La ley es la ley.
La autoridad es la autoridad.
Y es por esas razones por las que no nos quedó de otra que hacer caso y cumplir con cada una de las órdenes que nos dieron, a pesar de ser jóvenes, de ser unos simples adolescentes, a pesar del peligro que corríamos – aunque ellos aseguraran todo lo contrario – a pesar de todo, tuvimos que cumplir con la que nos parecía la mayor estupidez en la creación y organización de un asalto a un criminal.
El tiempo había pasado y fueron varias veces las que nos habíamos sentado a repasar todo aquel plan, al dedo, con cada detalle para que no sucediera ni un solo error en todo el proceso.
Pero soy Songi, somos Songi, Taehyung, Hoseok y Yoongi…y parecía que a nosotros no nos podía pasar cosas demasiado buenas…pues el universo, al parecer, estaba en nuestra contra.
- ¿Estáis seguros de esto? – pregunté en un susurro, algo asustada mientras íbamos en aquella furgoneta hacia el festival.
- No…pero al igual que tú, no tenemos de otra – me respondió Yoongi con un largo y pesado suspiro.
Ante su respuesta, me quedé callada, pues tenía toda la razón del mundo, no teníamos escapatoria.
Taehyung, quien estaba sentado entre Yoongi y yo en la parte trasera del vehículo, no había parado de mover las piernas con nerviosismo a la vez que jugaba con los dedos de sus manos.
- Tranquilízate – le dije mientras le cogía la mano – es normal estar nervioso, todos lo estamos, pero piensa que, en realidad, es una pequeña misión. Como hemos dicho mil veces, solo hay que atrapar a una chica, una chica como yo. ¿Tú crees que sería difícil atraparme? – le dije a la vez que le cogí la cara para tener contacto visual mientras sonreía. – No, ¿verdad? – el negó con la cabeza – Entonces, no habrá ningún problema. Lo peor que puede pasarnos es que se nos escape. Pero por lo demás, estamos completamente respaldados tanto por la policía, como por nosotros, como por toda la multitud que habrá allí y que no se quedarán de brazos cruzados si ven que dos adolescentes se están pegando. Lo que quiero decir es que, no te preocupes, ni tú ni nadie – aquello también lo dije por mí misma.
Tras aquel pequeño discurso que di en el poco trayecto que quedaba, nos quedamos más a gusto.
No pasó mucho más hasta que aquella furgoneta policíaca se estacionó en el aparcamiento.
- Vamos, chicos, no so quedéis atrás – dijo uno de ellos mientras se ponía una especie de chaleco antibalas más fino de lo que, al menos yo, conocía. – poneros esto debajo de la ropa – dijo mientras nos lanzó a cada uno de nosotros un chaleco de aquellos. – Solo por si acaso.
Que nos diera un chaleco antibalas, obviamente, nos asustaba…¿que tan grave podría volverse la situación?
Para volver a tranquilizar los nuevos nervios que habían aparecido, pensé que solo era por máxima protección, aunque no hiciera falta para nada. Tal y como dijo el policía “Solo por si acaso”.
¡Hasta aquí este capítulo!
Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!
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AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.
EDITORIAL: Ediciones Arcanas.
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