La semanas siguientes a aquel suceso fueron de mal en peor: apenas me daban comida, la soledad me estaba consumiendo, las condiciones del lugar hacían que mi salud fuera a peor, las quemaduras de mis manos se curaban con total lentitud….y eso por no hablar de mi higiene….era un total asco.
Al principio, escuchar la llave abriendo aquella puerta, me daba un atisbo de esperanza. Pronto, ese sentimiento, desapareció.
Nunca saldría de allí.
Lo peor de todo era que, algunas noches, mi padre volvía borracho de a saber donde y bajaba para golpearme o recordarme lo mal hijo que soy, arrepentirse de haberme tenido y mil cosas más.
Fueron meses sin soltar una sola palabra, meses pensando en todo, meses de tortura.
Hablar no servía de nada….y me prometí no volver a hacerlo.
Los días, que iban empeorando, hicieron que, la próxima vez que abrieran la puerta, tomara las pocas fuerzas que tenía para huir.
Y así fue.
Mi padre, si se le puede llamar así, bajó en otra de sus borracheras y comenzó a pegarme. Yo solo esperé a que terminara.
- ¡QUIERO QUE DESAPAREZCAS! – gritaba - ¡Vete! ¡Muere!
Eran palabras que siempre soltaba pero, por alguna razón, esta vez sonaban diferente.
Y aproveché.
Aproveché para darle un golpe en el estómago y huir.
Al subir me encontré con la mujer de mi padre y sus hijos cenando. Sus rostros de miedo y asco se hicieron presentes al verme.
Pero nadie dijo nada. Se quedaron petrificados.
Corrí hacia la puerta y salí de aquella pesadilla.
Nunca supe realmente qué sucedió con el collar, puede que ni siquiera hubiera desaparecido y todo fue planeado para sacarme de al familia. O tal vez Jimin y Jungkook – en otra de sus maldades – lo cogieran para venderlo tal y como dijeron. Quien sabe. Tampoco era algo que me importara a estas alturas.
El resto de la historia….ya la conocéis.
La conocí a ella: Songi.
Nunca me miró como alguien inferior.
Nunca me trató diferente a los demás.
Nunca me dejó de hablar.
Nunca dejó que nada malo me pasara.
A pesar de ser completos desconocidos.
Aquello me dio la voluntad necesaria como para no querer terminar con todo y seguir en esta vida.
Conocí a personas maravillosas que pronto se convirtieron en parte de mí: Hoseok y Yoongi. Eso era lo único que deseaba: tener una vida normal. Un sueño hecho realidad.
Pero todo se vino abajo en el momento que salimos de aquella montaña rusa.
Momento que me devolvió a mi realidad.
Total….parece que Taehyung no puede ser feliz.
¡Hasta aquí este capítulo!
Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!
Mil gracias por el apoyo~
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AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.
EDITORIAL: Ediciones Arcanas.
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