La cara de Yoongi hizo que nos revolcáramos por el suelo o la cama. Sostenía mi barriga del dolor a causa de las fuertes carcajadas.
- ¿Por qué a mí? Enserio – hizo una pausa mientras dejaba caer el papelito al suelo - ¿Qué hice en mi otra vida para merecer esto? – empezó a hacer un drama.
- ¡La…La cara! – gritaba Hoseok mientras daba vueltas por el suelo.
Por el rabillo del ojo pude observar cómo Taehyung se cubría la boca mientras varias risas salían de sus labios. Y aquello me hacía feliz. Verle sonreir o divertirse con nosotros hacía que mi ser volara de felicidad.
- ¡Prefería dormir con Taehyung! – se quejaba este.
- ¡Vamos a hacer pillerías! – habló Hoseok mientras se lanzaba sobre su nuevo compañero de cama.
- ¡Taehyung! ¡Tae! ¡Duerme conmigo! – gritaba Yoongi - ¡Songi, por favor! Tu también puedes dormir conmigo, quien sea menos Hoseok – lloriqueaba.
- Lo siento – dije encogiéndome de hombros. El sorteo a hablado.
- Pues me muero – de repente se tiró sobre la cama con la lengua fuera y los brazos cruzados sobre su pecho. Una mezcla rara entre muerte y funeral. Estaba realmente gracioso y, el que lo hiciera precisamente él, hacía que fuera mucho más divertido.
Tras el dilema y la escena del reparto de camas, sin poder cambiar nada, cada uno se fue a su cama asignada.
- Hoseok, aléjate – escuché a Yoongi hablarle a nuestro amigo.
- No – pude ver cómo estaba, prácticamente, tumbado encima de este.
- Estás cavando tu propia tumba, hermanito. – aseguré.
- Jo – se quejó – es que yo quiero darle mimos a Yoongi.
- Pero yo quiero que te alejes de mi – respondió este notoriamente estresado por la constante cercanía, caricias y abrazos del otro.
- Yoongi tonto. – Hoseok se fue al filo de la cama - ¿Acaso quieres que me caiga y me rompa la cabeza contra el suelo?
- Si.
- ¡SONGI! TENGO UN ASESINO AL LADO, AYUDA – gritaba este mientras se metió en mi cama.
Las risas, de nuevo, se hicieron presentes.
Finalmente, Yoongi se quedó la cama de matrimonio solo para él.
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- ¡Arriba todo el mundo! – grité mientras abría las cortinas. - ¡Vamos Tae” – me lancé sobre este y noté como se quejó.
Aun así, sacó su cabeza de entre las sábanas y, sin más, me dio un beso rápido en los labios.
Me sonrojó, pero me sacó una sonrisa.
- ¡Yoongi! ¡Hoseok! – esta vez me lancé sobre estos. Primero sobre Hoseok y luego sobre el abuelo del grupo.
- ¡Quitaros! Solo son las 7:00 de la mañana – nunca vi a Yoongi esforzarse tanto para sacarnos a Hoseok y a mi de encima como aquella vez. Por un momento llegué a pensar que iba a explotar.
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- ¿Dónde vamos a desayunar?
- Dentro del parque de atracciones.
¡Hasta aquí este capítulo!
Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!
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