La Sonrisa se ha ido de tus Ojos - V - Bts

Capítulo 29


 

- ¡Ahora vuelvo! – grité sin darle tiempo a mis padres de pronunciar palabra alguna.

Salí corriendo en busca de Tae.

- Chico – dije en un tono de voz suficiente como para que lo escuchara él, pero no llegara a oídos de mis padres o el resto del vecindario. - ¡Tae!

Me acerqué al pequeño jardín-parque que hay enfrente.

- ¿Estás aquí?

 

Una cabeza se dejó asomar cada vez más. ¡Era él!

- Perdona por eso, Tae, me ha pillado completamente por sorpresa. Aún les quedaba mucho tiempo para volver a casa.

El chico se encogió de hombros, restándole importancia.

- Esta noche no podrás quedarte conmigo – levantó la vista y me miró asustado – pero no te preocupes, he conseguido convencer a Hoseok para que puedas ir a su casa – ahora me miró más asustado aún.

Y eso hizo que tuviera que aguantarme la risa.

- Bueno, piénsalo por el buen lado: Hoseok no es Yoongi. – vi que ladeó la cabeza, afirmando lo que acababa de decir. – Ven, vamos. Te acompaño hasta su casa.

A él no le quedó otra que seguirme.

 

En el camino íbamos muy callados, yo no pronunciaba palabra, no sabía qué decir. Y eso era raro en mí. Normalmente, si estaba cómoda con una persona, no dejaba la lengua en el paladar. Hablaba y hablaba. Pero esta vez no era así, a pesar de estar bastante a gusto con el chico.

- Ya queda poco – fue de las únicas cosas que dije – sus padres son muy simpáticos, seguro que les caes de maravilla.

Él hizo algo así como una pequeña sonrisa, aunque no parecía muy convencido ante mis palabras.

- Aquí es – hablé mientras me acercaba a una puerta.

 

Toqué el timbre y esperamos unos segundos hasta que mi amigo nos abrió.

 

- ¡Hola Hoseok! – dije animada mientras él me miraba fingiendo molestia.

- Hola, venid a mi cuarto.

Pasamos dentro y yo me acerqué para saludar a sus padres, los cuales estaban en el sofá viendo una película.

- Hola, señor y señora Jung – hice una reverencia y ellos me hicieron otra leve con la cabeza.

- ¿Qué tal? – dijo su padre con su típica sonrisa de oreja a oreja.

- Muy bien, ¿y ustedes?

- De maravilla. Escuché que tus padres han vuelto de su viaje, ¿no?

- Si – fingí una sonrisa – han venido esta tarde.

- ¡Qué bien! Me alegra que ya estén de vuelta – comentó la madre de Hoseok.

- Bueno, cariño, dejemos a los niños en paz. Empiezas a hablar y ya no hay quién te pare – le dijo el señor Jung a su mujer.

En ese aspecto me parecía a la madre de mi amigo, y este me lo recalcaba bastante. Ambas hablamos por los codos.

 

Me despedí de ellos y subí al dormitorio de Hoseok. Allí vi a Tae sentado en una silla con lo que parecía un pijama doblado.

- Algún día de estos vas a acabar conmigo – dijo Hoseok en un suspiro. – Ponte eso chico, dormirás más a gusto – se dirigió a este, el cuál le miró preguntándole dónde podía cambiarse.

Hoseok hizo un gesto con la cabeza, señalando una puerta que había dentro, el baño de su habitación. Todo un privilegiado él.

 

- ¿Cuánto tiempo vas a estar manteniendo a ese niño? – dijo cruzándose de brazos, una vez se fue el chico.

- No lo sé – solté en un suspiro.

- ¿Y su familia? Alguien habrá que se pueda quedar con él. – pareció no gustarle lo que dijo, porque rápidamente intentó suavizar sus palabras – quiero decir, no me importa que se quede aquí una noche, dos…. Pero obviamente no va a ser así toda la vida.

- Ya… En cuanto pueda hacer algo con mis padres, hablaré con Tae para poder saber más e intentar ponerle una solución.

- Genial – habló este, ahora sí, sonriendo como normalmente. – aunque por ahora necesito que me enseñes varias cosas para poder entenderle.

 

 

- Lo más fácil es que le des un boli y un papel – sonreí.

 

 

 

Hasta aquí este capítulo~

Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!

Mil gracias por el apoyo~

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¡Hasta pronto!♡

 




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