Corrí hacia la voz que me alertó.
Los gritos de Hoseok.
Notaba como mi corazón no podía parar de palpitar con excesiva velocidad.
- ¡Hoseok! – le llamé incansables veces, pues su voz se estaba apagando y no sabría cómo llegar hasta el lugar en el que se encontraba.
No nos habíamos separado tanto pero, en este instante, parecía que la distancia entre nosotros era de unos cuantos kilómetros. Me hice paso, con brusquedad, entre los árboles y arbustos sin importarme los arañazos que me estaban causando las ramas en mis piernas.
Y como si de una eternidad se hubiera tratado, llegué.
No daba crédito a lo que mis ojos estaban viendo.
- ¡Cálmate! Podemos hablarlo – decía la voz de mi amigo a una segunda persona.
Taehyung.
Este lloraba incontrolablemente mientras negaba con la cabeza.
A su vez…. Sujetaba un cuchillo contra su antebrazo, apretándolo cada vez más.
Algo empezó a recorrerme por dentro, algo que me haría estallar. Quería llorar, abalanzarme sobre él, tirarme al suelo….todo, quería hacer todo en ese instante.
- ¡TAEHYUNG! – grité lo más fuerte que mis pulmones y cuerdas vocales pudieron.
Por unos segundos, todo pareció quedarse en completo silencio.
- ¡NO! – le escuché gritar en cuanto empecé a avanzar hacia él.
Me acerqué a Hoseok, quien estaba temblando de los nervios, sin saber muy bien cómo afrontar tal situación.
- ¿Qué pasó? – fue lo primero que conseguí articular.
- N…No sé, le encontré arrinconado en un árbol, en el suelo. Al verme, ,lo primero que hizo fue ponerse en pie y colocar el cuchillo en su brazo… - podía notar a la perfección lo mucho que le vibraba la voz.
No podía apartar la mirada de las pupilas temblorosas de Taehyung, quién mantenía, exactamente, la misma posición. Era como si estuviéramos manteniendo una conversación a través de ellas, pero sin fruto alguno.
- Tae, por favor, escúchame – comencé a decirle.
Mientas, vi a Hoseok alejarse unos metros de nosotros, y dejé de prestarle atención.
- Deja caer el cuchillo y vamos a hablar, ¿vale? – dije dando un paso hacia él. Pero este dio otro más hacia atrás mientras negaba. - ¿por qué no?
- Songi odia a Taehyung – soltó entre lágrimas.
- ¿Qué? ¡No! ¡Eso nunca! – no daba a crédito a lo que estaba diciendo.
- ¡Songi miente! – gritó mientras la cuchilla dejaba ver un fino hilo de sangre caer por su brazo.
Mi corazón se aceleraba más y más. Mi respiración comenzaba a nublarme. Tanto que, por un momento, pensaba que iba a darme un ataque.
Y así fue.
Gritos.
Un golpe.
Todo negro.
¡Hasta aquí este capítulo!
Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!
Mil gracias por el apoyo~
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AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.
EDITORIAL: Ediciones Arcanas.
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