La Sonrisa se ha ido de tus Ojos - V - Bts

Capítulo 31


Me sobresalté más de lo que pensaba, casi se me sale el corazón del pecho. Sin dudar ni un segundo más, descolgué la llamada.

- ¿Qué ocurre Hoseok?

- ¡Ven a mi casa!

- ¿Ahora? – pregunté extrañada mientras intentaba ocultar mi obvia preocupación.

- Es el chico, algo le pasa- este sonó aún peor que yo.

- Voy.

 

Aunque tuve unas ganas increíbles de preguntarle el ¿por qué?, el ¿qué le pasa?, opté por no perder más tiempo y correr hasta la casa de mi amigo. Tan sigilosa como un gato, me deslicé escaleras abajo, cogí las llaves del cesto que hay en el mueble de la entrada y, con máximo cuidado, salí de la casa. Una vez cerré la puerta, corrí, corrí como si se me fuera la vida en ello.

 

5:04 – Ábreme.

5:04 – Estoy en tu puerta.

5:05 – Eeeo

 

Empecé a llenarle el chat sólo con letras sueltas, para que mirara la conversación y bajara a la entrada de su casa.

Y así fue, segundos después un Hoseok tan despeinado como yo me dio paso.

- ¿Qué pasa? – hablé en susurros ya que sus padres estaban durmiendo.

- No lo sé – me cogió del brazo para llevarme con prisa al dormitorio. – es mejor que lo veas.

Estábamos llegando al marco de su puerta, justo antes de adentrarnos en ella, y ya podía escucharlo.

Pero verlo fue más impactante aún.

- Tae, calma, soy yo – intenté decir en voz baja.

El chico estaba arrinconado en una esquina, abrazando sus piernas y con la cabeza escondida sobre ellas. El dormitorio estaba hecho un desastre: cosas tiradas en el suelo, las sábanas desmontadas, cojines tirados, entre otros.

Al parecer había tenido un ataque de nervios – o así lo llamé yo – igual que la noche que se quedó en mi casa por primera vez, el día que amanecí con sus manos rodeando mi cuello. Y eso me llevó a darle mil vueltas a la cabeza pensando en tipos de transtornos que podría albergar su cabeza.

Me agaché hasta encontrarme a su altura y puse mi mano sobre su hombro para acariciárselo.

- Ya está Tae, no hay de qué preocuparse, somos nosotros….tus amigos. Hoseok y Songi.

Este levantó la cabeza. Vi sus ojos cristalinos, aterrados, y eso, por alguna razón, me dolió.

Segundos después, empezó a negar con la cabeza.

- ¿No? ¡Claro que sí! Los amigos se ayudan, por eso estamos aquí.

Volvió a mirarme y luego lo hizo a su alrededor, dándose cuenta de todo el desastre que había. Con su dedo índice señaló el lugar y luego a sí mismo.

- ¿Eso? ¿tú? ¡Ah! – solté una leve risa – Sí, has sido tú. Pero no hay de qué preocuparse, ¿verdad Hoseok? – miré a mi amigo.

- Pues….¡no! Claro que no, por suerte nada está roto, solo hay que ordenarlo.

- Entre los tres no tardaremos nada – volví a dirigirme al chico.

Este se levantó tan rápido que casi caigo hacia atrás, ya que estaba en cuclillas. Se puso enfrente de Hoseok y le hizo reverencias mientras juntaba las palmas de sus manos en símbolo de disculpa repetidas veces.

- Ya, ya. No pasa nada – dijo mi amigo frenando a Tae. – todos tenemos nuestras idas y venidas – intentó sonar agradable, y lo consiguió. Pero seguí notándose la preocupación del momento y que no tenía confianza con el chico.

 

Nos pusimos a recoger todo, cada objeto que poníamos en su lugar lo dejábamos con tanto cuidado con el que dejaríamos un adorno de cristal delicado.

- Me sorprende que tus padres no se hayan despertado – reí

- A mí también. Tienen el sueño muy profundo. – rió mi amigo.

 

 

Miré de reojo a Tae, y me di cuenta de que también sonreía. 

 

 

 

 

Hasta aquí este capítulo~

Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!

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¡Hasta pronto!♡

 




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