Ya eran las 9 am y no había podido pegar el ojo en toda la noche pensando en la propuesta de Santiago de tener una "cita", no sabía lo que era exactamente así que en cuanto Santiago me dejo en mi departamento llame a Levi y le pregunte de que se trataba, cuando me explico de las cosas que se hacen en las "citas", automáticamente me comencé a sentir exageradamente nerviosa, tanto que no pude dormir. Me levante y me hice una coleta, me puse ropa cómoda y llame a Levi, me había prometido ayudarme a elegir algo para mi "cita" con Santiago, ya que casi no tenía ropa y toda era como para ir a entrenar.
¿Estás seguro de lo que haces? –le pregunte mientras me elegía una blusa de color neón muy llamativo, con un escote pronunciado y una falda, que más que falda parecía apenas un trozo de ropa de lo corta que era
Por supuesto, he salido con muchas chicas así que se lo que hago, toma pruébatelo –me lanzo las cosas y me empujo al probador
No estoy segura de que sea lo ideal –le grite mientras me engullía en la falda y luego en la blusa- me queda algo pequeño
Sal, necesito ver mi creación –dijo Levi
Mmm... -Levi se ahogó con la bebida que traía
¿Tan mal se ve? –pregunte al ver su reacción exagerada
¡Oh señor! –dijo mientras tosía- no, o sea es que wau , creo que es demasiado atrevido –una chica de las que trabajaban en la tienda se reía de la reacción de Levi
¿En serio? –le pregunte con sarcasmo y cara de asco al verme en el espejo, cuando me gire de nuevo a ver a Levi la chica me miraba mientras negaba con la cabeza y reía al ver mi cara, se acerco
¿Necesitan ayuda? –pregunto muy amable
Por favor –le pedí sonriéndole
¿Qué busacas? –me pregunto igual de amable
Bueno, veras... ella tiene una cita –dijo Levi con tono pícaro
Oh y ¿cómo que te gustaría que llevara puesto tu novia? –la chica le pregunto a Levi
Oh no la cita no es con este imbécil –le dije apresurada
¡Oye! –Se quejó Levi- no salgo con esta loca, por si te interesa –Levi le contesto con una sonrisa y un guiño
De acuerdo, entonces ¿qué es lo que te gustaría llevar? –pregunto la chica riendo, ignorando a Levi
Bueno... algo bonito, sencillo pero que no parezca que me preocupe mucho –dije esperando que hubiera algo, la chica se quedó pensando y se giró a buscar por toda la tienda, después de unos minutos me trajo las cosas
Mira creo que esto es justo lo que buscas, pruébatelo te quedara muy bien –me dijo y me dirigí al probador, me había dado unas medias negras de red, unos jeans rotos, una playera negra y me había adjuntado unas botas, me las puse y salí, Levi me miro sonriendo y se levantó de sillón
Te queda perfecto –me dijo Levi con una sonrisa de lado
Si, definitivamente es mejor que el atuendo anterior –expreso riendo la chica
Gracias –le dije a la chica, me cambie la ropa y me dirigí a pagar mientras Levi me esperaba en la puerta
No sabía que los ángeles tenían permitido estar en la tierra actuando como humanos normales –me dijo la misma chica mientras me cobraba las prendas con el dinero que Levi me había dado, ya que yo no poseía dinero
¿Qué? –dije mirándola con el ceño fruncido
Tranquila, soy un ángel caído –me dijo y aun así me quede mirándola igual- solo que en mis recuerdos los ángeles no pueden estar así tan tranquilos en la tierra, son sancionados
No sé de qué hablas –negué mientras terminaba mi compra y me daba la vuelta
No eres un ángel cualquiera, tu energía es muy fuerte –aseguro, me gire de nuevo para mirarla, nos separaba el mostrador
¿Hay alguna razón en específico por la que tenga que mantener esta conversación contigo? no quiero ser grosera pero no entiendo porque continuas hablando conmigo, no puedo llevarte de nuevo al cielo –dije con franqueza
No, no es eso –se rio- es que hace tanto que no hablo con nadie de allá arriba, no suelo juntarme con los ángeles caídos de aquí, son seres horribles y ustedes –dijo mirando a Levi, quien nos regresaba la mirada desde la puerta, él se había dado cuenta de lo que pasaba pero no se acercó- parecen tan agradables, caí por una tontería y ahora estoy varada aquí
Bueno es lamentable pero no puedo hacer nada por ti –le asegure
Solo quisiera saber sí ¿puedo platicar con ustedes en otra ocasión? –dijo un poco triste, dude un poco pero al final accedí
Claro –asentí
Me llamo Micaela Denrov –me dijo sonriente y me dio la mano
Samara Fleury –le devolví el gesto- él es Levi Shein –señale a la puerta
¿Qué? ¿Del linaje más poderoso? –pregunto atónita
Algo así –dije ya un poco incomoda
Perdón por ser tan molesta, no sabía que eran ustedes de ese linaje –dijo Micaela
No te preocupes Micaela –le dije de forma amistosa
Llámame Mica – sonrió
Debo irme –le dije al recordar mi "cita"
¿Tendrás una cita con un humano? –pregunto extrañada
No –respondí al segundo- en realidad si saldré con Levi, pero es un poco tosco así que bueno, nos vemos –no sabía aun si podía confiar en esa chica, había estado aquí en la tierra y era casi imposible que no la consumiera el odio del mundo
¿Puedo buscarte luego? –pregunto
Si, por supuesto –le confirme, no sabía quién era pero podía conocerla, me fui con Levi y hablamos de lo extraña que era la chica pero que no se veía con maldad, no note su presencia al instante así que probablemente la estaba ocultando, lo cual se me hizo extraño pero tal vez solo no quería ser vista por otros caídos. Más tarde Santiago me mandó un mensaje de texto para decirme donde lo viera y a qué hora
"te veo frente al parque, a las 5 pm"
Me di un baño me puse la ropa y me acerque al espejo para observarme, me veía bien pero algo me faltaba, había visto chicas en la calle que llevaban maquillaje, no tenía ni la menor idea de cómo se usaba pero, había comprado algunas cosas en otras tiendas, solo un rizador de pestañas y un labial morado opaco, me lo puse como pude y me gusto el resultado, me deje el pelo suelto y salí, camine hasta el parque que Santiago me había indicado, ya que no quedaba tan lejos, en cuanto llegue él ya estaba en una banca, aun no me había visto, lo mire por unos minutos de lejos, miraba su celular comprobando la hora y se mordía las uñas, me causo gracia y al fin me acerque a él, él se levantó de inmediato de la banca y me sonrió tan cálidamente como solo él solía hacerlo