La tentación de Emma

Capítulo 5

Capítulo 5: Problemas

Observé el teléfono que vibraba de nuevo, no quería cogerlo porque sabía perfectamente que era Lorena la que llamaba. Ya había pasado una semana desde que quedé con las chicas y me maldije mentalmente por haberlo pagado con todas. Necesitaba un tiempo para pensar, reflexionar y, a parte, para leerme unos cuantos libros. Cuando escuché el teléfono de nuevo supuse que era ella, pero me sorprendía al ver que era mi hermano.

— ¡Enano! —escuché su risa al otro lado.

— ¿Cómo estás Em? —me preguntó.

—Muy bien, cagándome en todo porque mañana tengo que trabajar—escuché una pita de un coche— ¿Estás conduciendo?

—Sí, voy a casa de Coral— que mono.

— ¿Estarán sus padres? —Él estalló en una carcajada contagiosa— ¿Qué pasa?

—Ya no tengo 16 años—volvió a reír—y si por te interesaba, no estarán.

—Creo que prefería no saberlo

—Tú preguntaste —reí—de todas maneras ellos no saben ni de mi existencia.

— ¿Cómo? Explícame eso

—No lo sé, ella me evade cuando hablamos del tema diciendo que aún no es el momento—escuché como suspiraba.

Como esta tía le haga daño juro que la reviento.

—Pero, tú se la has presentado a nuestros padres—se formó un silencio.

—Ya llegué, ¿hablamos luego?

—Escúchame Pablo, sabes que puede contar conmigo ¿verdad? Para cualquier cosa.

—Lo sé, te quiero

—Y yo, venga pásalo bien enano—él se rio y diciéndome que me adoraba y cortó la llamada.

Ay…mi hermanito, si es que es un trozo de pan.

Carlos se levantó de mal humor esa mañana, porque se había retrasado y lo había planeado todo para no toparse con ella en la entrada. Estaba agobiado. Si es que ella está obsesionada, se ve a la legua.

Se anudó la corbata y cogió su cartera. Estaba listo para la reunión de hoy. Era con el hermano de su jefa, el mega jefe, y estaba muy nervioso, era una persona muy importante, debía ganárselo.

Cuando llegó a la empresa maldijo al ver que Enma ya había llegado, se paró a recoger los papeles como siempre, pero esta vez se asombró al ver que ella no le había dirigido ni una mirada como siempre, sino que estaba concentrada dibujando algo sobre un papel. Él carraspeó y notó como ella se tensaba moviendo la cabeza en su dirección.

—Buenos días—le dijo y volvió a esconder la cabeza para continuar con lo que hacía. Él se sorprendió no había ni un atisbo de la psicópata de siempre. Con sonrisa de suficiencia se fue hacía su despacho a organizarlo todo.

Colocó algunos papeles sobre la mesa y se sobresaltó al ver que había una persona en la esquina.

—Siento mucho haberle asustado—dijo el señor que ya había reconocido estrechándole la mano—soy Lucas.

—Encantado,  soy Carlos, no le esperaba hasta dentro de dos horas—El jefe se sentó en una de los sillones con aires de superioridad que le molestaron.

Por supuesto, tome asiento—pensó

—Tuve que venir antes porque se me presentó un viaje para dentro de una hora y media así que esto tendrá que ser rápido, coge un papel y apunta lo que te diga…

Carlos suspiró tranquilo cuando ya se había ido, tenía muchas cosas que procesar. Lo primero de todo, se supone que tiene que asistir a una pequeña fiesta de presentación del nuevo gran edificio de la compañía y tenía que llevar a un asistente que fuera cogiendo todos los datos más importantes. Obviamente sabía perfectamente a quién pedirle ese gran favor…

— ¿Jacqueline? — preguntó apoyado sobre la mesa de la chica que estaba escribiendo algo en el ordenador.

—Soy Raquel—paró de teclear y se giró hacia él. — ¿Qué deseas? Ando muy liada.

—Perdona, quería pedirte un favor…

—Escúpelo—Carlos le explicó todo mientras ella asentía a cada palabra que él decía.

— ¿Y bien, tienes algo ese día? —le preguntó.




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