... no se es raro como sigo diciendo, pero no quería llamarte de otra forma, quería que recordaras tu nombre –eso me saco de orbita un poco y al parecer él también se sintió así, así que me miro y luego termino diciendo- hay que ir a cenar – y yo asentí sin saber que más decir, nos levantamos, cortamos algunas verduras y el hizo el resto, hacer de comer era algo complejo para mí aun. Al día siguiente después del desayuno y que Santiago se fuera de nuevo a la universidad, decidí salir y dar una vuelta por las calles cercanas al edificio, si bien estaba aquí de manera permanente tenía que empezar a conocer la tierra, no podría siempre vivir de la amabilidad de Santiago, eventualmente tendríamos que separarnos, y esa pequeña parte me causaba un a angustia tonta, era un humano y yo un vil Demonio, no merecía sentir cariño por él, ni si quiera merecía hablar con él, pero ¿porque en esos sueños parecía conocerlo?, sea cómo fuera algo andaba mal en todo esto. Anduve dando vueltas y entrando en calles que no recordaba pero pareciera que sí, mis pies se movían sin que yo supiera a donde, parecían saber a dónde ir y cuando menos me di cuenta estaba en la universidad de Santiago de nuevo, según un reloj que vi en la puerta de una tienda casi eran las cuatro de la tarde, desde la universidad se escuchó un timbre y muchas personas empezaron a salir, me quede parada observando si Santiago venía con ellos y así fue, el venía con otros dos chicos, cuando Santiago me vio, los demás chicos que iban hablando con el también fijaron sus miradas en mí, Santiago y los demás vinieron a mí.

Samara, ¿qué haces aquí? Puede ser peligroso... –me dijo sonriendo pero con un tono de preocupación

Eh, solo salí a caminar y termine aquí –le explique

Yo te conozco... -dijo uno de sus amigos tocándose los labio tratando de recordar

¿En serio? –pregunte con impaciencia

¿De dónde? –pregunto Santiago también con el mismo interés

Si, en el billar de simón –dijo el chico

¿Dónde queda eso? –Pregunte- no lo recuerdo



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En el texto hay: angeles, romance juvenil, ficcion

Editado: 03.07.2021

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