La sonrisa del Ángel

Capítulo 21 “El pasado”

Esa misma noche nos dedicamos a elaborar nuestro libro, ya que no lo habían visto los caídos nunca, era más fácil engañarlos, no nos tomó mucho tiempo pues generalmente solíamos elaborar libros sobre algunos temas relacionados con nuestro cargo, para el día siguiente por la tarde nos reunimos de nuevo en la casa de Santiago.

El libro se ve muy real –afirmo Levi

Nunca lo has visto –le acuse levantando una ceja

Mejor aún, creo que es el real y jamás lo he visto –dio una sonrisa de lado

Bueno desde mi punto de vista que es el que más vale, porque he tenido más contacto con el libro, creo que es una copia magistral –aseguro Kitten

Si tú lo dices, solo hay que esperar a que realmente esto funcione –gruño Luke, aún seguía molesto conmigo

No tengo idea como debería verse pero si ustedes lo aprueban... -dijo Santiago si terminar mientras veía el libro en la mesa

Servirá, tiene que servir –trate de convencernos

Bien, Luke y yo volveremos a nuestro puesto, estaremos aquí de nuevo por la mañana –Kitten me miro- trata de no meterte en más problemas niña –me reí desaprobándola, ella y Luke salieron por la puerta para desaparecer

Bueno, mañana será intenso así que me iré a casa por hoy –Levi salió y cerró la puerta tras él, Santiago y yo nos quedamos parados sin saber que decir

Debemos hablar –Santiago me miraba y yo miraba al suelo

Supongo... -fue lo único que pude decir

Sé que crees que no soy lo suficiente para ti –dijo Santiago y lo mire sin entender- sé que soy menos, mucho menos de lo que mereces y que crees que solo te causare problemas...

¿De que hablas? –pregunte sin entender aun

Samara sé que no soy nada comparado con Levi o Luke pero... -lo interrumpí

Basta, no... ¿porque me dices estas cosas? –pregunte nuevamente, sus palabras fueron como pequeñas espinas en mi corazón, ¿porque creería que no es lo suficiente para mí?

Te fuiste –fue lo único que dijo

Sí, pero no porque creyera que no fueras lo suficiente para mí o que eres menos de lo que merezco y me causaras problemas, todo lo contrario yo... yo solo trataba de protegerte y ceo que tu mereces más, fui yo quien te causo problemas, tú no tienes idea de lo mal que la pase lejos de ti

Creí que te fuiste porque... -empezó a decir pero no continúo

¿Por qué?... ¿Crees que me fui por tu culpa? –pregunte dolida

Si... -contesto casi inaudible y cabizbajo

Santiago mis sentimientos hacia ti son reales, es solo que no quiero lastimar más a nadie, tu mereces mucho más que esto –el levanto la vista y nuestros ojos se encontraron

No quiero que te vayas... de mí –su expresión dolió aún más

Es que no quiero irme tampoco... pero estar juntos es como querer juntar al cielo con la tierra y eso, no es posible –le dije con dolor- uno de los dos o ambos no saldremos bien

Tampoco saldremos bien si no estamos juntos, yo me siento muerto en vida si no estás aquí y tu sales corriendo a salvarme cuando estoy en peligro –dijo y cada palabra fue cierta, me negaba a dejarlo aunque a veces ni si quiera me daba cuenta, el redujo el espacio entre nosotros a unos cuantos centímetros, trague saliva por la cercanía que me hacia percibir su olor a mentas

Quiero que estés a salvo –le dije pero sonó a suplica

Me mantuve vivo todos estos años, ¿Qué te hace creer que no seguirá siendo así? –pregunto juguetón

Que ahora hay ángeles, demonios y demás creaturas a tu alrededor –dije tratando de sonar divertida y el soltó una risa

Creo que puedo con eso –dijo con seguridad- y creo que también puedo con una novia que predice la muerte y tiene alas

Más vale que si –le advertí, estaba cerca y poso su frente sobre la mía y me miro a los ojos

Todo va estar bien, puede que el mundo sea un caos pero todo va estar bien porque estamos juntos, ¿de acuerdo? –me dijo tan seguro que le creí, le creí porque anhelaba creerle y pensar que nada malo pasaría aun si estábamos a punto de colapsar, me acerco a él y me abrazo, su abrazo era demasiado tierno y reconfortante

A la mañana siguiente todos nos encontramos en un bar al que Dante nos había citado, el bar estaba lleno de demonios que obviamente se hacían pasar por humanos, cuando llegamos él nos recibió en una pequeña habitación

Vaya, me gusta que hayas cumplido tu promesa pero no que vinieras con tu ejercito –dijo Dante burlón

Solo vengo a entregarte esto, nos iremos en seguida –dije fría

Oh por favor quédense, les ofrezco algo de beber –sonrió malicioso

No gracias –le respondió Levi, Dante levanto una ceja y sonrió

Bien, como quieran –hizo un ademan con la mano apuntando hacia la puerta

Solo una última cosa –le dije mientras todos se daba la vuelta- me acerque a su escritorio y me apoye en la mesa para acercarme a su rostro, cambie mi cara a mi forma de ángel- no te quiero volver a ver cerca de Santiago- Dante me miro serio y note su labio temblar

Pensé que teníamos un trato –me recordó

Hice un pequeño cambio –le dije con la misma intensidad

Bien –me respondió secamente pero podía sentir su ira, en ese momento no pensé que tanto podía afectar mi manera de amedrentarlo, pero lo quería fuera de mi vida, todos volvimos pensando en que nuestro plan había funcionado al menos por ahora, esperábamos que se diera cuenta que en el libro de Enoc realmente no había nada que lo ayudara a realizar lo que sea que quisiera y me dejara en paz.

Salgamos en una cita –dijo Santiago mirando a la calle y luego a mí, mientras estábamos sentados en las escaleras frente a la puerta de su casa

¿Cita? –pregunte

Si –Santiago sonrió- como las parejas normales

Bueno es que... no somos "normales" –dije riendo

Podríamos serlo por un día –insistió Santiago

Un día ¿eh? –me lo plantee, si bien yo era un ángel y esa clase de cosas no suceden de dónde vengo, supongo que para Santiago era importante- de acuerdo



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En el texto hay: angeles, romance juvenil, ficcion

Editado: 03.07.2021

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