El tiempo pasó.
Igual que la otra vez, Taehyung se estuvo quedando a dormir en casa de Hoseok. Allí, los tres le ayudamos con el tratamiento que este tenía que seguir para recuperarse.
Mis padres volvieron a desaparecer… después de aquello, mi padre estuvo tan avergonzado que no era capaz ni de mirarme a la cara. Tiempo después, mi madre nos obligó a tener una charla los tres juntos en la cocina. Este se disculpó y dijo que hablaría con Taehyung en cuanto volvieran de su siguiente destino: Brasil. Y escuchar aquello me hizo rodar los ojos pues, seguramente, no hablaría con el chico. Al menos, se había disculpado conmigo, cosa que nunca antes a hecho de esta manera.
Por otra parte, Jimin y Jungkook fueron sentenciados bajo un juez por delitos de violencia, maltrato psicológico e incluso acumulaban otros antecedentes penales como robos. Claramente el juez dictó su condena: cuatro años de cárcel más doscientas horas de trabajo comunitario. Taehyung estuvo llorando el día del juzgado, pues aquello significaba que su pesadilla había acabado.
Un mal suceso era que… no había conseguido que Tae hablara de nuevo. Desde el día en la cabaña, aquel “No…” susurrando antes de romperse y los gritos mientras intentaba que Jungkook dejara de agredirme, es lo único que resuena en mi cabeza.
Pero, por ahora, vamos poco a poco.
- Tae – dije cariñosamente - ¿nos vamos?
Este volvería a mi casa, ya que mis padres habían vuelto a desaparecer y los padres de Hoseok no podían encargarse del chico para siempre. Primero porque ellos no saben todo lo que está pasando, piensan que este tiene una familia y una casa a la que volver. Segundo, tengo la casa completamente libre y es por eso por lo que puede quedarse.
Este asintió con la cabeza.
Nos despedimos tanto de Hoseok como de sus padres y salimos camino a casa.
- ¿Cómo has estado? ¿Te lo has pasado bien con nuestro amigo? – le agarré la mano. Él pareció sorprenderse, pero no la quitó en ningún momento, al contrario, me agarró más fuerte.
Afirmó con la cabeza.
- Me alegro mucho – sonreí y vi como este hizo lo mismo. - ¿quieres volver a mi casa o prefieres quedarte con Hoseok? – me miró – No me malinterpretes, solo es curiosidad – me encogí de hombros.
Pareció meditarlo durante un segundo, luego me señaló con el dedo. En cierta forma, aquello me alivió. Estaba feliz porque me hubiera elegido. <<¡Já! ¡Chúpate esa, Hoseok!>>.
El resto del camino lo pasamos en silencio. Por alguna extraña razón, estaba completamente cómoda, aunque fuera en silencio. Caminar con el en la noche, agarrados de la mano y sintiendo la brisa acariciar mi piel, me llenaba de vida.
- ¡Bienvenido de nuevo! – exclamé una vez entramos al vestíbulo. - ¿Qué quieres cenar? ¡Haré lo que más gustes!
Pareció meditarlo bastante, hay mucha comida que le gusta. Pero en cuanto lo tuvo, una ola de gestos emocionados cayeron sobre mí a la vez que intentaban decirme qué quería cenar.
Fue realmente una misión entender que quería, pero lo conseguí.
¡Ya estoy de vuelta!
¡Ha sido una locura! Como os dije, el parón de cinco días fue porque me van a publicar "Conviviendo con BTS" en papel... tuve solo esos cinco días para reescribirla al completo. ¡Casi me da algo! ¡Pero con esfuerzo todo se consigue!
Ahora vuelvo con más pilas que nunca.
¡Hasta aquí este capítulo!
Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!
Mil gracias por el apoyo~
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