La Suavidad de su Piel.

Capítulo 02.

Mansión Crafton, Londres. 

 

Aquella mañana la familia Crafton había llegado a su mansión, las jóvenes hermanas estaban entusiasmadas de volver a la ciudad, mientras que su hermano mayor solo podía pensar mil maneras de huir esa temporada de las mujeres que seguramente querrán emparejarlo con alguna de sus hijas. 

— ¿Crees que mamá nos dé permiso de salir al parque? —. Elsie, la hermana del medio, preguntó a su hermana mayor, estaba deseosa de recorrer el parque y encontrar a ese artista que vende unos cuadros hermoso y quizás, comprar uno para su habitación. 

— Podríamos intentarlo, muero por comer esos croissant de la panadería de la esquina —. Habló Eloise, la mayor. 

Ambas se acercaron rápidamente a su progenitora, ofreciéndole sonrisas delicadas e inocentes, Lydia conocía a sus hijas y sabía qué era lo que pedirían así que con una sonrisa en su rostro habló. 

— Las quiero aquí al mediodía —. Tras escuchar las palabras de su madre, las dos hermanas dieron un pequeño salto de emoción, llamaron a su Nana y salieron inmediatamente del hogar. 

 

 

Hyde Park, Londres. 

 

— ¡Eloise, mira! —. La voz de Elsie alertó a su hermana, quien volteó inmediatamente para encontrarse a su hermana acariciando a un sofisticado perro. 

— ¡Elsie, por Dios Santísimo, suelta a ese animal! No es propio de una señorita —. Su hermana la retó, sin embargo, la rebelde Elsie no obedició.

— Me importa una mierda, es un perrito abandonado —. Respondió, causando impacto en las personas que se encontraban cerca y pudieron oírla. 

Su hermana mayor estaba enrojecida por la verguenza y el enojo del comportamiento de su hermanita, pero sabía perfectamente que Elsie no acataría a sus ordenes puesto que siempre se ha regido por lo que ella cree correcto. 

Suspirando se acercó a su pequeña hermana y se posicionó lo más cerca de su oreja. 

— Si no te alejas del maldito perro en este instante le diré a madre que has dicho una palabrota en público y que te han escuchado —. Dijo entre dientes, su hermana Elsie se tensó pues sabía que las riñas de su madre eran terribles y a veces atrían castigos igual de terribles. 

Sin tener otra alternativa la joven dama se alejó del animal, sacudiendo sus manos enguantadas y diciéndose a sí misma que algún día volvería en busca del perro para darle un hogar. 

— Vayamos a la panadería de la esquina, vamos a comer croissants —. Eloise trató de distraer a su hermana y esta asintiendo levemente se dejó guiar por la mayor hacia el sitio más famoso del parque.

 

 

 

Lord Harry Lowell-Sprice iba acompañado esa mañana por su entrañable amigo y compañero de fechorías Lord  Kellyan Valter-Hein, Marqués de Bellshare. Ambos tenían tiempo de no verse y quisieron recuperar el tiempo perdido saliendo a caminar por Hyde Park y comer de los famosos croissants de la cafetería de la esquina. 

— ¿Cómo le está yendo a Meredith en su nueva vida de casada? —. Fue una pregunta dolorosa para él, pues hasta hace 7 meses el hombre con el que Lady Meredith iba a casarse era él. 

El joven Marqués esbozó una sonrisa, se sentía muy feliz por su hermana y que por fin hubo encontrado al hombre correcto. 

— Todo va excelente, hace unos días me escribió diciendo que sospecha que puede estar embarazada ya —. La respuesta de su amigo lo dejó helado, ¿embarazada? ¿de ese inútil? ¡Él debería haber sido el maldito afortunado! 

El Duque quería matar al esposo de la mujer que aún amaba, no podía evitar sentirse traicionado, dolorido y desolado, pues ella le había jurado amor, le había prometido esperarlo mientras solucionaba sus negocios y al volver de América planearían su boda y la forma de decirle a Kellyan que se amaban, pero su sorpresa fue enorme cuando apenas llegar de su viaje recibió la peor de las noticias, su Mer iba a casarse con otro hombre y todas las promesas que le hizo se fueron como cenizas en el viento. 

El caballero suspiró tratando de que su amigo no se diese cuenta de su pesar, disimuló una sonrisa y respondió. 

— ¡Vaya, enhorabuena futuro tío! —. Exclamó, tratando de parecer alegre con la noticia cuando en realidad quería lanzarse en el Támesis y ahogarse. 

— Todavía no está confirmado, solo espero que ella esté bien y tenga la vida que siempre se ha merecido —. Le comentó el Marqués, Harry pudo darse cuenta de lo mucho que Kellyan amaba a su hermana y, aunque por unos segundos se sintió mal por ocultarle sus sentimientos por su hermana ya no había nada que hacer más olvidarlo todo y seguir con su amistad, pues en el fondo también se alegraba de que la mujer que amaba estaba siendo feliz aunque no fuese a su lado. 

 

 

 



#23025 en Otros
#1653 en Novela histórica
#35776 en Novela romántica

En el texto hay: romance, dulzura, juvenil y drama

Editado: 13.03.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.