La Supervivencia de los Ocho Peones (libro 1)

Capítulo 9

-La prioridad ahora es encontrar a los demás Peones lo más pronto posible.

La actitud de Cai era antipática, pero no dijo nada ante las palabras de Alexandria. Expectantes, Kháli y Jim miraban a las mujeres.

Cai se posicionó frente a Kháli, - No crees todo esto, ¿o sí?

Ella suspiró. Sin decir nada y cobrando valor se encaminó a la ventana y miró hacia arriba. Tres soles pequeños parecían ignorar a propósito el caos que la atormentaba en su interior, mientras iluminaban y calentaban un gran campo de césped a su alrededor. Colocó sus manos sobre el alféizar de la ventana, temiendo que se desmayaría, pero su impresión no fue tanta, como si algo en su interior la tranquilizara y la hacía mantenerse consciente.

Cai, quien llegó a su lado, gruñó por lo bajo probablemente experimentando lo mismo.

-No tengo más opción que creer, - dijo ella.

Él inclinó la cabeza aún sin querer convencerse. Ella lo miró. -Si nos negamos a hacer lo que ellas dicen, mi padre continuará desaparecido. Esas personas nos intentaron lastimar…a  ti y a nosotros. ¿No será mejor quedarnos juntos?

El escaso viento que había, apenas mecía el pelo de Cai mientras este reflexionaba. -¿Buscar a otros…Peones? - por alguna razón tenía dificultad al decir esa palabra.

-Tómalo solo como si estuviéramos ayudando a otros chicos. No les llamemos Peones ni Guerreros si no quieres.

Jim se acercó a ellos también. Cai lo pensó durante un tiempo. -¿Cómo se supone que encontraremos a otros?, – inquirió. - ¿Si no tenemos ese mapa del que hablaron?.

-De la misma forma que nos encontraron a nosotros, – sugirió Jim encogiéndose de hombros.

-No, Rita no los buscaba a ustedes, buscaba a Fausto. Luego de que los perdió, Álida le dijo dónde encontrarlos. Ubicar a un Alfil traidor con dos…Torres, - Rita le dedicó una mirada inquisitiva -, es más fácil que encontrar a Peones que nadie sabe quiénes son.

-¿Entonces qué haremos?

-Existen dos tableros. Uno se lo llevó Jerome, que es el que suponemos que Fausto tiene en su poder. El otro está en la Fortaleza.

Con cada minuto que pasaba, Kháli escuchaba cosas más y más increíbles. -¿Fortaleza? ¿Quieres decir que hay una especie de guarida?

-Algo así… - Alexandria hizo una pausa. - Asimilen todo lo que les hemos dicho hoy. Ya mañana comenzaremos la búsqueda.

Los chicos se retiraron sin decir palabra y sin estar seguros de a dónde ir. Optaron por regresar a la primera habitación y se sentaron en lugares diferentes, aunque algo cerca.

-¿Qué opinas?, – preguntó Jim después de un rato.

-…Le creo, – fue la respuesta lenta de Kháli. – No sé por qué, es tonto, ridículo, pero le creo ¿Y tú?

-Hay tres soles afuera. También le creo. - se recostó mirando hacia el techo. - Y no sé por qué no siento que me estoy volviendo loco… y eso me vuelve loco.

Kháli asintió, sabía perfectamente a lo que su amigo se refería. Giró para ver a Cai que se había levantado e ido a la ventana justo como Rita lo había hecho y se preguntó si también eso era una característica de las Torres, vigilando siempre aunque fuera de forma inconsciente. Cai también pareció notar el parecido de sus conductas y quiso cambiarla recostándose en la pared con los ojos cerrados y una expresión de fastidio.

-Necesito aire fresco, - anunció Kháli. Se levantó y salió para despejar su mente. Vaciló, preguntándose si el aire sería el mismo que la tierra. Al ver que Alexandria estaba sentada sobre el césped, supuso que no había problema. 

Ese mundo era muy similar a la tierra, notó, pero la iluminación era un poco más intensa.

-Trata de que los habitantes de aquí no te vean, - indicó Alexandria cuando ella se acercó, -  podrías volverlos locos.

Ella asintió sin saber cómo responder. Tenía tantas preguntas, pero esa voz en su interior le seguía diciendo que no era el momento y que tarde o temprano tendría todas las respuestas. En su lugar, se enfocó en la mujer que tenía enfrente. Intentó recordar lo que le había dicho Jerome sobre los Alfiles. Había mencionado que eran muy astutos y… algo sobre… ¿ayudar? 

Se sentó a su lado, sintiéndose un poco insegura de sí misma.

-Pregunta lo que quieras, - su voz tenía un efecto tan tranquilizador que Kháli olvidó sus temores.

-¿Es cierto todo lo que mi padre dijo de…ustedes? ¿Lo de poderes y esas cosas?

-¿”Poderes”? Supongo que te refieres a habilidades. Jerome era muy cercano a los Guerreros. Probablemente todo lo que te dijo es verdad.

-¿Entonces los Alfiles sí pueden…? - se sentía desesperada por no poder expresarse ni formular sus preguntas.

Alexandria sonrió ante su dificultad. -Hablas de la Ayuda. Me imagino que te explicó que podemos usarla para protegernos de nuestros enemigos.

Kháli asintió. -Sí, lo recuerdo… y dijo que los discípulos también… ¿Podré yo entonces hacer lo mismo? 

El Alfil continuaba sonriendo con complacencia. - Te enseñaré… pero ¿no te preocupa más el asunto del secuestro de tu padre?..



#3876 en Fantasía
#4580 en Otros
#524 en Aventura

En el texto hay: romance, batallasepicas, romance drama aventura

Editado: 01.05.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.