La tentación de la novicia

꧁ Capítulo 1 ꧂

☆꧁༺✿El arroyo ✿༻꧂☆

 

Clary.

 

Caminó hacia el arroyo con un pequeño cántaro para cargar agua, el lugar donde se encuentra el arroyo, está alejado del pueblo, al llegar me detengo al ver ropa tirada por todos lados, me preocupo al pensar que alguien está herido o que alguien ha tenido un accidente.

 

Me acerco tanto como puede y me quedo paralizada pero de inmediato reacciono y me muevo tras del árbol al ver lo que está delante de mí, un hombre muy alto está en medio del arroyo tomando un baño, lo malo no es que tomara un baño ahí precisamente, si no que esté ¡SEMI DESNUDO! Quiero dar marcha atrás pero mis pies no responden y mis ojos permanecen clavados al cuerpo del hombre, para mí es un sacrilegio ver a un hombre desnudo, aunque no está del todo pero aún así no puedo.

 

Él no se percata de mi presencia y lo agradezco infinitamente, ya que sería muy vergonzoso que una novicia esté mirando con lujuria a un hombre, que pensaría de mí o peor aún qué pensaría la madre superiora si se llega a enterar.

 

En verdad Quiero marcharme, pero mis pies no responden a la orden que le manda mi cerebro, es como si ellos quisieran permanecer ahí, mis ojos siguen lujuriando su cuerpo, sobre todo cómo sus músculos se contraen, él se gira e intentó retroceder, pero en vez de ello resbaló y ruedo por el pequeño precipicio de tierra arenosa, ruedo hasta caer delante de él de rodillas y mis manos unidas como si estuviera suplicándole.

 

Me mira extrañado.

 

—Se encuentra bien monjita —Su voz tronadora hace que mi piel se erice.

 

—¡No soy monja, soy una novicia! —Intento hablar con voz firme, pero en vez de ello suena temblorosa. —Lo siento, no quise —Tartamudeo, Cierro mis ojos para no ver su desnudez.

 

Rezo a las Virgen de las vírgenes, a Santa Lucía y a todos los que se me cruzan por la mente, pero de nada vale.

 

Siento sus manos en mi cintura, y mi cuerpo se estremece de tal manera que me asusta tanto, pienso que es la tierra que tiembla, estamos cerca de un volcán y hay temblores constantemente, si eso debe ser, me abrazo a él y entierro mis uñas en su espalda, su cuerpo se tensa y sus ojos se dilatan.

 

—Disculpe no sabía que era una novicia, ¿Qué hace por aquí? —Me mira extrañado.

 

—Lo siento mucho —Me separo de él, al afirmar mi pie me caigo sentada en el agua, ahora no solo estoy llena de tierra, si no que estoy empapada, me quejo del dolor que siento en mi tobillo. —Como ve es un arroyo y aquí es donde vengo a buscar agua.

 

—¡Oh, ya veo! ¡También tomas tus baños aquí! —inquiere, una media sonrisa seductora se le dibuja haciendo que mi cuerpo sienta un cosquilleo y un calor. —También tomó mis baños aquí —Parpadeo y centro mi mirada en su rostro cincelado.

 

—No es de mi interés —Me levanto, pero nuevamente caigo, mi tobillo me duele muchísimo.

 

Se inclina a mi altura quedando a escasos centímetros de mi rostro.

 

—Se lastimó, déjeme ayudarla por favor —Su aliento mentolado combinado con alcohol me embriaga por completo.

 

Me toma en brazos y me carga hasta la orilla, me deposita en el césped y tomo su ropa, ya vestido me vuelve a tomar en brazos.

 

—Por favor suéltame —Le pido, no quiero que me toque, no puedo dejarme tocar de un hombre.

 

—No la dejaré aquí sola, quién sabe qué animales salvajes hay por aquí y usted aquí sola y herida, podrían devorarla —Sus últimas palabras suenan ronca. —Déjeme llevarla con las demás monjas —Asiento, mis mejillas arden de vergüenza y de algo más que aún no comprendo.

 

Lo único que quiero es regresar y ponerme a rezar por estar de pervertida y mirando semejante escultura, me siento tan bien en sus brazos que me persigno mentalmente para no seguir pensando en lo bien que se siente. Al estar cerca del convento lo miro.

 

—Puede dejarme aquí por favor —Le pido, ni loca llegó al convento cargada por un hombre y menos uno desconocido.

 

 —No puedes caminar.

 

—Me arrastraré si es posible, pero no pienso llegar en sus brazos —Mi preocupación es el ¿qué le voy decir a la madre superiora? ¿Cómo le voy a decir que me caí por estar mirando al hombre que me llevaba en sus brazos?

 

—¿No quieres que te lleve con las monjas? ¿por qué? ¡Ah! no quieres decirle que te caíste por estar de fisgona —Él esta leyendo mis pensamientos acaso. —Si es eso podremos ser cómplices, yo diré que la encontré y la auxilié, así no tendrá que dar explicaciones de nada.

 

—¿Qué, no, cómo creé? No soy una mentirosa, la mentira es uno de los pecados más grandes.

 

—Entonces le dirá la verdad a sus superiores, al padre Benjamín no le agradará nada, de seguro le dará un castigo severo o tal vez la envíe de vuelta a su hogar, eso sería una verdadera lástima —Sus facciones endurecidas no disimulan que está disfrutando de la situación.

 

—¡Yo no quiero eso, pero tampoco quiero mentir! —El demonio me estaba convenciendo a mentirle a mis superiores.

 

—Bueno tome mi opción es mucho mejor, tiene que pensar rápido ya estamos a unos diez pasos de llegar —Mi corazón empieza a latir tan rápido.

 

—¡Madre Santa, Sor Clary que le sucedió! —Exclama Sor Ángela, la Madre superiora.

 

Estoy apenada, la miró de reojo, miro al demonio en cuerpo de hombre.

 

—La encontré en el arroyo, al parecer cayó y se lastimó —Se adelanta él, salvándome de un castigo seguro o tal vez de que me envien a casa por estar mirando cosas que no debo.

 

—¿Es eso cierto Sor Clary? —Asiento.

 



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En el texto hay: amor imposible, millonario, novicia

Editado: 20.04.2024

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